Inmigración

Los inmigrantes del asalto a Ceuta quemaron a los guardias civiles con ácido sulfúrico

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Entre los seis agentes de la Guardia Civil que resultaron heridos en el asalto a la valla de Ceuta hay algunos que presentan quemaduras. Se trata de heridas producidas por el lanzamiento de botellas con ácido sulfúrico de baterías y heces con las que los inmigrantes perpetraron el asalto.

Pasaban las siete de la mañana cuando los dos guardias civiles que se encontraban en un acceso fronterizo de Benzú comprobaron que alrededor de dos centenares de inmigrantes habían iniciado un asalto masivo a la valla.

En ese momento, el habitualmente tranquilo acceso de Benzú se convirtió en escenario de una auténtica batalla campal. Fuentes de la Guardia Civil relatan a OKDIARIO que los dos agentes que se encontraban en el puesto de control, una pequeña garita que guarda la puerta de acceso, vieron cómo un numeroso grupo de inmigrantes rompía la puerta y accedía al interior.

A continuación, explican, los dos agentes “tuvieron un cuerpo a cuerpo” con estos inmigrantes. Iban armados con piedras y palos, como se puede comprobar en algunas fotografías tomadas por los propios agentes tras el suceso.

Botellas con sangre y heces

Tras dar la voz de alarma, los refuerzos tardaron unos minutos en llegar. Sumaban once agentes, y seis de ellos resultaron heridos. Algunos, aseguran fuentes del Instituto Armado, presentaban quemaduras de cierta consideración causadas por el impacto de botellas rellenadas con ácido sulfúrico de baterías, heces, tierra y “sangre”. “La utilizan para impresionar, así al llenarlo todo de sangre los agentes piensan que están heridos”, dicen estas fuentes.

Una de las botellas que contenían ácido.

Ninguno de los heridos -once en total, aunque sólo seis necesitaron atención- pertenece a los Grupos de Reserva y Seguridad que se presentaron en el lugar tras el salto para intentar contener a los inmigrantes. Los agentes afectados son todos guardias del servicio territorial.

“¿Dónde estaban los marroquíes?”

Hay una circunstancia que resulta especialmente llamativa a los agentes de la Guardia Civil que vivieron de cerca el suceso. El paso de Benzú se encuentra en una zona de playa dividida: una parte en territorio español y otra, marroquí. En ésta, explican, siempre hay vigilancia policial del país vecino porque “es una de las zonas calientes” de saltos.

Sin embargo, constatan, en el momento del asalto de este jueves «no había ninguna patrulla en la zona marroquí».  «¿Dónde estaban los marroquíes?” se preguntan las fuentes locales consultadas.

Explican que una acción como la de este viernes requiere de «una logística y una preparación importante» porque «hay que hacer acopio de palos, de piedras, las baterías para el ácido y la sangre de animales». Cuando un grupo de inmigrantes intenta algo así, «la Policía marroquí lo sabe, porque les tiene bastante controlados”. Algo que no ocurrió en esta ocasión.

“Y eso que les hemos dado dinero hace poco” apostilla uno de los agentes a OKDIARIO, en referencia a las ayudas de 32 millones que España ha entregado a Marruecos para control de fronteras. Una ayuda destinada mayoritariamente a la adquisición de vehículos todoterreno para patrullaje.

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