Iceta abre la negociación con las aseguradoras de Muface para abaratar el gasto de los funcionarios

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Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deportes.
Carlos Cuesta

Pedro Sánchez dio el primer golpe a Muface en pleno confinamiento: quitó independencia en su gestión y la integró bajo el control de la Seguridad Social. Los funcionarios hicieron sonar todas las alarmas ante la estrategia del Gobierno diseñada para recortar el gasto en prestaciones y asistencia sanitaria a los empleados públicos. Ahora, el nuevo ministro responsable del área, Miquel Iceta, ha recibido el encargo de dar el segundo paso: ha abierto ya la negociación con las principales aseguradoras de la gran mutua de los funcionarios para reducir el gasto en estas partidas.

Iceta ha abierto ya la negociación con las aseguradoras de Muface de cara al nuevo concierto.

La primera reunión que ha recogido este movimiento ha sido la videoconferencia celebrada el pasado 25 de marzo. Allí se certificó la apertura de la negociación para llegar a un acuerdo de prestaciones -y, por lo tanto, de gasto- con las tres grandes aseguradoras en las que se apoya Muface para dar su servicio privado de asistencia sanitaria a los funcionarios. Las tres compañías son Asisa, DKV y Adeslas.

Se trataba de la primera reunión del Consejo General de Muface bajo la era del nuevo ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta. Y allí se puso se manifiesto el nerviosismo de los funcionarios por, precisamente, los movimientos del Gobierno tendentes a recortar independencia y servicios en el actual esquema de asistencia sanitaria del que disponen libremente los empleados públicos y por el que optan el 80% de ellos.

Y tienen razón en sus temores. Hay que recordar que, recién formado el Gobierno socialcomunista, Podemos encendió la mecha contra Muface y todo el sistema de mutuas de los empleados públicos. El partido de Pablo Iglesias mostró internamente su rechazo al sistema conformado por tres entidades, Muface (de los funcionarios civiles), Isfas (Fuerzas Armadas) y Mugeju (Juticia), las tres mutuas que permiten a los empleados públicos elegir entre una sanidad pública y una asistencia hospitalaria por medio de aseguradoras privadas. Así se lo transmitió la formación morada en los primeros compases del Gobierno al partido de Pedro Sánchez, donde unas voces fueron más contrarias y otras muchas más favorables a la reforma.

El argumento de los podemitas fue el mismo que muchos socialistas traían ya preparado desde las distintas federaciones del PSOE: que lo necesario era fortalecer el sistema público de sanidad y no permitir asistencia en hospitales privados gracias a la gestión de las tres mutuas de los funcionarios. Porque, según esas voces, Muface incentiva la “desigualdad entre la población”.

Colapso

Esas voces simplemente olvidaron que los funcionarios no van a dejar de necesitar sistemas de asistencia sanitaria -no van a dejar de enfermar, ni de necesitar acudir a urgencias, ni de realizar revisiones médicas, etc.-, por lo que, en caso de eliminar Muface y el resto de mutuas, los más de dos millones de empleados públicos y familiares que utilizan el modelo Muface tendrían que pasar en bloque al sistema sanitario público, colapsando los servicios de forma obvia.

Unidas Podemos parece tener una espina clavada con Muface. Ya en diciembre de 2019, justo antes de la formación del Gobierno socialcomunista, la formación morada abrió fuego internamente con sus deseos de eliminar la libre elección de servicios sanitarios de los empleados públicos, tal y como recuerda Antonio Román, senador del PP que se ha encargado del seguimiento de este tema. Podemos lo hizo, pese a tramar un nuevo engaño porque no recogió esta reforma en ninguno de los puntos de su programa electoral. Por cierto, tampoco aparece en el programa de Gobierno que pactó con el PSOE.

Pero es que el propio PSOE ha dado ya pasos amenazantes. El informe “dinámico” de los expertos de Salvador Illa del pasado año, de hecho, sí abrió la puerta a la eliminación de Muface, tal y como ya ha publicado OKDIARIO y ha denunciado el principal sindicato de la función pública, CSIF. Traducido: que las presiones de Podemos y los sectores más radicales del PSOE seguían vivas y la necesidad de fondos del Gobierno en plena crisis del coronavirus ha engrasado los ataques internos a Muface.

Es más, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias pactaron un Real Decreto en abril que ponía oficialmente en su punto de mira a las tres mutuas de los empleados públicos, tal y como publicó el 28 de abril OKDIARIO. La más conocida de estas entidades es Muface, la joya de los funcionarios. El Gobierno socialcomunista quiere controlarlas y reducir el pago que destina cada mes para que los empleados públicos puedan disfrutar de una sanidad privada.

Pero ese mismo Gobierno no es consciente de un pequeño problema del que sí se ha percatado CSIF: al retirar esos servicios sanitarios, más de dos millones de funcionarios pasarían al sistema de sanidad pública. El colapso estaría servido.

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