La guardián de las actas de la Juan Carlos denunció el «robo» de su portátil 24 horas antes del escándalo Cifuentes
La secretaria general de la Universidad denunció el robo de su ordenador el día previo a la polémica del máster de Cristina Cifuentes. Así quedó plasmado en el informe del servicio de seguridad interno de la Universidad Rey Juan Carlos el día 21 de marzo, tal y como consta en el documento al que ha tenido acceso OKDIARIO. María Pilar Charro tiene entre sus funciones, entre otras cosas, el control del registro de la universidad.
En ese informe, los agentes de seguridad describieron la denuncia privada de “María Pilar Charro (secretaria general) que en el día de ayer por la tarde le ha desaparecido el portátil de su despacho”. El ordenador podía tener en su interior datos decisivos o incluso claves de acceso. Y es que la figura de la secretaria general es básica en la universidad: es, por ejemplo, la directora del registro y una de las personas que tiene acceso, por lo tanto, a las claves de datos relevantes.
Hay que recordar que Cristina Cifuentes ya ha adelantado que solicitará judicialmente una investigación sobre la violación de sus datos clave y el acceso y posible modificación de la información relativa a su expediente en los archivos de la Universidad.
El robo, según el parte manuscrito de la compañía de seguridad Gomsegur, se efectuó dentro de las instalaciones de la universidad. Más en concreto, en el despacho de la secretaria general, una localización a la que resulta prácticamente imposible acceder sin ser visto durante el horario de trabajo habitual. Y es que es necesario cruzar por delante de otros puestos de trabajo de la administración de la universidad. Según María Pilar Charro, el robo sucedió por la tarde, un momento en el que se pudo aprovechar la ausencia de parte del personal.
El ordenador, según fuentes conocedoras de lo ocurrido, podía tener claves de acceso o incluso datos importantes. Y es que la función de María Pilar Charro incluye el control del registro de la Universidad.
El robo se produjo el día previo al inicio del escándalo del máster de Cristina Cifuentes. Aunque no fue recogido por los agentes privados hasta la mañana siguiente. De hecho, el propio parte de seguridad de ese día 21 de marzo señala distintos hechos destacables en el control de la universidad entre las “8:00” de la mañana y las “13:30”, momento en el que propio informe reseñó el inicio de la “rueda de prensa del rector”: la que tuvo que dar el máximo responsable de la universidad Javier Ramos para explicar las acusaciones por el máster de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Los agentes destacaron que la rueda de prensa finalizó a las 14:50. La relevancia de ese ordenador, de su robo, y de la coincidencia de las fechas es notable. Porque las competencias de la secretaria general de la Universidad, según los artículos 83 y 84 de los Estatutos de la Rey Juan Carlos, abarcan desde el registro hasta la custodia de actas de los órganos colegiados.
Así, ella es la responsable de la “custodia de las actas de los órganos colegiados de la URJC en los que ejerce la Secretaría”; de la “supervisión del cumplimiento de los acuerdos y resoluciones del Claustro Universitario, del Consejo de Gobierno y del Rector”; de la “elaboración y actualización del censo de cargos académicos de la estructura central de la Universidad, así como de los equipos de dirección de centros, facultades, escuelas y departamentos”; de la Dirección de la Asesoría Jurídica; o, un factor decisivo, de la “Dirección del Registro y Archivo General de la URJC”.
Además de todo ello, gestiona la “asistencia al Rector en las tareas de organización y administración de la URJC”.
Y todas esas responsabilidades hacían que por sus manos –y por su ordenador– pasasen datos decisivos e incluso claves de acceso.