El Gobierno trasladará a Franco en helicóptero y a primera hora de la mañana para evitar altercados
El Ejecutivo socialista se inclina por el miércoles 23 de octubre para el traslado. La fecha definitiva será confirmada a los nietos por el interlocutor designado por el Gobierno a lo largo de este fin de semana y con, al menos, 48 horas de antelación.
El Gobierno teme altercados durante la exhumación de Franco. Por ello, para garantizar la seguridad de la operación, ha diseñado un operativo para trasladar los restos del dictador por vía aérea. Un helicóptero transportará el féretro para evitar posibles ‘sabotajes’ durante el trayecto que separa el Valle de los Caídos del cementerio de El Pardo, lugar elegido por el Ejecutivo socialista para la reinhumación.
Salvo que la niebla u otras circunstancias meteorológicas adversas lo impidan, el próximo miércoles 23 de octubre será el día elegido, aunque la familia continúa a la espera de que el interlocutor designado por el Gobierno les comunique, formalmente, la fecha definitiva. Tal y como se comprometía el interlocutor de La Moncloa a los Franco -durante las dos reuniones mantenidas esta misma semana- con, al menos, 48 horas de antelación.
Los siete nietos de Franco y los bisnietos mayores ya han confirmado al Gobierno que estarán presentes durante la exhumación. Una operación que será privada, en el interior de la Basílica, y retransmitida en abierto por señal televisada desde el exterior, motivo por el que durante la última semana se ha procedido a la instalación de fibra óptica en todo el enclave.
El desplazamiento de la lápida, la retirada del féretro y el sellado posterior, correrá a cargo de una pequeña funeraria de Guadarrama, con amplia experiencia. Los trabajos más mecánicos y manuales estarán protegidos por una carpa móvil que se instalará el día antes sobre la sepultura. Los expertos han aconsejado a la familia reservar un perímetro de seguridad, para evitar que una eventual fuga de gases -posible en la apertura de un nicho que ha albergado un cadáver embalsamado durante más de 40 años- dañe a los presentes.
En el interior de la misma, varios operarios se encargarán de los trabajos bajo la atenta mirada de dos de los nietos designados por consenso entre la familia, convenientemente ataviados con mascarillas, que verificarán el proceso.
Una vez extraído el féretro, un total de 8 nietos y bisnietos portarán el mismo a hombros -por turnos de 6- desde el presbiterio de la Basílica hasta el interior del helicóptero, que estará esperando en la explanada principal del conjunto monumental del Valle.
Cambio de féretro
Descartados los honores militares que solicitaba la familia -en cumplimiento de la legislación vigente para los ex jefes de Gobierno- y que han representado uno de los escollos fundamentales con el Ejecutivo socialista, la posibilidad de un cambio de féretro ha sido el foco de otra tensa negociación.
El interlocutor de La Moncloa trasladaba al abogado de los nietos, Luis Felipe Utrera-Molina, y al mayor de estos, Francis Franco, la necesidad de proceder a la apertura del féretro y la sustitución del mismo por uno más ligero y moderno, con la excusa del traslado vía aérea y la mejor maniobrabilidad del mismo en el acceso a la cripta de El Pardo, una escalera algo angosta, donde será inhumado. Algo a lo que los herederos se han negado y que, finalmente, se ha impuesto en la mesa de ‘negociación’.
Una vez los restos hayan sido definitivamente ubicados en su nuevo emplazamiento, está previsto que se oficie una misa pública, que correrá a cargo del sacerdote Ramón Tejero Díez, hijo del teniente coronel Tejero.
El deseo expreso de la familia, desde un principio, es que Franco fuese trasladado al panteón de su propiedad, sito en la madrileña catedral de La Almudena, junto a su única hija, Carmen Franco y el marido de ésta, el Marqués de Villaverde.
Los herederos del dictador temen que al ser el cementerio de El Pardo propiedad del Estado -y no haberse producido la asignación del correspondiente título de derecho funerario a favor de la familia sobre el nicho de Mingorrubio- puedan quedar nuevamente sometidos a futuras y eventuales decisiones arbitrarias del Gobierno de turno.
La sentencia del Tribunal Supremo que levantó el veto para la exhumación, en contra de la petición de la familia, allanó el camino a los socialistas para la retirada de los restos del dictador de la que ha sido su ubicación durante los últimos 40 años. El Gobierno ha insistido, como confirmaba la propia vicepresidenta Carmen Calvo, que se llevaría a cabo siempre antes del día 25 de octubre y en el marco de una ceremonia íntima.
La única autoridad presente será la ministra de Justicia, Dolores Delgado, quien dará el visto como bueno como notaria mayor del Estado.