El Gobierno dio 14.500 € a los autores de la guía que enseña cómo drogarse durante el sexo
El Ministerio de Sanidad ha concedido recientemente una subvención por valor de 14.500 euros al Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH, autores de la guía que enseña cómo drogarse durante las relaciones sexuales. Esta cuantía va en concreto destinada a financiar las actividades del proyecto Infodrogas-VIH, en el que se encuadra la mencionada publicación.
La guía -Slamming: guía para la reducción de daños asociados al uso de drogas inyectables en las sesiones de sexo-, revelada por OKDIARIO, ofrece consejos pormenorizados sobre cómo consumir drogas antes o durante las relaciones sexuales entre hombres. En el propio documento figura el logo del Ministerio de Sanidad, a quien los autores agradecen haber financiado la guía en su convocatoria de ayudas.
Según figura en la resolución de la Secretaría de Estado de Sanidad, a la asociación se le han concedido 98.000 euros en total para distintos proyectos a lo largo de este año. El Grupo de Trabajo de Tratamientos del VIH es una asociación sin ánimo de lucro, creada en 1997, y que tiene entre sus fines la elaboración de información sobre tratamientos del VIH y el SIDA desde una perspectiva comunitaria, según explican en su web. También se ocupan de llevar a cabo acciones de defensa y promoción de los derechos humanos.
«Experiencia placentera»
La polémica guía señala que «el slamming puede ser una experiencia placentera, euforizante y sexualmente estimulante que desinhibe la conducta sexual» y «permite mantener sesiones de sexo más largas incrementando la confianza en uno mismo y la energía».
En ella se aborda un fenómeno cada vez más frecuente y preocupante, que consiste en el consumo inyectado de droga -metanfetamina, cocaína, speed, mededrona, ketamina -entre algunos hombres gais o bisexuales, antes o durante las sesiones de sexo.
No obstante, se llega a ofrecer una visión normalizada e incluso positiva del consumo de sustancias, pese a los evidentes riesgos. Los autores señalan que la guía está dirigida en todo caso a mayores de 18 años, que el objetivo es «abordar el consumo de drogas con fines sexuales desde una perspectiva de salud integral, bienestar y reducción de riesgos y daños» y que la información «no pretende sustituir la recibida por un profesional de la salud».
En la guía se detallan los supuestos beneficios del consumo de drogas durante las relaciones -«Estimulación, euforia, sentimiento de empatía, deseo sexual, locuacidad, relajación, introspección psicodélica» y se explican, paso a paso, todos los aspectos que rodean esta práctica. Desde los preparativos a la forma de inyección de las drogas y los utensilios necesarios.
Así, se aconseja elegir un suministrador de droga «de confianza» o «hacer acopio de material» porque «las sesiones pueden ser largas».
También se instruye sobre el mejor lugar para pincharse, advirtiendo de que «es importante prestar mucha atención para evitar inyectarse en las arterias y los capilares», que «el único tipo de vaso sanguíneo donde es adecuado inyectarse es la vena» y que «las mejores venas estarán, probablemente, en el brazo y la mano que más se utiliza».
En otro apartado, se explica el procedimiento de inyección, advirtiendo desde el principio que «seguir una técnica de inyección apropiada prolongará la vida de tus venas». «Si no lo haces así, podría producirse el colapso de la vena, lo que puede implicar un daño permanente», añaden los autores.
«Tómate tu tiempo y sé cuidadoso; asegúrate de que el espacio o habitación donde te vas a inyectar está limpio y ordenado -esto te ayudará a mantener tus instrumentos de inyección limpios y reducirás las posibilidades de confundir tus instrumentos con los de tus colegas-; dale tiempo a tus venas para que se recuperen; inyéctate, al menos, a un centímetro de distancia del último punto de inyección», se puede leer en la guía.
Los autores explican además cómo preparar la disolución de droga, manejar la jeringuilla y elegir la vena, cuál es el ángulo correcto de la aguja, cómo limpiar el punto de inyección y cómo deshacerse del material utilizado.
Asimismo, se avisa de que, puesto que «las sesiones implican a menudo muchas horas e incluso días de actividad sexual bajo los efectos de las drogas», esto puede hacer «bajar la guardia» y asumir comportamientos de riesgo en las relaciones, por lo que se recomienda cubrir los vibradores y otros juguetes sexuales con preservativos lubricados y cambiarlos por otros nuevos con cada pareja distinta o «secuenciar las prácticas sexuales». Por ejemplo, «evitar el sexo anal receptivo después del uso enérgico de juguetes sexuales pues ambas prácticas podrían provocar desgarros y sangrado en el recto».
Incluso se dan consejos de nutrición, como consumir frutas, batidos de proteínas, gachas de avena, yogures o sopas, para lograr una «energía renovada», ducharse y descansar.
Sólo al final de la guía se ofrecen recursos para evitar problemas de salud. Pero, en lugar de aconsejar únicamente que se abandone el consumo, se ofrecen otros consejos como «cambiar la vía de administración», «llevar un diario de qué drogas consumes» o «descansar, beber y comer lo suficiente». Además, se indica que si se quiere reducir o dejar el consumo de drogas se puede pedir ayuda al médico de atención primaria o acudir a un centro de atención a las adicciones.
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