Entrevista al empresario hotelero y ex presidente del FC Barcelona

Joan Gaspart: «Rezaré a la Virgen si el 21-D los que ganan saben ganar y los que pierden saben perder»

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Desayuna fuerte, almuerza sólo un plato y apenas cena. Compartir mesa y mantel, mientras degusta un plato de salmón ahumado, es tiempo más que suficiente para darse cuenta de que Joan Gaspart representa como nadie la eterna dualidad catalana, el seny i la rauxa. OKDIARIO ha quedado con el hombre que dirige el grupo hotelero Husa, aunque en la retina de la opinión pública a Gaspart se le asociará siempre con los colores blaugrana. A lo largo de 22 años ocupó la vicepresidencia del Futbol Club Barcelona y, entre los años 2000 y 2003, se convirtió en el 36º presidente de la entidad. “En realidad yo quería ser delegado para Europa, no quería ser presidente”, asegura. Hace 25 años, cuando el club blaugrana logró ganar la Copa de Europa, Joan Gaspart se lanzó a las frías aguas del Támesis para celebrarlo. En el presente, cuando piensa en lo que sería capaz de hacer si Cataluña recupera la normalidad, es más espiritual, “rezar”.

 

P.- En Cataluña, estamos a las puertas de una campaña electoral y de las elecciones del 21 de diciembre. ¿Cómo ve en este momento las cosas?

R.- El 21 de diciembre serán unas elecciones muy abiertas, democráticas. No se podrá decir que fuimos de picnic (como se dijo el 1 de octubre) ni si votó cuatro o cinco veces la misma persona -que no digo que se hizo ni que se dejase de hacer-, pero en cualquier caso no fue una votación como lo será el día 21. El 21 los catalanes tenemos una oportunidad de decidir qué es lo que queremos de nuestra tierra y, para eso, se presentan dos grandes bloques: uno que está más por la independencia o que está pensando en la independencia; otros que son más constitucionalistas y piensan más en la unidad de Cataluña dentro del contexto del Estado Español; y, después, ha aparecido un grupo en el medio, que son En Comú Podemos, que están ahí y que vamos a ver.

P.- Usted no es independentista, ha dicho yo me siento muy, muy, muy catalán y me siento español, pero fue a votar el 1 de octubre. Explíqueme.

R.- Lo primero es que voté “no”. Por lo tanto, no estaba de acuerdo en lo que se pretendía en la pregunta. Fui a votar porque el derecho a decidir es algo inherente de la persona y lo que pasa es que en España no estamos acostumbrados a hacer continuamente estos referéndums. Yo, que he estado muchos años estudiando en Suiza, cada fin de semana había un referéndum en el que se les preguntaba a los ciudadanos qué opinaban de cosas muy cotidianas (si los perros tienen que hacer sus necesidades en sitios cerrados o en la calle, etc). Aquí no estamos acostumbrados a preguntar. Y por eso yo estoy a favor. Pero, también, tengo que reconocer que ese derecho a decidir que se hizo ese día tampoco estaba en el contexto. Para mí, hay una cosa muy clara que es la ley y la ley hay que respetarla. Quienes quieren cosas que no están en la ley tienen que entender que otros tienen derecho a exigir que se cumpla.  Ahora bien, ¿las reglas se pueden cambiar? Claro que se pueden cambiar, todo en la vida se puede cambiar.

P.- ¿Por qué hemos llegado hasta aquí?

R.- Yo creo que ha habido un reparto de errores y de aciertos. También dependerá mucho de quien opine. Si opina alguien de un bloque, son los demás que se han equivocado en todo y, si opinan los del otro bloque, son los otros los que se han equivocado en todo. Eso es lo que ha faltado un poco. Pero es muy fácil hablar, es muy fácil opinar.  Hay que ponerse en el lugar de los que de verdad tienen que decidir porque han sido elegidos por el pueblo. El sistema es bueno, el sistema parlamentario lo escogimos democráticamente y hay que respetarlo.

P.- Estos últimos días estamos viendo a muchos líderes independentistas que dicen “bueno, en realidad no estábamos preparados para una república independiente”. Decía ayer el presidente del gobierno “podían haberlo dicho antes”. ¿Qué opina usted de esto? Hay quien lo tilda de una traición, de una estafa…

R.- En nuestras opiniones sobre las personas pesa mucho el conocimiento que tengamos de esas personas. Yo estoy muy cerca de una amistad con Artur Mas, por ejemplo, veo más sus virtudes que sus defectos. Es una visión muy de amigo. También soy amigo y conozco muy bien al presidente español, el señor Rajoy. Por tanto, las opiniones a veces se diluyen un poco por la amistad. No ves los defectos. Yo creo que ha faltado el tiempo. Ahora, alguien (yo soy un hombre creyente y, por tanto, tengo clarísimo de dónde puede venir) nos ha lanzado el 21. El otro día en una conferencia dije “Señor, ¿qué hemos hecho?”. Por ejemplo, el día 17 de agosto fue una tragedia, 17 familias quedaron destrozadas por culpa del terrorismo. Cuando esto ya se había superado muy solidariamente llegó el tema político que nos ha llevado a tener problemas. Entonces, el señor que aprieta, pero no ahoga, ha dicho: “El día 21 os doy una oportunidad, votad que es lo que queréis y decidid”. Ahora, lo importante es que los que ganen sepan ganar y que los que pierdan sepan perder. Nadie podrá decir que lo que se va a hacer el día 21 no es democrático. El día 1 de octubre podría haber gente que le parecía que no tenía que hacerlo, pero el día 21, no. Entonces yo creo que alguien ha dicho “va la última oportunidad”. Yo pediría, si tuviera la varita mágica, que los que ganen sepan ganar y que los que pierdan sepan perder. Yo he estado en el mundo del fútbol y la gente te dice “qué bonito es ganar” … sí, es muy fácil ganar, es mucho más difícil saber perder y asumir que las cosas no te van tan bien.

P.- Usted, que ha dicho que tiene una buena amistad con Artur Mas, ¿qué cree que ha pasado por su cabeza (no era independentista) para que emprendiera este camino?

R.- Bueno, esta pregunta lógicamente quien la sabría responder y quien tendría razones para realmente responder sería el propio Artur Mas, pero yo creo que las personas evolucionan. Bueno, salvo yo, que siempre seré del Barça. Nací en una familia del Barça, me eduqué en todo este mundo del Barça y moriré siendo del Barça, éste es un tema intocable. También, creo que la gente, sea de la religión que sea, es coherente con su religión. Y, por tanto, es muy difícil que un día yo me haga musulmán o que un musulmán un día se haga católico, desde el respeto a los musulmanes y desde el respeto que yo pido para los católicos. Todas esas cosas son bastante inamovibles. Ahora bien, todas las demás… hay cosas que hacen que en la vida puedas cambiar tu forma de pensar y Artur Mas, como mucha gente, tenía unos pensamientos diferentes de los que tiene ahora, o a lo mejor ya los tenía y estaban escondidos.

P.- ¿Qué le parece la actitud del ex presidente Puigdemont? La huida, la estancia en Bélgica…

R.-Éste es un ejemplo, algunos hablan del presidente de la Generalitat y otros del ex presidente de la Generalitat. Poneros de acuerdo, ¿es ex presidente o es presidente?

P.- Bueno, ya lo están reconociendo hasta los independentistas…

R.- Sí, estamos en un mundo apasionante para ustedes, cada día hay algo nuevo. Usted acaba de decir algo que se está diciendo ahora “quizá nos precipitamos”. Hace un mes, que uno de los políticos que estuvieron a favor de la proclamación de la república dijera esto sería imposible. De alguna forma, creo que los cambios que se van produciendo es porque se están dando cuenta unos y otros (yo espero que sean unos y otros). Por eso le decía esa frase anteriormente de “saber ganar y saber perder”, ahí es donde creo yo que está la llave de la normalidad.  Lo que sí le puedo adelantar es que, en la escena en la que vivimos, no podemos continuar. Que, en cualquier reunión de más de cuatro o cinco personas, sea en la familia o sea con los amigos, acabe en discusión y en pelea, esto no es bueno, sin entrar en quien tiene razón, pero esto no es bueno. A veces se produce en el mundo del fútbol, sobre todo en el Real Madrid y el Atlético de Madrid, pero al final pesa más la relación personal. Hasta en la religión te puedes poner de acuerdo con alguien que no sea de tu religión. Pues bien, en esto parece que sea imposible ponerse de acuerdo entre los que opinan de una forma y opinan de otra. Yo creo que ese el gran reto del día 21. Me encantaría que hubiera una participación del cien por cien, que nadie pudiese decir “es que ha habido unos que han pasado olímpicamente”, no puede pasar nadie. Ningún catalán que se precie y aprecie Cataluña puede pasar el día 21, vote lo que vote, el día 21 tendría que haber una participación muy alta y espero que se bata el récord de participación. A partir de ahí espero que se respete el resultado, te guste más o te guste menos. Que se sepa ganar y se sepa perder.

P.- Este año se cumplen 25 años desde que usted, en el año 92 decidió, bañarse en el Támesis

R.- Un poco chiflado.

P.- A mí me lo parece, pero yo no seré quien se lo diga. ¿Por qué gran causa relacionada con Cataluña haría usted una apuesta así?

R.- El otro día me volví a bañar. Fue en el mar, pero tiene mucho más mérito porque bañarse con 22 nietos en la espalda no es lo mismo que bañarse con 5 hijos en la espalda.  Me mandó un mensaje al día siguiente (porque fue el día del París Saint Germain, el del 6-1) un nieto mío que tiene 5 años y me dijo “abuelo he visto que ayer te bañaste. Estás un poco chiflado, ¿no?”. Y le contesté, “querido nieto mío, tu abuelo no está chiflado, está muy chiflado”. Entonces yo soy consciente de que hay momentos de explosión de alegría. Ahora, más que bañarme, yo lo que hago es rezar y rezo para que se salga de todo esto. Y si me pregunta qué haría, pues mire, si el día 21 los que ganan saben ganar y los que pierden saben perder, si vuelve la normalidad y la convivencia, me iré a Montserrat a dar las gracias a la virgen. Yo me baño por el Barça, por otras cosas no me bañaría, pero por el Barça como ya está asumido que estoy chiflado y lo dice incluso mi nieto…

P.- Pero no me queda muy claro, ¿dónde se bañó usted la última vez?

R.- En el mar, ¡es que en Barcelona tenemos 7 kilómetros de mar preciosos, la Barceloneta!

P.- Ya, ya, pero que no me había quedado claro dónde se había bañado…

R.- Pero la del Támesis es una historia mucho más romántica y sobre todo la reacción del taxista, la mentalidad inglesa. Si en España, a las 5 de la mañana, paras un taxi y le dices al taxista “me quiero ir a bañar al río”, lo que hace el taxista es llevarte a comisaría directamente, no te pregunta ni cómo te llamas. Aquel taxista inglés, sin girarse, me dijo “Yes, Sir. Don’t worry”. Me preguntó si tenía que ser un sitio especial y yo le dije que lo único que quería era que fuera un sitio fácil para bajar hacia el Támesis. Cuando terminé el baño y todo el show, el inglés, sin mirarme, me dijo “¿algún capricho más?”. Yo le dije que no, bueno, salvo que tuviera otra cosa que ofrecerme. Y me dijo “hombre, son las 7, si quisiera usted desayunar con la reina, yo podría intentar tramitárselo”. Ese humor inglés nos falta aquí, un poco de ese humor.

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