NARCOTRÁFICO EN LA FRONTERA

La frontera de Melilla: la brecha por la que los narcotraficantes marroquíes lanzan su droga a España

El cierre de la frontera de Marruecos dispara el tráfico de drogas por el método del 'volteo'

Detenidos en La Línea al utilizar drones para alijar hachís en las costas

Más de un detenido cada dos días en lo que va de año por lanzar droga de Marruecos a Melilla

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Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Los 9,6 kilómetros de frontera entre España y Marruecos a través de la valla de Melilla se han convertido en un correcalles de narcotraficantes a ambos lados de la frontera. La Guardia Civil reconoce que desde el cierre de los pasos regulados desde Marruecos como consecuencia de la pandemia de Covid ha disparado un trasiego inusual a ambos lados de la valla tal y como puede apreciarse en el vídeo que ilustra la última operación policial que ha supuesto la desarticulación de grupos organizados que se ocupan de recibir y distribuir la droga en el lado español de la frontera.

Para los que no tienen acceso al uso de tecnología como los drones, burlar la vigilancia de la frontera de Melilla se ha convertido en una auténtica yincana a ambos lados del vallado. Desde hace tiempo las patrullas fronterizas detectaron un ajetreo considerable en la valla, que pese a estar vigilada por sistemas de videovigilancia y patrullas perimetrales no puede estar controlada de manera permanente a cada metro. Son esos huecos los que grupos de pequeños narcotraficantes aprovechan para introducir droga en España a través de Ceuta.

Al estar cerrada la frontera ya no puede ocultarse la droga en los bajos de los vehículos o entre las mercancías para el comercio lícito, así que desde hace varios meses la droga entra literalmente volando desde territorio marroquí, en lo que se conoce como volteo de droga.

Sólo en el último mes la Guardia Civil ha detectado el paso de 25 kilos de droga a través de este sistema tan aparentemente rudimentario como efectivo, porque si a priori parece depender exclusivamente de la fuerza del brazo del lanzador, este método de narcotráfico requiere de mucha coordinación a ambos lados de la valla.

Muy coordinado

Para empezar, ambos grupos, los que operan en el lado marroquí y los que se encuentran en Ceuta, deben acordar horarios aproximados para los envíos, y ahí cumplen un papel fundamental los aguadores. Como puede verse en el vídeo que acompaña este artículo la valla al completo está videovigilada y es casi imposible que esas cámaras, con visores nocturnos y sensores de movimiento, no detecten el momento del lanzamiento. Pero es que esa parte del proceso es problema marroquí y para cuando la gendarmería fronteriza detecta a los lanzadores y se disponen a detenerlos estos ya han abandonado la zona a bordo de vehículos o simplemente huyendo entre las calles cercanas a la frontera.

Así que la parte más delicada se produce en territorio español, donde los receptores de la droga son avisados por aguadores que vigilan las patrullas policiales cuando está menos vigilada una parte del vallado en Melilla para que puedan ir corriendo a recoger la mercancía de los narcotraficantes.

Precisamente,hace menos de dos semanas dos personas fueron detenidas justo cuando salían de una arboleda cercana a la frontera para recoger casi 8 kilos de droga que habían caído desde el lado marroquí hacia España en 12 paquetes llenos de bellotas de hachís.

En las imágenes sorprende ver cómo en el lado marroquí un grupo de chicos sale corriendo de detrás de una esquina, encapuchados y con las manos llenas de varios paquetes. Sortean el tráfico y a pocos metros de la valla comienzan a lanzarlos al otro lado con todas sus fuerzas para que queden lo más lejos posible de la alambrada. Ocurre a plena luz del día. Es al otro lado, en Ceuta, donde la acción predominantemente se produce de noche o al atardecer. En algunas de las escenas puede apreciarse cómo las personas que recogen la droga recurren incluso a la ayuda de vehículos para acercarse a los lugares donde ha caído la droga y huir nada más cargarla.

La pandemia ya provocó que en 2020 se batieran récords en esta modalidad de tráfico de drogas. Cuando se cumplió el primer año desde que Marruecos decidiera cerrar la frontera con España las cifras que ofreció la Guardia Civil fueron pasmosas: hubo un total de 252 actuaciones de la Benemérita que supuso la detención de más de 120 personas y la aprehensión de más de 200 kilos de hachís. Las fuentes consultadas por OKDIARIO auguran que las cifras en Melilla de 2021 tendrán poco que envidiar a las del primer año de pandemia.

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