Franco no le ha dado un solo voto a su desenterrador

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones @Getty
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones @Getty

Ni uno. Ni se lo da el general ya reposando en Mingorrubio, ni se lo da la insurrección catalana. Sánchez, según las opiniones de los expertos electorales que nos abruman estos días con mil encuestas, no se aprovecha ni del espectáculo televisivo de la exhumación, ni tampoco de su actitud tolerante con la subversión, pero es que además Sánchez y su partido sufren por su conchabeo con los partidos separatistas que han firmado, codo con codo con el etarra Otegui, un manifiesto alabando la secesión de toda una región española. La impresión repartida es que si hoy fuera ya 10 de noviembre la derecha superaría en votos a la izquierda, aunque ésta, gracias a la atrabiliaria Ley d’Hont podría ganar en escaños. Esto es lo que se cuece a trece días de las elecciones.

Esta semana ya finiquitada no parece, sin embargo, que haya sido especialmente buena para el PP. Si las estimaciones son precisas se encuentra estancado en los alrededores de los cien escaños. Claro está que para el PSOE estas profecías provisionales no le otorgan ni siquiera los ciento veinte. Prevenía muy cercanamente uno de los sociólogos que se devanan ahora mismo las meninges para saber qué va a ocurrir ese domingo clave del próximo mes, que la izquierda no se está movilizando porque ni le gustó nada, pero que nada, que no pactará con en su momento con la izquierda de Podemos, ni ha retozado de júbilo con la exhumación de Franco, ni le tranquilizan nada las cifras del paro que, según las informaciones de este cronista,  primero serán muy negativas para el Gobierno de Sánchez y, segundo, y pese a la martingala de retrasar su publicación oficial hasta después de debate del día 4, se filtrarán quieran  o no el aún presidente en funciones  y su ministra Magdalena Valerio.

En todo caso y por lo que parece las elecciones siguen muy abiertas. La impresión de los especialistas consultados es que, sin embargo, el 60% del voto de la izquierda va a reposar en el regazo del PSOE,  mientras únicamente el cincuenta por ciento del voto de la derecha se refugia en el PP. Y es que hay unanimidad en asegurar que el único partido que, de verdad, de verdad, se ha beneficiado de la resaca de Franco ha sido Vox y curiosamente y en menor medida Ciudadanos. Esta es una constancia sorprendente que debe confirmarse o no en las próximas fechas a medida que se avecinen las elecciones. Todos los técnicos coinciden en esto: el debate va a ser mucho más trascendental que en otras ocasiones, entre otros detalles dignos de importancia porque se va a incorporar al plató un protagonista nuevo, Santiago Abascal de VOX que, con toda seguridad, intentará herir políticamente a Sánchez con toda crudeza.  

Por lo demás existe gran expectación por conocer qué hará con su macroencuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) su mandamás Tezanos, siempre tan solícito con su admirado Sánchez, al que califica como el presidente con mayor apoyo popular de la reciente historia democrática de España. Pues bien, este sondeo se conocerá a más tardar este martes y no se  espera que las predicciones de Tezanos sean tan peligrosas para el futuro del aún presidente como las de las muestras privadas que, en aluvión, se están publicando sin cesar. Tezanos va a pronosticar la victoria de su jefe pero, quizá, no se atreverá a revelar lo dicho anteriormente en esta crónica: que la izquierda no está movilizada a favor de Sánchez porque no le aprecia en absoluto, que VOX está escalando posiciones y esto no le viene al PP, y que, eso resulta especialmente importante: el centroderecha gana en votos pero no en escaños al Frente Popular de Sánchez.

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