Eudoro, lugarteniente de Zapatero, aseguró a Maduro que Sánchez no reconocerá a Edmundo como presidente
Eudoro González viajó hacia España a bordo del Falcon que envió Sánchez a por Edmundo González
Eudoro González, lugarteniente del ex presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero para dirigir sobre el terreno la salida de Venezuela de Edmundo González, se encargó personalmente de que el presidente electo confirmase al régimen chavista que daría un paso al margen de la política. Presente y participante en las negociaciones en la residencia del embajador y también a bordo del Falcon que sacó a González del país, el hombre de confianza de Zapatero dio garantías de que Edmundo no sería «un presidente de papelito». Es decir, que no ejercería en su condición de presidente electo que luego, de vuelta a España, le negó el Gobierno de Pedro Sánchez.
El papel jugado por Zapatero en la salida de Edmundo González ayudó al régimen a reforzar el compromiso del presidente electo de que no ejercería como tal una vez instalado en su asilo de España. Lo hizo a través de Eudoro González, que había llegado a Caracas a bordo de un vuelo regular de Air Europa unos días antes de la marcha del líder venezolano, previa firma de una carta en la que «bajo coacciones, amenazas y presiones», el ganador de las elecciones reconoció la victoria de Maduro como legítima y se comprometió a hacerse a un lado.
El régimen chavista va desvelando poco a poco detalles que elevan las sospechas sobre el papel que ejercieron Zapatero y el embajador español en Caracas, al que el presidente de la Asamblea Venezolana ha calificado como «testigo de excepción» de cuanto sucedió alrededor de esa mesa de la residencia diplomática.
Pese a que Venezuela no ha querido desvelar la identidad del «intermediario» que estuvo presente en esa negociación, fuentes diplomáticas consultadas por OKDIARIO señalan «sin ninguna duda» a Eudoro González como el cuarto interlocutor. Los otros tres fueron el propio Edmundo González y los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez, gerifaltes del régimen.
Eudoro González no fue un mero testigo en ese encuentro, del que el embajador español hizo de anfitrión y regó con whisky Chivas de 12 años. El hombre de Zapatero tomó la palabra en varios momentos clave, tal y como se puede comprobar en los audios que ha ido desvelando el chavismo. Y lo hizo para asegurar a los dos representantes de Maduro que «no está en la agenda ir a proclamar un gobierno» de Edmundo desde España. «Lo ha dicho él, no soy su vocero», insiste Eudoro mientras habla en nombre de González. «Sabemos quiénes van a insistir» en que sea reconocido, señala el hombre de Zapatero en esos audios.
El intermediario propuesto por Rodríguez Zapatero señala incluso a sus interlocutores chavistas que Edmundo «no va a ser un presidente de papelito» en España, en referencia a que no buscará ejercer como electo jefe de gobierno de Venezuela. Una promesa que luego el Ejecutivo de Sánchez se ocuparía de certificar votando en contra de su reconocimiento, primero en el Congreso de los Diputados y luego en el Parlamento Europeo.
Hombre clave
«Eudoro González mantiene desde hace años una estrecha relación tanto con Edmundo como con Zapatero, que es el primero en llamarle para ofrecerse de mediador ante el régimen», afirman estas fuentes que desmontan las mentiras del Gobierno de Sánchez que alegaban no haber negociado en ningún término con Maduro. No sólo hubo negociación sino que recurrieron al chantaje y a la extorsión en la propia embajada española bajo la atenta mirada del embajador español Ramón Santos.
Eudoro González fue diputado en la Asamblea Nacional por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la amplia coalición política venezolana opositora al régimen de Maduro. Esto no le impidió mantener excelentes relaciones con el chavismo -su hermano Leonardo González Dellán fue designado por Chávez para dirigir el Banco Industrial de Venezuela (BIV) entre 2002 y 2004- y una gran amistad con Zapatero. «Eudoro y Zapatero son casi lo mismo cuando se trata de ayudar al régimen», dicen las mismas fuentes.
Cuando el ex presidente socialista, hoy casi una pieza más del engranaje dictatorial de Maduro, se ofreció como mediador para deportar a Edmundo, la Inteligencia cubana ya tenía en la mira infiltrar a Eudoro González en la negociación. Todo a espaldas de María Corina Machado, a la que mantuvieron al margen para no frustrar la operación de extorsión al legítimo ganador de las elecciones del 28J.
Sánchez conocía el chantaje
El Gobierno se agarra al hecho de que no participó directamente en la elaboración del documento que firmó el presidente electo de Venezuela, Edmundo González, para darle un salvoconducto de salida del país en un Falcon militar español. Sin embargo, sí conocía el contenido y las chantajistas condiciones impuestas por el régimen, como el reconocimiento de Nicolás Maduro como presidente o su renuncia a la labor política durante su asilo en España. Lo prueba la presencia del embajador español en esa mesa, donde según ha revelado el vicepresidente venezolano, Diosdado Cabello, se negociaron y modificaron abiertamente los términos de la carta a petición del propio González.
La escena ya es conocida gracias a la filtración del Gobierno venezolano, que ha revelado tanto el texto de la carta de renuncia de González como varias imágenes tomadas en la residencia del embajador español. Llevan el sello de la Asamblea Venezolana. Sin embargo, se desconoce la duración o el contenido de ese encuentro, que precipitó la salida de González del país.
El régimen de Maduro va desvelando detalles a cuentagotas y gestionando la información y pruebas que dispone, y la última revelación no deja en buen lugar al Gobierno de Pedro Sánchez. El encargado ha sido Diosdado Cabello, que ha confirmado que ese encuentro no fue una mera firma del documento y varias copias. Fue una negociación de los términos de rendición de Edmundo González, tal y como se ha relatado en un programa televisivo de propaganda del régimen.
Según la versión venezolana, en ese encuentro se matizaron términos de la carta para su versión final. «Pon esto, quita lo otro», señala Cabello que solicitaba Edmundo González. Toda la escena, como puede verse en las fotos -que son fotogramas de un vídeo aún por conocer-, se desarrolla bajo la atenta mirada del embajador español Ramón Santos. El diplomático que abrió su residencia a Delcy Rodríguez, la mano derecha de Maduro.
«La verdad es que fue una negociación», ha insistido Cabello, que ha querido aprovechar la ocasión para ridiculizar a Edmundo González. Cabello es el encargado de esa tarea para el régimen. «En un momento, Jorge (Rodríguez) –presidente de la Asamblea– le dice ‘bueno como no hay acuerdo vuelvo otro día’, a lo que Edmundo contestó ‘no, no, no, que me quiero ir ya», relata la mano derecha de Maduro.
Conocían el chantaje
Esta revelación pone al Gobierno español en una situación incómoda: aunque no participase en la elaboración de esa carta, considerada por Edmundo González como un carrusel de «presiones, amenazas y coacciones», sí conocía su contenido. Y como es lógico, y acreditan fuentes diplomáticas, también lo conocía el Gobierno gracias a la Embajada en Caracas.
Las implicaciones no son menores: Maduro no sólo exigió a González un reconocimiento de su victoria fraudulenta en las elecciones del pasado 28 de julio, sino que le impuso el fin de su vida activa en política. Hecho relevante a tener en cuenta, ya que menos de una semana más tarde el PSOE votaba en contra de reconocerle como presidente electo de Venezuela y seguía así el mandato impuesto por Maduro en esa carta. Una votación cuyo signo repetirían los socialistas en el Parlamento Europeo este mismo jueves.
Mientras, el Gobierno sigue insistiendo en que no hubo más negociación que la operativa técnica para llevar a Edmundo hasta la pista del aeropuerto de Maiquetía donde le esperaba un Falcon del Ejército del Aire enviado 72 horas antes a República Dominicana. «No hay negociación ni contrapartida política», ha insistido este jueves el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.