España entrará el próximo año en los niveles de deuda en los que fueron intervenidas Italia y Portugal

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Pedro Sánchez en el Parlamento europeo. (Foto: EP)
Carlos Cuesta

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acaba de vender su plan económico como la panacea. Un plan que pretende utilizar los 140.000 millones de supuesto rescate europeo a España para crear 800.000 empleos en 3 años. Y sólo en el segundo trimestre de 2020, España ha perdido un 1.074.000 empleos por la desastrosa gestión del coronavirus. La Consultora Freemarket estima ahora que la deuda de España será del 112% del PIB al cierre del ejercicio: los mismos niveles de deuda en los que Italia fue tutelada por la UE, y Portugal y Grecia fueron intervenidas en plena crisis subprime.

El informe de Freemarket destaca que la “pésima evolución del déficit se va a traducir en una acelerada escalada, casi 30 puntos, de la participación de la deuda en el PIB en 2020. Esa ratio continuará creciendo en términos acumulados durante los dos próximos años”.

El resultado será el posicionamiento del nivel de deuda pública de España en porcentaje del PIB en el 122%. Un nivel que las recientes experiencias económicas sitúan como muy peligroso. Tanto, que en los años 2010-2012 marcó, en plena crisis subprime, el inicio de muchas de las intervenciones de países en la UE.

Portugal pidió en abril de 2011 el rescate europeo a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera y el FMI. Lo hizo en el mismo ejercicio que cerró con un 114,40% de deuda en porcentaje del PIB. En 2012 ese dato escalaba al 129%.

Grecia inició esos trámites en abril de 2010 ante la Comisión Europea, el BCE y el FMI para acceder al mecanismo de ayuda. Ese año 2010, Grecia cerraba con un 146,20% de deuda sobre PIB. Pero el ejercicio precedente, el que desencadenó en el rescate, cerró con un 126,70%. No tan lejano a los datos esperados por Freemarket para este 2020 en España.

Irlanda pidió su rescate por la crisis subprime en noviembre de 2010. Ese año la deuda pública irlandesa cerró en un 86%. Pero en escasos meses se elevó hasta el 111,10% de 2011. Los años 2012 y 2013 el indicador escaló hasta el 119,90%.

El ex comisario europeo Mario Monti tomó las riendas de Italia en noviembre del año 2011. Ese año la deuda pública italiana cerró en el 119,70% y al siguiente ejercicio escaló hasta un 126,50%.

El estudio de Freemarket destaca que “el impacto de la crisis sobre las finanzas públicas está siendo de una extraordinaria gravedad. La disminución de los ingresos derivada de la caída de la actividad económica, el incremento de los gastos propulsado por el juego de los estabilizadores automáticos y las medidas instrumentadas para combatir los efectos de la pandemia van a suponer un agudo deterioro de las cuentas públicas”. Para la firma de análisis “esta combinación de factores se suma a un escenario pre-crisis en el cual el endeudamiento del sector público era muy elevado después de una expansión de seis años con tasas de crecimiento del PIB superiores a las del promedio de la UE y de la Eurozona, en los que no se realizó esfuerzo alguno por reducirlo. La corrección experimentada por el desequilibrio financiero del sector público fue de naturaleza cíclica. No se hizo prácticamente nada por recortar el déficit estructural y las escasas iniciativas en este sentido, la aplicación de índices correctores en el cálculo de las pensiones, fueron revertidas por el actual Gobierno”.

Recorte del gasto público

El estudio va a más y señala que “en ausencia de un Proyecto de Presupuestos Generales del Estado que plantee un recorte del gasto público, lo que no sucederá salvo imposición exterior, el déficit de las Administraciones Públicas (AA.PP.) y el estructural van a sufrir un acusado empeoramiento, situándose en niveles muy superiores a los de la pasada fase recesiva. De acuerdo con nuestras estimaciones, el primero se situará a finales de 2020 en el 13,8% y el segundo en el 6,8% del PIB, respectivamente. Esta situación no mejorará en 2021 ante el mantenimiento de la suspensión del Pacto de Estabilidad hasta 2022. La UE ha respaldado, en este sentido, a España en su irresponsabilidad fiscal y presupuestaria”.

Freemarket añade que “esta pésima evolución del déficit se va a traducir en una acelerada escalada, casi 30 puntos, de la participación de la Deuda de España en el PIB en 2020. Esa ratio continuará creciendo en términos acumulados durante los dos próximos años. Esto supondrá un notable incremento de las necesidades de financiación del Tesoro”.

El informe explica que “si bien las condiciones de financiación de la deuda de España son todavía favorables en términos de tipos de interés y el mercado ha mostrado hasta la fecha su disposición a adquirir bonos soberanos españoles sin exigir una elevación significativa de la prima de riesgo, esta situación tiene altas posibilidades de alterarse. En el supuesto, bastante realista, de que la economía española se quede atrás en el proceso de recuperación registrado por el resto de los países europeos, se eleve al coste del financiamiento soberano y se materialicen los pasivos contingentes, la ratio deuda pública/PIB puede colocarse en una senda insostenible”. Y “ese riesgo se acentúa en un escenario de ausencia de un plan de consolidación a medio plazo que permita visualizar la voluntad gubernamental de abordar el recorte del déficit público”.

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