ERC: «Ahora jugamos en primera división, no daremos nuestro brazo a torcer tan fácilmente»

«Habrá gobierno». En eso coinciden casi todos los representantes del PSOE y ERC consultados por OKDIARIO tras la primera reunión de sus equipos negociadores, celebrada este jueves en el Congreso. Los socialistas sitúan la formación de este ejecutivo socialcomunista para antes de navidad. Los independentistas para después. Reconocen los de Gabriel Rufián que «tras mucho tiempo jugando en la segunda división B de golpe jugamos en primera división, por eso no podemos dar nuestro brazo a torcer tan fácilmente».

ERC forzará la máquina todo lo que puede. Y exprimirá al PSOE todo lo que se deje. De momento les ha obligado a reconocer que hay un «conflicto político entre Cataluña y España». Pero ya está. El resto de reclamaciones de ERC antes de la investidura, prácticamente, las había asumido el Partido Socialista con anterioridad, a través de las declaraciones de Granada y Pedralbes. Tras la investidura, y sin mayoría para aprobar nada, ERC volverá a pasar por caja.

La mesa de negociación «de igual a igual» entre gobiernos o la amnistía de los presos condenados por el 1 de octubre, son peticiones «irrenunciables» por parte de ERC. Desconfían profundamente de Sánchez, del PSOE y del PSC. Y aunque estos últimos, como ha avanzado este periódico, están dispuestos a aprobarles los presupuestos en el Parlament, quieren que antes de investir a Sánchez aprueben las cuentas catalanas.

«La cosa fue bien, pero aún queda mucho partido» reconocían este viernes en las filas republicanas. Afirman que «de momento no hay una postura fijada» y por eso, como ha explicado este viernes OKDIARIO, el lunes la ejecutiva de los independentistas se traslada a Madrid, para reunirse excepcionalmente en el Congreso de los Diputados. Gestos y demostración de fuerza. Se saben imprescindibles y se lo harán pagar a un Sánchez del que lamentan «su tono en campaña electoral». Ya lo dijo Rufián hace unos días: «a un Pedro Sánchez derrotado se le puede sentar en la mesa». Y si es para mantenerle en Moncloa, ironizan, «incluso es capaz de hacerse independentista».