Familia

Dos niños sufren malos tratos de su madre durante años tras encubrirla una educadora social

Malos tratos
Los informes de Servicios Sociales donde se deja constancia del ocultamiento.
Manuel de Castro
  • Manuel de Castro
  • Candás, Asturias (1998). Es redactor de Investigación en OKDIARIO. Estudió Economía y Periodismo en la Universidad CEU San Pablo. Tras trabajar en Generali y Deloitte, pasó al periodismo de la mano de 7NN TV en 2021. También hizo el pódcast "Madrid, 11 de marzo", disponible en todas las plataformas. En mayo de 2023 ficha por OKDIARIO.

Una trabajadora de los Servicios Sociales de Corella (Navarra) ocultó la agresión de una madre hacia su bebé como si hubiera sido una caída fortuita. Así consta en un informe al que ha tenido acceso OKDIARIO, en el que se constata cómo esa educadora social recomienda, a la vista de los hechos, que la madre acuda al médico diciendo que la niña «había sufrido una caída», sin más. Eso evitó que fuera denunciada por malos tratos. Todo pese a que, dos años después, la misma trabajadora de Servicios Sociales reconoció por escrito que los hijos de esa mujer eran sometidos por ella a un «maltrato físico y emocional», pero en ese nuevo informe siguió aconsejando que los niños siguieran con su progenitora.

No fue hasta dos años y medio después cuando le retiraron la custodia, a raíz de que el niño pequeño tuviera que ser asistido en urgencias con una quemadura de segundo grado. Previamente, la niña mayor, cuando tenía ya cuatro años, cayó de un tercer piso mientras estaba sola en casa.

Hasta que la perdió, la custodia la ostentaba la madre en exclusiva, porque sobre el padre pesaban denuncias por violencia de género. Una de esas denuncias quedó archivada y la otra está aún pendiente de resolución. Del resultado de esta denuncia todavía por resolver dependerá que la custodia de los niños sea dada o no al padre. Mientras tanto, desde el pasado mes de abril están al cuidado del Equipo de Atención a la Infancia y a la Adolescencia de Navarra.

Secuencia de hechos

1 de agosto de 2017. Una familia de padre de 36 años, madre de 22 años e hija de un año llegan a los Servicios Sociales para pedir una vivienda de protección oficial en Corella, Navarra. Dicen tener una situación complicada a nivel económico, ya que ninguno de los dos tiene un empleo estable. Concedida. El 31 de diciembre de 2017, día de Nochevieja, la madre llama a Servicios Sociales porque dice que quiere separarse del padre. Ocho días más tarde se dan una segunda oportunidad. Pero esa segunda oportunidad dura poco en el tiempo y se produce otra separación.

Seis meses después, el 11 de junio de 2018, un vecino da la voz de alarma cuando ve que la madre coge a la niña en brazos y la tira al suelo. Según aseguran los propios Servicios Sociales de Corella, una vez llegan al domicilio se encuentran a la niña y a la madre (que está llorando y muy nerviosa) con una amiga. Según relatan, la casa «estaba desordenada con cajas y ropa tiradas». Cuando pasan a visitar la cocina también se la encuentran desordenada y muy sucia.

Mentira

La niña, según los propios Servicios Sociales, tiene un chinchón en la frente y un raspón en la nariz. En el escrito de los Servicios Sociales, que firma la educadora social P. Z. L., se destaca que «no se denuncia la agresión a la menor». En este mismo escrito, la educadora social señala que la madre «estaba asustada y nerviosa por si le iban a quitar a la niña, ya sabe que eso no lo tiene que hacer…». Y remata indicando P. Z. L. en dicho informe que anima a la madre a mentir ante el médico: «Orientamos a que acudiera al centro de salud de Corella para que se le hiciera un reconocimiento médico a la niña y que se expresara que había sufrido una caída».
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Tras esa recomendación de la educadora social para que el caso de agresión a la menor fuera pasado por alto como una caída fortuita, efectivamente se produce el informe médico en el que la madre logra que esa versión exculpatoria sea recogida por los facultativos. El informe médico, al que ha tenido acceso OKDIARIO, indica que «dice la madre que [la bebé] estaba andando y se ha caído hace entre dos y tres horas».
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En su informe, los servicios sociales también reconocen que tanto la madre como la menor tienen signos de falta de higiene. La única medida que toman los servicios sociales es realizar un seguimiento para comprobar que este falso accidente ha sido un hecho aislado.

Quince días después, ya separados, el padre llama a los Servicios Sociales denunciando que la madre no quiere llevar a su hija a la guardería. La educadora social acude al domicilio, aún más sucio que en la anterior visita.

Hijo y denuncia

Meses después, en enero de 2019, la madre denuncia al padre por violencia de género, una denuncia que acabará siendo archivada, pero que provoca la ruptura definitiva de la pareja y que la custodia pase a ser únicamente de la madre a pesar de los presuntos maltratos acreditados por los servicios sociales. El padre, a partir de este momento y hasta que se acabe la investigación, sólo podrá ver a su hija durante dos horas cada 15 días en un punto de encuentro y con un supervisor en todo momento. En ese mismo mes nace el segundo hijo de la pareja, del que también tendrá custodia exclusiva la madre.

Más de un año después, la madre se echa otro novio. Un novio con el que abandona a sus hijos hasta que éste alerta al padre de los pequeños. La Policía se persona en el domicilio y ve como la madre, que ya había llegado para entonces, había tomado un orfidal (ansiolítico) y había empujado a su hija mayor (ya de cuatro años) y a su pareja, mientras que a su hijo pequeño «sólo» le ha dado un tortazo.

El informe

En su informe final, los Servicios Sociales reconocen que la madre, «maltrata física y emocionalmente» a sus hijos, que falta higiene en el entorno y que, por su inestabilidad emocional «no es capaz de atender bien a sus hijos». Sin embargo, sorprendentemente, la conclusión de la educadora social tras redactar este informe es que, con la supervisión del Programa Especializado de Intervención Familiar del Gobierno de Navarra es suficiente. La madre mantendrá la custodia exclusiva de los dos niños.
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Enero de 2022. La niña, de 4 años, ingresa en la UCI. Se ha caído desde un tercer piso. La cuidadora llegaba tarde, la madre se tenía que ir a trabajar y decidió dejar a los pequeños de tres y cuatro años solos hasta que llegara la chica. A pesar de la gravedad de los hechos, el juzgado también archiva las actuaciones porque este accidente ha sido algo «puntual». La madre sigue teniendo la custodia exclusiva de los menores a los que agrede, maltrata, los mantiene en condiciones nada higiénicas y sufren accidentes como esta caída de la mayor por la ventana.

Quemadura

En abril de este mismo año, el niño pequeño (nacido justo cuando la madre denunció al padre por violencia de género), llega al colegio con dolores. Desde el centro se llama de urgencia al centro médico. Los profesores advierten al doctor de que la menor podría estar sufriendo malos tratos en su casa. Según el parte médico, el niño tiene una quemadura de segundo grado en el maleolo externo de la pierna izquierda. Tras preguntarle al menor, este afirma que se lo ha hecho su madre porque «no recogió y se enfadó».
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La defensa del padre (que sigue sin poder ver a sus hijos por una segunda denuncia por violencia de género tras el archivo de la primera) afirma que esta quemadura se la hizo con la hoja de un cuchillo tras calentarla previamente. En este momento sí, la madre pierde la custodia de sus hijos, que no pasarán a estar con su padre, sino que quedarán a cargo del Equipo de Atención a la Infancia y a la Adolescencia de Navarra (EAIA).

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