Dictadura lingüística

Un documento de la Generalitat ordena vigilar el uso del catalán en patios y comedores escolares

La Generalitat elabora un documento sobre el catalán en las aulas
La Generalitat elabora un documento sobre el catalán en las aulas

El Gobierno de la Generalitat, liderado por Quim Torra, ha elaborado un documento en el que exige al personal docente y demás trabajadores de los centros educativos de Cataluña que el catalán sea la lengua utilizada en cualquier ámbito: aulas, recreos e, incluso, el comedor.

El ‘Documento para la organización y gestión de los centros’ para el próximo curso cuenta con trece páginas en las que el Govern impone que la lengua catalana no sea únicamente «objeto de aprendizaje»: «Es el lenguaje de la institución y, por tanto, el lenguaje de uso habitual en todos los espacios del centro, en la relación con la comunidad educativa y con todos los estamentos sociales en general», recoge.

La lengua catalana, expone, «se utiliza habitualmente en las acciones del centro en el que intervienen instituciones y entidades del entorno, con el objetivo de garantizar su continuidad y coherencia educativa». Esto supone que sea el catalán la lengua usada en los colegios como idioma prácticamente único.

La obligación supone el desplazamiento casi total del español en las aulas en Cataluña. Según publicó OKDIARIO, una organización catalanista autodenominada ‘Plataforma per la llengua’ infiltró ‘espías’ para controlar precisamente este aspecto. Los infiltrados se hacían pasar por monitores de angloparlantes que apuntaban, sin que nadie de los afectados lo supiese, la lengua en la que se comunicaban los profesores y alumnos de distintos colegios catalanes.

Esta acción llevada a cabo por la asociación financiada por la Generalitat responde a ordenanzas como este documento de organización de los colegios. La normativa fija que el catalán se use también fuera de las aulas y se requiera esta exigencia al «personal a cargo de la gestión de actividades no educativas como almuerzos escolares o actividades extracurriculares».

El documento se convierte así en un elemento de presión sobre el personal que trabaja en los colegios catalanes que se ven obligados también a rotular en catalán: «La rotulación de los espacios del centro estará en lengua catalana. La presencia de otros idiomas en el espacio físico del centro (paredes, carteles, etc.) se limita a las producciones de los estudiantes”.

Contra leyes y sentencias

Con este documento a través del que la Generalitat ordena a los centros educativos públicos cómo deben articular sus Proyectos Lingüísticos, los independentistas persiguen un objetivo. Conscientes de que estos usos lingüísticos infringen el ordenamiento jurídico (desde leyes orgánicas a sentencias del TSJC), la Consejería de Educación los impone en unas instrucciones distribuidas a las direcciones de los centros (sin posibilidad de conocimiento directo por los usuarios o trabajadores).

De este modo, el Gobierno de Cataluña logra que cuando alguna familia o ciudadano afectado (funcionarios y trabajadores del centro incluidos) reclame sus derechos, la dirección del centro aduzca que cumple las Instrucciones de la Administración. O que si el afectado se dirige a la propia administración, ésta decline cualquier tipo de responsabilidad alegando que es el colegio el que hace ejercicio de su ‘autonomía’.

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