Díaz dinamita la confianza con Sánchez: Moncloa cree que «quiere hacer estallar la coalición»

En Moncloa denuncian que "Yolanda Díaz ha cancelado reuniones hasta con cinco ministros en cuestión de días para no dar explicaciones"

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Pedro Sánchez y Yolanda Díaz
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. (Foto: Pool)
Joan Guirado

Lo que parecía un idilio se torció. Todo lo que ha ocurrido esta última semana en el Gobierno de coalición es más grave de lo que a través de los medios, o conversaciones informales, sus protagonistas han transmitido. Aunque a diferencia de otras crisis esta no se ha intentado negar, excepto al inicio y desde el PSOE, la polémica de esta semana las supera todas. Y ha dinamitado por completo la confianza entre un Pedro Sánchez y una Yolanda Díaz que prácticamente no se hablan en privado. En Moncloa creen que la vicepresidenta quiere elecciones anticipadas. Y la acusan de «querer hacer estallar la coalición» para impulsar su proyecto personal. El acuerdo alcanzado a media semana, por los nombres, solo cierra en falso la crisis.

Desde el entorno de Sánchez, que a la vuelta de la cumbre del G-20 en Roma (este fin de semana) y la COP26 en Glasgow (el lunes) reunirá a las vicepresidentas económica y de trabajo y a los ministros de Hacienda y Seguridad Social, consideran «alarmante» lo que se ha vivido desde el pasado jueves. Y tienen la mirada muy centrada en ese encuentro del martes en el Palacio de La Moncloa. Porque creen que Díaz «lo volverá a intentar». Se refieren a romper el Gobierno y provocar un adelanto electoral. «La reforma laboral es la excusa para construir su nuevo espacio político», consideran.

Fuentes de la presidencia sueltan esas afirmaciones con el enfado por la actitud recurrente de la líder de Unidas Podemos en el Gobierno. Denuncian que en las últimas semanas, en la recta final de la negociación por la reforma laboral, ha cancelado hasta cinco reuniones con diferentes ministros para no tener que dar explicaciones. De hecho todo se rompió cuando por esa falta de transparencia, Sánchez encargó a Nadia Calviño coordinar la acción de los distintos ministerios implicados.

Lo hizo tras el aviso de Bruselas de que no aceptaría un acuerdo como el que promovía Díaz que no incluía la patronal, con la que los hombres de negro estuvieron reunidos durante más de dos horas hace unas semanas. Fue el 14 de octubre tras remitir la vicepresidenta segunda un documento a los sindicatos y otros ministros que no había consensuado en el seno del Gobierno. Moncloa estalló y la ministra de Trabajo lo consideró «una injerencia». Finalmente Calviño estará en las reuniones para supervisar al número dos de Yolanda Díaz.

La dimensión de la crisis que se desató el jueves de la semana pasada, y la proyección pública de la misma, sorprendió por completo a un presidente que se encontraba de viaje en Bruselas. «Esto era habitual con Pablo Iglesias como estrategia de presión, pero no nos lo esperábamos de Díaz» resume una fuente cercana a Sánchez. De hecho, con el relevo entre líderes de Unidas Podemos, en Moncloa respiraron aliviados pensando que habían cambiado las formas de solucionar las tensiones internas. Y así era desde marzo hasta ahora. Tal como avanzó OKDIARIO, la explicación se debe a que tras la gestión de esta crisis liderada a por Ione Belarra se encuentra el mismo Iglesias.

Con el miedo a que de aquí a diciembre, cuando expira el plazo que se dieron los dos socios para dar luz verde a la reforma laboral, Yolanda Díaz «vuelva a intentar» dinamitar el Gobierno, el PSOE cedió esta semana a todas las peticiones de ERC y el PNV para evitar una enmienda a la totalidad a los Presupuestos que enfangase el debate de esta semana y pusiera más condicionantes a la estabilidad de la legislatura. Unas concesiones que vienen acompañadas de una imposición de silencio a los dirigentes socialistas. «Que nadie hable, solo los autorizados» pidió Sánchez. Cualquier palabra mal pronunciada puede hacer saltar por los aires una relación muy frágil.

De ahí que, ante ese miedo de que los socios minoritarios pudieran añadir con las cuentas públicas más gasolina al fuego, Félix Bolaños, María Jesús Montero, Rafael Simancas, Héctor Gómez y parte del gabinete presidencial se pasaran negociando toda la noche y la mañana del viernes con los separatistas para no añadir más tensión a la situación. Aunque nunca han transmitido miedo en público a no poder aprobar las cuentas, a finales de esta semana algunos colaboradores de Sánchez lo tuvieron. Y saben que de aquí a diciembre pueden volver a vivir la misma situación con la negociación real y la reforma laboral.

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