ARAGÓN

Dolor vecinal por el incendio en Villafranca: «Hicimos lo que debíamos para salvar a los ancianos del fuego»

En la madrugada de este viernes, un incendio ha provocado la muerte de diez personas

El Gobierno de Aragón ha decretado este sábado de luto

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Paula Ciordia

Villafranca de Ebro (Zaragoza) es, en estos momentos, un pueblo desolado. La tristeza se palpa en sus calles. La iglesia no suele estar abierta a las cuatro de la tarde del viernes. Sin embargo, el párroco ha dado órdenes para que sus puertas permanezcan así durante todo el día, por si alguien se acerca a rezar. En un instante, la tragedia se ha cernido en la residencia de ancianos de la localidad. A las 05:00 horas de este viernes, un incendio en dicha residencia, todavía por esclarecer, ha terminado con la vida de diez personas.

OKDIARIO se ha trasladado hasta este pequeño pueblo de 800 habitantes y ha podido hablar con sus vecinos, que están desolados, ya que los residentes de este centro «ya eran parte del pueblo». Y es que, a pesar de que muchos de ellos no habían nacido en este municipio, llevaban más de 10 años residiendo en este centro y salían a pasear por las calles de Villafranca.

«Álvaro era un señor que iba todos los domingos a misa. Lo sacábamos la gente que estábamos en la parroquia, así nos lo pidieron sus familiares», explica una de las vecinas: «Se lo pasaba muy bien».

«Estamos muy tristes. A él lo conocíamos mucho. Salía de la residencia y lo acompañábamos a misa», recuerda. Junto a esta vecina está otra amiga. Ambas conversan en la plaza del pueblo, velando la entrada del templo. En Villafranca de Ebro, no se habla de nada más. ¿De qué otra cosa se va a hablar?

Desde la plaza del Ayuntamiento, se atisba brillante el sagrario de la iglesia de Santiago Apóstol. Sus puertas abiertas de par en par es también un homenaje a uno de los ancianos que esta madrugada han perdido la vida a causa de la nube de humo que se ha originado en el incendio despertado en una de las habitaciones.

residencia incendio
Iglesia de Villafranca de Ebro.

Testimonios del incendio de la residencia

Una de las trabajadoras de la residencia relata su tristeza al recordar cómo fueron los primeros momentos desde que llegó a la residencia: «Cuando llegué ya estaban todos los coches ahí, la ambulancia, la Guardia Civil, los Bomberos, prestando atención. Yo, al trabajar ahí, conocer los residentes, intenté prestar toda la ayuda posible: abrigarles, darles la mano…».

«Mi turno comenzaba a las seis de la mañana. Cuando yo llegué ya no había tanto humo fuera. Yo ya no pude acceder dentro. Me quedé fuera ayudando a quien podía», explica. «Da nostalgia lo que ha sucedido. Conozco a estas personas y es un sentimiento muy encontrado, porque al menos, gracias a Dios, muchas de ellas se pudieron salvar».

En estos momentos, los supervivientes se encuentran al cuidado en una residencia nueva y sin estrenar que el Gobierno de Aragón ha puesto a su disposición en Huesca. Ahí residirán hasta que la situación vuelva a la normalidad en los Jardines de Villafranca, donde había internos 69 personas, de 25 a 90 años de edad, de los cuales diez han perdido la vida. Todos de ellos estaban en esta residencia especial a la que atendían a personas con problemas de demencia y de enfermedad mental.

Además, dos de los internos se encuentran en el hospital Royo Villanueva, donde fueron trasladados de urgencia a causa de las graves lesiones que padecían. Se trata de un varón de 65 años en UCI con pronóstico grave, pero estable, y otro varón de 72 años que permanece en observación en Urgencias y se encuentra estable. Sin embargo, los vecinos del pueblo todavía no han recibido más detalles de la identidad de los fallecidos.

«Eran parte del pueblo»

«Había un grupo de la residencia que podía salir de vez en cuando, y los conocíamos en el pueblo. Venían al bar, iban de paseo, a comprar las tiendas, a comprar el periódico. Incluso alguna practicaba pilates con nosotras. Ellos, creo que están bien. Del pueblo, sólo había una señora», explica, «he podido hablar con la nuera y me ha contado que está bien». «Algunos llevaban 14 años aquí», detalla.

Otra de las vecinas del pueblo, visiblemente muy joven, recuerda consternada a lo sucedido: «Pasan mucho por el pueblo. Los conocemos a muchos de ellos. Van a comprar, a la biblioteca. Al final, te los encuentras muchas veces paseando por la calle. Algunos de ellos son un vecino más en el pueblo».

De la misma manera, la entrega de la alcaldesa de Villafranca de Ebro, Volga Ramírez, ha sido total. Ella recibió a las cinco de la madrugada una llamada de alerta del 112 avisando de lo sucedido. Sin perder el tiempo, Ramírez y su marido Carlos fueron inmediatamente a la residencia, para tratar de evitar que el humo provocado por el incendio, ahogara a los residentes.

«No había otra. Hicimos lo que teníamos que hacer para salvarlos del fuego. Intentamos sacar a todos los que pudimos junto con las trabajadoras de la residencia y los vecinos que acudieron a socorrerles hasta que llegaron los Bomberos, la Guardia Civil, Voluntarios de Protección Civil, psicólogos, trabajadores sociales y médicos del 061, además de personal médico de los centros de salud de las localidades de Alfajarín y Fuentes del Ebro», explica.

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