Memoria Histórica

Delgado pide perdón a los exiliados republicanos para justificar los 15 millones destinados a Memoria Histórica

La ministra de Justicia, Dolores Delgado, ha pedido perdón a los exiliados republicanos por "tantos años de silencio" sobre las víctimas del franquismo y ha defendido los 15 millones presupuestados en Memoria Histórica como una "inversión en dignidad" para que los "populismos emergentes" no repitan aquel drama.

Dolores Delgado
Dolores Delgado, ministra de Justicia.

El antiguo Salón de Sesiones del Senado ha acogido un homenaje al exilio republicano, organizado por el PSOE con ocasión del 80 aniversario del éxodo de medio millón de españoles al final de la Guerra Civil, en el que tanto representantes de exiliados, deportados y sus descendientes como el historiador Nicolás Sánchez Albornoz han reclamado al Estado reparación para las víctimas.

Durante un acto que ha durado casi dos horas y en el que no han faltado símbolos republicanos y algunos vivas a la República entre los invitados, la ministra ha tomado la palabra para pedir, en nombre del Gobierno, «perdón por tantos años de silencio, de estar mirando a otro lado, de estar criminalizando a las víctimas del franquismo», algo «que era una ‘revictimización’».

Un fuerte aplauso de los representantes de los exiliados ha acogido la declaración inicial de Delgado, quien ha dado a continuación las gracias por su valentía y su ejemplo a aquellos «héroes y heroínas de la democracia», porque «el exilio no es el pasado, no es la memoria», sino «la dignidad de futuro, la pervivencia de unos valores que siguen».

En este punto, ha destacado el compromiso del Gobierno de Pedro Sánchez que muestran los 15 millones de euros destinados a Memoria Histórica en el anteproyecto de Presupuestos Generales, que, según ha argumentado, no son un gasto, sino «una inversión en valores, en principios», para fortalecer una «memoria con proyección de futuro» que se sustenta también en educación u pedagogía.

«Porque de esta manera tendremos derecho a la verdad, a la justicia, a la reparación… y a algo que es más importante: a la no repetición a través de esos populismos emergentes», ha insistido la ministra, antes de concluir con un «aquí se ha hecho una inversión en dignidad y en democracia» para despedirse así de los exiliados: «Muchísimas gracias y muchísimo perdón».

En el mismo sentido, el director general de Memoria Histórica, Fernando Martínez, ha reafirmado el compromiso gubernamental de «seguir luchando» por lo mismo que los exiliados y «reparar lo que no se ha reparado a lo largo de tanto tiempo».

«Gracias a las personas que lucharon por las libertades a lo largo de aquellos años y mantuvieron viva la memoria de nuestra democracia, las reformas y los procesos de desarrollo y de modernización de España que supuso la Segunda República Española», ha proclamado este alto cargo de Justicia, afirmación que ha sido respondida por algún invitado con un «¡Viva la República!».

Poco después, el historiador Nicolás Sánchez-Albornoz ha lamentado lo poco que el Estado ha hecho para «restaurar las heridas provocadas por el exilio», pese a «alardear» de sus figuras intelectuales «señeras y consagradas», y ha reprochado la ausencia de representación oficial en el 60 aniversario del desembarco de Normandía mientras «sobran» monumentos en memoria de la División Azul.

«Para unos, silencio aplastante; para otros, laureles por doquier: ni la concordia ni la equidistancia han llegado todavía», ha reflexionado Sánchez-Albornoz, quien ha confiado en que se corrija pronto el «déficit» que arrastra España en el reconocimiento de aquel drama y ha demandado al Parlamento y al Gobierno indemnizaciones para los campesinos a quienes el régimen franquista confiscó sus tierras.

También han exigido reparación y reconocimiento jurídico, político y social para las víctimas del franquismo Pilar Novoa, de la Asociación de Descendientes del Exilio, y Concha Díaz Berzosa, en representación de los supervivientes de campos de concentración agrupados en AMICAL-Mauthausen, si bien la más vehemente ha sido Amparo Sánchez-Monroy, delegada en Francia de Archivo, Guerra y Exilio (AGE).

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En una encendida intervención, Amparo, hija de un capitán del Quinto Regimiento que cruzó la frontera francesa con menos de un año en 1939, ha arrancado aplausos al recordar cómo los exiliados sufrieron las consecuencias de llevar la etiqueta de «rojo» pegada a la piel «como una lacra, una infamia, una enfermedad vergonzosa que desde la misma cuna nos señalaba como culpables».

Tras denunciar el «abandono jurídico» por parte de España, una «deuda histórica» aún pendiente, ha instado a «cerrar heridas con dignidad, verdad, justicia y reparación», como han hecho otros países europeos, y ha reclamado la anulación de la Ley de Amnistía de 1977, «que blinda la impunidad de los responsables de crímenes franquistas».

Asimismo, ha pedido la nulidad de «todos los juicios penales, militares, sumarísimos» del franquismo por motivos políticos y la localización y clasificación de fosas comunes en presencia de forenses y jueces que identifiquen pruebas.

El portavoz socialista en el Senado, Ander Gil, ha ejercido como anfitrión de este homenaje, en el que han intervenido la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, y la portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, quien ha anunciado que su grupo promoverá una declaración institucional de las Cortes para el reconocimiento de los exiliados republicanos.

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