Independentismo en Cataluña

Sólo el 0,4 % de los catalanes se apunta al ‘consejo por la república’ que financia a Puigdemont

Carles Puigdemont
Carles Puigdemont en el domicilio que utiliza en Waterloo, Bélgica. Foto: AFP
Agustín de Grado
  • Agustín de Grado
  • Subdirector y responsable del Área Política en OKDIARIO. Antes jefe de área en ABC, subdirector en La Razón y director de Informativos en Telemadrid.

Tres semanas después de su pomposa presentación, el autoproclamado ‘Consejo por la república’ de Cataluña que preside el fugitivo Carles Puigdemont apenas ha suscitado el compromiso del 0,4 por ciento de los catalanes.

El pasado 30 de enero, en el salón Sant Jordi del Palu de la Generalitat, con la escenografía y liturgia con la que suele adornar el independentismo sus hitos, Quim Torra y Carles Puigdemont presentaban el nuevo chiringuito para mantener la ficción republicana de Cataluña. Con una novedad importante: incorporaba un “registro de ciudadanos”, es decir, de todos aquellos dispuestos a “participar en la construcción de la república a través de su compromiso activo”. Pues bien, a día de hoy sólo 30.000 catalanes se han comprometido con este objetivo.

La cifra ha sido anunciada con entusiasmo por la cuenta que el ficticio ‘gobierno en el exilio’ tiene abierta en Twitter. “Ya somos el 43º municipio de Cataluña”, afirma con júbilo.

La realidad es que apenas el 0,4 de los catalanes registrados en el censo oficial (7.441.000) ha querido comprometerse con el nuevo invento separatista para sufragar la estancia en Bruselas de Puigdemont y el resto de los exconsejeros fugados. Porque la inscripción puede realizarse sólo si va acompañada de una aportación mínima de 10 euros. Por tanto, los 30.000 inscritos han aportado a las arcas del ‘Consejo por la república’ al menos 300.000 euros.

La web del consejo explica la necesidad de abrir este registro: “El camino hacia la república catalana lo hacemos juntos, como hemos hecho siempre en los mejores momentos de la historia de nuestro país. Cualquiera puede formar parte de este registro, sin límite de edad ni de origen. Basta la voluntad de ser parte y la adhesión a los valores que queremos que nos cohesionen”.

«Hacer cosas cuesta dinero. Y hacerlas con impacto internacional y político no es algo que se haga con aire del cielo», justifica Clara Ponsatí, miembro del ‘Consejo por la república’ también fugada de la Justicia española, quien no obstante reconoce que «si no hay un gran número de gente dispuesto a apoyar y sentirse partícipe, pues no tendrán fuerza».

Si el registro de ciudadanos fue un invento de Carles Puigdemont para discutir la hegemonía social de la ANC y Òmnium y seguir controlando el procés (como está pretendiendo hacer con la Crida frente al PDeCAT y ERC en el ámbito político), mucho tendrá que mejorar. La ANC tiene alrededor de 40.000 afiliados, pero con la diferencia de que pagan una cuota mensual de 5 euros (60 euros al año). Los afiliados a Òmnium superan los 108.000.

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