Carmena no encuentra en un distrito de 22.000 inmigrantes a una persona de color para hacer de Baltasar
La Cabalgata de Reyes Magos en el distrito madrileño de Ciudad Lineal ha contado con un Rey Mago un tanto particular. El rey Baltasar ha defraudado a muchos niños ya que sus rasgos no se asemejan al clásico hombre africano.
La Cabalgata de Reyes Magos en el distrito madrileño de Ciudad Lineal ha contado con un Rey Mago un tanto particular. El rey Baltasar ha defraudado a muchos niños ya que sus rasgos no se asemejaban al clásico hombre africano que encarna el monarca de la mirra.
El miembro de Sus Majestades de Oriente más demandado por los niños para que les traiga regalos este año tenía un aspecto un tanto descuidado. Su color de piel no estaba muy logrado, la actitud era un tanto pasota a la hora de saludar y lanzar los caramelos. Los más pequeños también se quedaron sorprendidos por su corpulencia: este año estaba entrado en kilos.
Muchos de los niños presentes preguntaron con extrañeza a sus padres acerca de la extravagante apariencia del rey Baltasar.
Este distrito cuenta con 212.529 habitantes, de los cuales más del 15,2% son extranjeros. Se trata de un porcentaje superior a la media, que en toda la capital se sitúa en el 15,16%.
En años pasados, la concejal del distrito, Yolanda Rodríguez, de Izquierda Unida (IU), sí consiguió fichar a un Baltasar con un color de piel moreno. Sin embargo, su primera cabalgata de la legislatura fue muy polémica ya que fue una mujer dominicana, vocal vecino de Ahora Madrid, la que encarnó al rey.
La edil de IU no oculta que es profundamente republicana: ha quitado al Rey Felipe VI el nombre del Parque de Valdebebas y ha puesto la bandera tricolor en la Junta Municipal, entre otros gestos.
En la primera cabalgata organizada en ese distrito durante el mandato de Carmena, los niños ya presenciaron una carmenada, algo que ya se ha convertido en fenómeno social en la capital. Entre carrozas, caramelos y niños extasiados ante la ilusión de encontrarse con Sus Majestades de Oriente, los madrileños asistieron a la transmutación de una de las historias más conocidas del mundo occidental. Ese año, donde antes había Rey apareció una Reina o, lo que es lo mismo, Baltasar ya no fue Baltasar, se convirtió en ‘Baltasara’. Un requiebro del lenguaje para nombrar una ocurrencia más de la alcaldesa y su equipo.