Bruselas reclama por segunda vez a Sánchez que baje impuestos para cortar ya la escalada del recibo de la luz

Pedro Sánchez luz
Pedro Sánchez
Carlos Cuesta

La Comisión Europea acaba de trasladar una nueva comunicación al Parlamento y Consejo Europeo. Con fecha 13 de diciembre ha reclamado a los estados en los que el precio de la luz se ha desbocado que presten una especial y urgente atención a esta escalada. El país en el que más ha subido el precio de la electricidad es España. Y la petición es rotunda: bajar los impuestos y los costes por emisión de CO2 para aliviar la carga de infinidad de familias, pymes e industria. Se trata ya de la segunda vez que Bruselas reclama usar los impuestos para frenar la subida de la luz. La primera fue en septiembre.

El documento de Bruselas difícilmente agradará a Pedro Sánchez. El recibo eléctrico en España soporta un coste en impuestos declarados como tales más los ocultos bajo la forma de costes regulados de cerca de un 60% del pago total por la luz. Y la Comisión acaba de repetir al presidente que debe bajar esa carga fiscal para evitar la situación de infinidad de consumidores y negocios, incapaces ya de pagar los costes de la energía.

El documento cuenta con un apartado centrado en las “medidas inmediatas para proteger a los consumidores y a las empresas”. Y allí se pueden leer las siguientes peticiones a los países con fuertes tensiones de precios: “Veinte Estados miembros han adoptado o prevén adoptar medidas, a menudo centradas en mitigar el impacto en los más vulnerables, las pequeñas empresas y las industrias de gran consumo de energía”. Medidas que deben ser ampliadas y extensibles al resto. Éstas incluyen “límites de precios y desgravaciones fiscales temporales para los consumidores de energía vulnerables, o vales y subvenciones para consumidores y empresas”.

Bruselas recuerda que “estas medidas inmediatas podrían financiarse en parte con ingresos generados por las subastas de derechos de emisión, impuestos y gravámenes sobre los precios de la energía, así como mediante impuestos medioambientales”. Es decir, que parte de lo que Sánchez cobre por la vía los impuestos que afectan a la luz o al medioambiente, debería usarlo para convertirlo en bonificaciones con las que bajar el recibo de la luz de los más afectados por las escaladas de precio de la energía. “En el contexto actual, los ingresos del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión(RCDE) superiores a lo previsto pueden utilizarse para financiar las necesidades imprevistas de apoyo social específico. Entre el 1 de septiembre de 2020 y el 30 de agosto de 2021, los ingresos generados por las subastas procedentes de los derechos de emisión del RCDE UE ascendieron a 26.300 millones EUR”, añade Bruselas.

La UE pide más medidas

La Comisión exige más medidas frente a la escalada de la luz: “Los Estados miembros pueden efectuar pagos sociales específicos a los más vulnerables para ayudarles a pagar sus facturas de energía a corto plazo o prestar apoyo para realizar”. Porque “mientras que los fondos del RCDE deben apoyar principalmente nuevas reducciones de emisiones a través de, en particular, inversiones en medidas de eficiencia energética, transición energética e innovación en tecnologías limpias, el artículo 10, apartado 3, de la Directiva RCDE (Directiva 2009/29/CE) establece que los Estados miembros pueden utilizar los ingresos del RCDE para prestar ayuda financiera para abordar aspectos sociales en hogares con ingresos bajos y medios”.

Además, “los Estados miembros también pueden establecer salvaguardias para evitar las desconexiones de la red energética o aplazar temporalmente los pagos, cuando los consumidores se enfrenten a dificultades a corto plazo para pagar sus facturas”, explica el informe de Bruselas.

De hecho, “la Comisión pedirá a los representantes de los Estados miembros y a los reguladores de la energía que se comprometan a buscar la mejor manera de proteger a los consumidores vulnerables. Esto permitirá a los Estados miembros intercambiar buenas prácticas y orientar mejor las medidas para abordar la pobreza energética, en consonancia con las políticas conexas de la UE, como la eficiencia energética y la oleada de renovación”.

Las vías propuestas por la UE son varias. Entre ellas, “ofrecer medidas de compensación limitadas en el tiempo y apoyo directo a los usuarios finales en situación de pobreza energética, incluidos los grupos de riesgo, por ejemplo mediante vales o cubriendo parte de la factura energética, financiadas con los ingresos del RCDE, entre otras fuentes”; “establecer o mantener salvaguardias para evitar desconexiones de la red energética o aplazar los pagos temporalmente”; o usar “los impuestos y gravámenes” obtenidos “para compensar a los hogares más vulnerables y hacer frente a la pobreza energética, al tiempo que ofrecen incentivos para la inversión en fuentes de energía renovables y en apoyo de la transición ecológica”.

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