Bildu exigirá a Sánchez un plan de acercamiento y excarcelación masiva de los etarras tras su ronda por las prisiones
Los batasunos están pidiendo a los presos que argumenten causas médicas con el fin de que las prisiones vascas puedan justificar la aplicación de beneficios penitenciarios para su excarcelación gradual
La ronda negociadora de Bildu con los etarras encarcelados en las distintas prisiones españolas tiene un doble objetivo y una fecha: el objetivo es, primero, acercar a las cárceles vascas a los presos de la banda asesina, y, después, excarcelarlos por motivos médicos una vez establecidos en los centros penitenciarios de la comunidad vasca.
La fecha planeada pasa por lograr ese acuerdo con los terroristas –para que justifiquen motivos médicos– antes de las elecciones vascas del 12 de julio. Porque Bildu compite con el PNV por anotarse el tanto de la excarcelación de etarras y ambas formaciones quieren convertirlo en su gran anuncio electoral en los comicios regionales.
El plan pasa por preparar, no sólo el acercamiento de los etarras –cosa que ya está ocurriendo–, sino por abonarla de tal manera que se convierta en la pieza decisiva de la excarcelación de los miembros de la banda asesina. Y para eso, Bildu está pidiendo a los etarras que argumenten causas médicas.
Gracias a esa argumentación, las prisiones vascas podrán justificar la aplicación de beneficios penitenciarios para los etarras y, por lo tanto, su excarcelación paulatina o gradual.
Es más, tanto el PNV como Bildu, han solicitado ya el traspaso pleno de la competencia penitenciaria al País Vasco. Así, en el momento en el que se cumpla esa exigencia –ya aceptada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez–, la excarcelación por motivos médicos u otro tipo de necesidades de reinserción o supuestamente humanitarias se realizará de una forma totalmente acelerada.
Por eso, Bildu cuenta con permiso oficial para avanzar en sus negociaciones de acercamiento de los presos etarras al País Vasco para que sean excarcelados: porque el Gobierno es el punto final de dicha negociación.
Tal y como ha adelantado OKDIARIO, responsables de Bildu han iniciado una ronda negociadora con los etarras internos en las distintas prisiones españolas. Primero fue la prisión de Jaén, luego la de Huelva -con reuniones incluso en grupo con los etarras- y la última a la que le ha tocado el turno ha sido la de Córdoba.
A toda velocidad
Todo ello con el permiso del ministro del Interior, Fernando Grande- Marlaska. Es más, las visitas se han producido mientras seguían las medidas de seguridad impuestas por el estado de alarma a lo largo de la semana pasada.
La estrategia de acercamiento y beneficios penitenciarios a los presos etarras marcha a toda velocidad. El último centro penitenciario en el que se ha evidenciado que se trata de una estrategia global perfectamente definida, y no de casos puntuales, ha sido Córdoba.
Marlaska ha decidido permitir, además, incluso reuniones grupales entre enviados de Bildu y los presos etarras en este tipo de encuentros. No ha ocurrido así en Córdoba, pero sí en Huelva. Todo, con tal de que se agilicen los acuerdos que ya se negocian al otro lado de la mesa con el Gobierno de Pedro Sánchez.
Esas reuniones grupales están prohibidas en muchas de las prisiones. Por ejemplo, en la de Huelva. Y allí, mientras que esos encuentros se niegan a otros presos, cinco etarras se han reunido ya con otros dos enviados de Bildu: Estitxu Elduaien Uranga e Iñaki Ruiz de Pinedo Undiano.
Las rondas de negociación empezaron hace tiempo. Y se han retomado en los últimos días en la tres prisiones andaluzas citadas, tal y como ha publicado OKDIARIO.
Las negociaciones se centran en la consecución de un pacto para todos los presos de ETA. Un acuerdo que permita, no sólo un acercamiento de los condenados a las prisiones más cercanas al País Vasco, sino también la aplicación de beneficios penitenciarios para lograr de forma camuflada una excarcelación masiva de los etarras, especialmente por motivos médicos o de necesidad de reinserción social.
Bildu, aliado estratégico
El ministro Grande-Marlaska no está poniendo ningún obstáculo a estos encuentros por un motivo obvio: que al otro lado de la mesa se encuentra su Gobierno, el de Pedro Sánchez. Porque todo lo que se pacte con los etarras será posteriormente trasladado al PSOE para terminar de cerrar el acuerdo y mantener como aliado estratégico a Bildu.
Pedro Sánchez, además, no ha negociado estos acercamientos sólo con Bildu. De hecho los está utilizando para pagar los apoyos del PNV a su Gobierno. Las fechas y datos de acercamientos y traslados de presos a cárceles vascas que ya ha revelado OKDIARIO prueban la coincidencia entre las fechas de aplicación de esa medida de gracia con los presos de la banda terrorista y los momentos en los que el PSOE ha necesitado del apoyo de los separatistas vascos para apuntalarse en La Moncloa, prorrogar sus estados de alarma o sacar adelante sus medidas económicas.
En total ha habido 36 acercamientos y tres traslados en los últimos tiempos. Además, se han aplicado cinco medidas de tercer grado para beneficiar a los presos etarras.
Treinta y seis acercamientos
Las fechas de su materialización son plenamente delatoras. Entre septiembre y diciembre de 2018, ya con Pedro Sánchez en el Gobierno tras la moción de censura al Ejecutivo de Mariano Rajoy se han producido 19 acercamientos.
El contexto de esa política, evidentemente programada, es el siguiente: el 27 de junio el ministro Grande-Marlaska admite ya la posibilidad de una política de acercamiento de presos. En julio de 2018 únicamente el PNV vota a favor del techo de gasto del Gobierno de Sánchez.
El 14 de septiembre el PNV evita a Sánchez el trago de tener que comparecer por el escándalo de su tesis ‘fake’. Y justo un día antes, el 13 de septiembre, se realizan los dos primeros acercamientos: el de Marta Igarriz, de Castellón a Logroño; y el de Kepa Arronategi, de Almería a Zuera.
El 20 de diciembre de 2018 vuelve a presenciarse la misma correlación: la enmienda del Senado que plantea que los jueces sean los que elijan la composición decisiva del Poder Judicial (CGPJ) es tumbada en el Congreso gracias al PNV. Su apoyo era decisivo. El 10 de diciembre se acercan tres presos de ETA y el 20 de diciembre cuatro presos más.
De enero a febrero de 2019 vuelven a surgir los paralelismos: sólo el PNV apoya los Presupuestos de Sánchez (votación del 13 de febrero) y entre esos dos meses se acercan nueve presos etarras más.
En diciembre de 2019 y enero de 2020 surge otro momento clave: se negocia el apoyo a la investidura. El PNV vuelve a ser clave: se producen cuatro acercamientos de presos de ETA más.
El 30 de diciembre se celebra la reunión decisiva entre Pedro Sánchez y PNV para fraguar el apoyo al Gobierno: el 18 de enero el portavoz del PNV en el Parlamento Vasco, Joseba Egibar, afirma sin miramientos que se pacta con Sánchez «el acercamiento sí o sí».
En mayo de 2020, la votación del estado de alarma, con la primera abstención del PP, se salda con un total de 10 acercamientos de presos más: desde el 11 de mayo hasta el 9 de junio. El 11 de mayo se materializan tres. El 18 de mayo otras tres. Y el 9 de junio las cuatro restantes.
Por el camino, se han beneficiado de esta medida Marta Igarriz, Kepa Arronategi, Jagoba Codo, Jesús Gómez Ezquerro, Fernando Alonso Abad, Emilio Salaberria, Mikel Orbegordo, Francisco Javier Chimeno y un largo etcétera.