Así campan los proetarras con la ‘paz vasca’ del PSOE y Bildu: «Los que mató ETA, bien muertos están»
Xabier Lapitz, presentador de ETB, llama "miserable" al reportero de OKDIARIO por retratar a una etarra dando clases de "bienestar" patrocinada por la Universidad Pública del País Vasco
Ainhoa Ozaeta, ex jefa de ETA que ha salido recientemente de prisión, ha dado una charla en la universidad pública sobre el «bienestar vasco». A pie de calle, la temerosa indignación de quienes consideran impresentable que una ex jefa de ETA dé clases de «bienestar» contrasta con lo envalentonados que se manifiestan los proetarras: «Los que mató ETA, bien muertos están», dice uno de ellos. Así es, a pie de calle, en el País Vasco, la «paz» y la «convivencia» de la que presumen el PSOE y sus socios de Bildu.
Cake Minuesa ha conseguido grabar las primeras imágenes de Ainhoa Ozaeta en libertad, antes de dar su curso. A las puertas del acto intenta preguntar a los vascos qué les parece que una etarra dé una charla sobre el «bienestar». El primer testimonio es espeluznante. El periodista le pregunta a un señor, ataviado con una boina y un pin con la bandera de la República, y éste responde, sin inmutarse, sobre los asesinados por los etarras: «Están bien muertos, si no, no los hubiesen matado».
Cake Minuesa muestra su incredulidad ante lo que está escuchando e insiste en repreguntar si ve normal que una etarra ofrezca este tipo de cursos. Lo más que obtiene de este hombre es un «igual es arrepentida», en referencia a la ex jefa de ETA, pero no se retracta de las brutales palabras que acaba de pronunciar. Es más, remata cuando se le recuerda a la que de verdad fue etarra arrepentida, Yoyes, asesinada por ETA al dejar la banda: «Tampoco era una santa», dice el mismo.
Mientras Cake Minuesa graba su reportaje a las puertas del acto de Ainhoa Ozaeta, se da cuenta de que al otro lado de la calle una persona le graba. Es entonces cuando se acerca y se lleva la sorpresa: se trata de Xabier Lapitz, presentador estrella de la televisión autonómica vasca, ETB. No esconde su radicalismo y de qué lado está.
En posición desafiante graba a Cake Minuesa mientras está realizando el reportaje. Cuando el reportero se dirige a él le contesta con un insulto, directamente: «Eres un miserable». Minuesa le contesta con una pregunta esencial: «¿Está bien que los etarras den clases de bienestar vasco?». Lapitz no contesta, prefiere seguir con sus ataques verbales. Quien sí contesta es uno de los dos hombres que acompañan a Lapitz en su apacible mañana de «chiquitos» (vinos) junto al local en el que la ex jefa de ETA va a dar su charla. Y éste que sí contesta va a más. ¿Está bien que los etarras den clases de bienestar vasco? «Sí, sí, yo tengo muchos amigos de la ETA, te estás equivocando», espeta en un castellano con claro acento vasco. «O sea, ¿que los etarras son buena gente?», le cuestiona el reportero: «Muy buena, muy buena», le contesta en tono displicente. Y remata: «No te preocupes, déjate de provocarme, estoy tomando un vino, vete por ahí, aléjate, pasa de mí».
Los que han acudido a la charla dejan claro que están a favor de quienes impusieron el terror a sangre y fuego. A la puerta, a la salida, no quieren contestar. Hablan en euskera e ignoran las preguntas.
Los pacíficos, con miedo
La «convivencia» de la que presumen el PSOE con sus socios comunistas y proetarras (Bildu) no encaja con la realidad que se percibe en el ambiente. Quienes no están del lado de quienes impusieron el terror siguen teniendo miedo. Se les nota en sus respuestas, temerosas, medidas, entrecortadas a veces.
«En este país todo es marciano», dice un hombre de mediana edad que pasa por el lugar. Deja claro que es una anormalidad manifiesta que quien ha sido parte de la cúpula de una banda terrorista sea aplaudido cuando da una charla sobre «bienestar».
Otro ciudadano muestra también su desconcierto y apoya la labor del reportero de OKDIARIO. «En esta vida –le dice a Cake Minuesa– para que triunfe el mal basta con que los buenos no hagan nada, y tú estás haciendo algo bueno, así que adelante».
«Estos hijos de puta, ya sabes lo que hay…, es lo que tenemos», dice otro ciudadano indignado por cómo campan los asesinos de ETA. «Aquí no ha habido libertad [por ETA], ni la ha habido, ni la hay ni la habrá», cuenta con amargura. «Nos han tenido así toda la puta vida, hemos hecho manifestaciones, hemos ido a misas por los muertos, hemos hecho muchas cosas…, y seguimos igual».
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