Crimen en Tarrasa

El asesino de Mónica Borrás: un informático independentista que enterró a su novia en su patio

El asesino confeso de Mónica Borrás es un informático de 53 años, activista por la independencia catalana y experto en espeleología

La ex pareja de Mónica Borràs, hallada enterrada en el jardín de su casa de Tarrasa, confiesa el crimen

monica borras
Jaume y su novia Mónica Borras, a la que ha confesado haber asesinado hace diez meses.
Pelayo Barro

Jauma B.A., el novio de Monica Borrás, ha confesado que la mató hace diez meses y enterró su cadáver bajo medio metro de cemento en el patio de la casa donde ambos vivían de alquiler. Esta semana, cuando un geofísico localizaba los restos, este informático de 54 años, de carácter reservado, aficionado a la espeleología y muy volcado con la independencia de Cataluña, se desmoronaba y admitía su culpabilidad.

Cuando la opinión pública conoció la noticia de la desaparición de Mónica Borrás, unas mujer de Tarrasa de 49 años, su novio Jaume no sólo no se escondió, sino que se convirtió en el enlace del caso con la prensa. En el portavoz que ofrecía los últimos datos de la investigación a los periodistas que cubrían el caso.

«Era educado, aunque tenía un punto de excentricidad, muy reservado, no inspiraba mucha confianza», cuenta a OKDIARIO una periodista de un medio local que mantuvo trato con Jaume durante las primeras semanas tras la desaparición de Mónica. La mujer, según testificó Jaume ante los Mossos, había abandonado precipitadamente el domicilio tras una discusión de pareja.

En los días posteriores a la desaparición de Mónica, Jaume adoptó el papel de novio preocupado por la desaparición de su pareja, que se había mudado a vivir con él tiempo atrás. Pero ese interés por ser el portavoz de la desaparición de Mónica fue decayendo con el tiempo y Juame dejó de coger el teléfono y responder mensajes a los periodistas que se interesaban por las últimas novedades.

Enterrada a medio metro

El pasado miércoles, un geofísico que trabaja habitualmente para los Mossos realizó una exploración completa de su vivienda. El último lugar analizado, el que más sospechas levantaba a los investigadores, fue un pequeño taller en el que el asesino confeso guardaba multitud de pertenencias.

La sonda del georradar ofreció datos exactos en la primera exploración: bajo una capa de medio metro de cemento, yeso y losetas, había lo que parecía un cuerpo. Lo reveló una bolsa de aire y la presencia de carbono. Los investigadores comenzaron a excavar al tiempo que un coche de los Mossos llegaba al domicilio. A bordo iba Jaume, esposado.

Ha trascendido que en el momento en el que Jaume es trasladado hasta el pequeño taller y comprueba que los técnicos han comenzado a excavar en el lugar exacto en que había ocultado presuntamente el cuerpo de Mónica, el informático de 53 años se derrumbó. Confesó, entre lágrimas, que él la había matado.

Separatista militante

Jaume se había volcado en los últimos años en dos de sus mayores pasiones: la espeleología y la militancia en el movimiento independentista catalán. Su activismo político le había llevado incluso a aprovechar un viaje a Bruselas para ver a Mónica –allí residió durante unos años- para sumarse a una manifestación independentista que exigía un referéndum para Cataluña.

Ese mismo día, en octubre de 2014, Jaume dejaría constancia de su militancia independentista en sus redes sociales subiendo una fotografía de él posando con un cartel que se había llevado de recuerdo de la manifestación: «Un país pequeño que entre todos haremos muy grande. Ahora es la hora». Mónica también compartía sus ideas políticas y participaba en manifestaciones pro independentistas.

Compaginaba su vida personal con su faceta laboral como desarrollador y programador informático. Licenciado en informática por la Universidad Autónoma de Barcelona, Jaume traducía por encargo –y a veces de forma voluntaria- aplicaciones informáticas al catalán.

‘Tete’ el espeleólogo

Su otra pasión, la espeleología, llevaba décadas practicándola. De hecho, los investigadores manejan que pudo utilizar parte del material de su hobby para realizar el enterramiento de Mónica.

Jaume, durante una excursión de espeleología a los Picos de Europa en 2011

Jaume llevaba décadas siendo un miembro muy activo de la Sección de Investigaciones Subterráneas, un grupo perteneciente a la asociación local Centro Excursionista de Tarrasa. Con el grupo había visitado numerosas cuevas en España y en el extranjero. Era socio desde los años 80. Incluso fue su presidente en 1985, cuando apenas tenía 20 años de edad.

‘Tete’, el mote por el que era conocido entre sus amistades, era uno de los miembros más veteranos y experimentados del grupo. Se solía ocupar de los levantamientos topográficos del terreno. Es decir, de investigar y plasmar sobre papel una representación gráfica del terreno. Unos conocimientos técnicos que ahora los investigadores creen que habría utilizado para realizar el enterramiento de Mónica en su propia casa.

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