Amaya Fernández: «La Secretaría de Paz y Convivencia es una herramienta al servicio del nacionalismo»
Manuel Cerdán (M.C).- ¿Cree que el independentismo va a conseguir imponer su relato sobre el terrorismo de ETA?
Amaya Fernández (A.F).- Es evidente que ellos están en esa estrategia. Recientemente, hemos visto comparecer a una ex etarra arrepentida, Carmen Guisasola, que tiene que dar muchas explicaciones y ayudar a esclarecer a algunos de esos crímenes que están pendientes. Todos los partidos, a excepción del PP Vasco, la recibieron en la ponencia. Hay que impedir los avances del independentismo que están centrados en la teoría del conflicto político. Y dar un mayor apoyo de las instituciones a las asociaciones de víctimas del terrorismo.
M.C.- En el País Vasco se siguen haciendo escraches a cuarteles de la Guardia Civil. ¿Qué hace la Ertzaintza? ¿Estamos como con los Mossos en Cataluña?
A.F.- Ocurre como con los homenajes. Es impresentable que la Consejería de Interior del Gobierno Vasco mire para otro lado y no tome parte activa para impedir que esto se produzca.
«Han mandado cartas a los hosteleros pidiendo dinero para sus actos»
M.C.- ¿Quién financia al final todo este tipo de acciones?
A.F.- El PP del País Vasco está haciendo investigaciones en torno a este asunto. Sin datos concluyentes, sí sabemos que en el caso de Vitoria lo que pidieron fue un 10% a los hosteleros. Y eso nos recuerda a épocas pasadas que algunos creíamos superadas. Ha sido denunciado por los propios afectados, que han recibido unas cartas en las que se les pedía el pago de un dinero.
M.C.- ¿Está también subvencionada la versión vasca de la Asamblea Nacional de Cataluña por el Gobierno vasco o por instituciones vinculadas?
A.F.- Afortunadamente, eso no se ha producido porque los últimos presupuestos del Gobierno vasco salieron gracias a la abstención del PP. Conseguimos dos cosas: que no se financie este tipo de asociaciones y que las vinculadas a la defensa de los presos de ETA tampoco reciban subvenciones públicas.
M.C.- Ustedes, finalmente, han asumido que las víctimas no son sólo de ETA sino también de grupos ultraderechistas de la Transición que asesinaron a multitud de españoles.
A.F.- Todos los crímenes deben tener persecución judicial y la correspondiente investigación. Me reuní con el hermano de Yolanda [González, una bilbaína asesinada en Madrid, en 1980, por el ultra Emilio Hellín]. Uno de los elementos que debe marcar al PP Vasco es ser capaz de representar todos los sentimientos que tienen las víctimas del terrorismo. Me da igual que una banda tuviera una orientación u otra.
M.C.- ¿Para qué sirve el departamento de Jonan Fernández? ¿Es algo similar al Diplocat catalán?
A.F.- Es una herramienta al servicio del discurso del nacionalismo. Ensanchar y dar por buena la teoría del conflicto político. Llevan años abonando la teoría de que en Euskadi ha habido dos violencias: una de la banda terrorista ETA y otra de la que ejercían las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que en lugar de dedicarse a defender los derechos de los ciudadanos, que es lo que hicieron —y muchos seguimos vivos porque hicieron bien su trabajo—, se dedicaban a ejercer la tortura de forma sistemática. Para eso sirve la Secretaría —mal llamada— de Paz y
Convivencia, que depende del Gobierno vasco.