Albert Boadella es un icono de la resistencia ante el separatismo más cerril y abyecto como es el catalán. En una charla con OKDIARIO sobre su último libro, Joven, no me cabree, aprovechamos para preguntarle por el aniversario de una fecha tan oscura para los defensores de la libertad en Cataluña como es el 1-O: «Los anticuerpos al separatismo están enmudecidos», sentencia.
«Creo que es un proceso de putrefacción de todas las capas dirigentes de la sociedad catalana, incluyendo a su propia burguesía. Es una degradación constante. Y los anticuerpos que tienen que luchar están enmudecidos. Desde el propio Estado central se está actuando favorablemente hacia el separatismo como cuando le niegan a los niños su derecho a ser educados en español. Y eso viene de muy lejos, desde el año 1714. En los últimos trescientos años no ha sucedido nada épico en Cataluña y no ha dejado de empequeñecer. Tras el 1-O perdimos todos», afirma.