El «abrazo roto» de Sánchez y Rivera: las relaciones inexistentes de los viejos socios

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Pedro Sánchez quiere la abstención de C's en la investidura
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Pedro Sánchez y Albert Rivera escenificaron en febrero su sintonía con un acuerdo que revistieron de una escogida puesta en escena: el cuadro El Abrazo, de Juan Genovés, expuesto en uno de los vestíbulos del Congreso, sirvió de decorado perfecto para la firma del pacto y le dio su nombre.

Fracasado aquel intento de investidura, los puentes de diálogo entre ambos partidos están ahora totalmente rotos.

En Ciudadanos existe un evidente malestar por el cambio de actitud de los socialistas, en especial de su secretario general. “En tres meses, no se puede pasar de reconocer muchos puntos comunes a tacharnos de ser la nueva derecha”, sostienen desde la dirección, donde reprochan que Sánchez correspondiese a su ‘sí’ para hacerle presidente con una dura campaña tratando de escorarles al lado más conservador.

Con el diálogo congelado, las únicas relaciones, a día de hoy, son las que a título personal y fruto de las largas jornadas de pasadas negociaciones, mantienen algunos dirigentes. Los intercambios para resolver el bloqueo político son nulos. De hecho, desde el 26J, no ha habido intento alguno de reeditar aquel pacto, ni acercamiento para tantear acuerdos alternativos a la candidatura de Rajoy.

Intercambios de mensajes

Los escasos gestos se limitan a tímidos intercambios de mensajes telefónicos. Así correspondió Sánchez a Rivera cuando éste el comunicó la decisión de abstenerse en la investidura de Rajoy. “Un mensaje cordial, y nada más” fue la respuesta que recibió el líder naranja de su homólogo socialista, reunido unas horas antes con Rajoy para trasladarle su «no es no» en la votación en el Congreso.

En Ciudadanos insisten, no obstante, en que siempre han sido “socios de fiar” y han respetado el pacto firmado con Sánchez. Lo demuestra que al PSOE le diesen el ‘sí’ y con Rajoy estén sólo dispuestos a la abstención.

No obstante, la relación entre Rivera y Rajoy se ha ido afianzando en los últimos días de cara a una aún improbable legislatura. Ambos líderes volverán a reunirse la próxima semana, a instancias del popular, después de que este mismo miércoles abriesen un “canal de comunicación” permanente y de negociación con la vista puesta en la formación del nuevo Gobierno.

Una vía de diálogo que en el PP se celebra como «un paso adelante» en un camino a la investidura que advierten complejo. Por el momento, esos encuentros abordarán asuntos urgentes como la aprobación del techo de gasto, el límite de lo que el Estado puede gastar el año siguiente y primer paso para sacar adelante los Presupuestos, o el pacto por España. Una idea abordada ya por Rajoy y Rivera y a la que ambos tratan de sumar a Sánchez, más aún después de que el desafío catalán diese una vuelta de tuerca la pasada semana con la aprobación en el Parlament de las conclusiones de la llamada comisión de estudio del proceso constituyente para abrir la vía unilateral de independencia.

Rivera hizo saber este miércoles a Rajoy su disposición a suscribir un pacto «constitucionalista» que asegure la unión e igualdad de todos los españoles, sea cual sea el partido que gobierne.

Desde Ciudadanos asumen, no obstante, que Rajoy tratará en ese nuevo encuentro de presionar de nuevo a Rivera para que cambie su postura al ‘sí’, un movimiento que los populares consideran podría llevar al PSOE a reconsiderar su votación: la ya archipopular vía del 170, que, según los pronósticos optimistas de Génova, haría a Sánchez ceder a la presión de sus barones ‘abstencionistas’.

Negociación post-investidura

Los de Rivera descartan cualquier negociación previa a la investidura y limitan las conversaciones a las urgencias presupuestarias. Desde el lado naranja no habrá por ahora ninguna concesión a hablar sobre políticas sociales u otras reformas que sí exigirán una vez el gobierno eche a andar, como el pacto educativo o las exigencias contra la corrupción.

La abstención sigue siendo a día de hoy inamovible y el único gesto de «generosidad» al que están dispuestos desde Ciudadanos. La formación de centro presionará después de esa votación a Rajoy para que aplique su hoja de ruta y el PP priorizará a Ciudadanos en su gobernabilidad. En Génova se asume que limar asperezas entre ambos partidos es primordial para que la legislatura tenga algún alcance.

Rajoy y Rivera coinciden en que la pelota está ahora en el tejado de los socialistas. «El PSOE es imprescindible para que haya Gobierno», dijo este miércoles el líder popular. «Si Sánchez sigue en el inmovilismo, España está condenada a una crisis institucional sin precedentes», correspondió Rivera.

Desde Ciudadanos creen que el PSOE acabará absteniéndose para evitar unas terceras elecciones de las que, consideran, saldrían aún más debilitados.

Por ello, la presión sobre Sánchez arreciará en las próximas semanas para que “por responsabilidad” abra la vía a la investidura. Están para «desatascar» la situación, admite el propio Rivera. No obstante, ven que el líder socialista está más preocupado por resguardar su liderazgo en la guerrilla interna del partido que por resolver el escollo político.

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