División en el PSOE por el ‘no’ a los Presupuestos: «No somos útiles»

El ‘no’ de Pedro Sánchez a los Presupuestos Generales del Estado provoca malestar en un sector socialista, crítico con el secretario general, que considera que es una «oportunidad perdida» para demostrar su perfil de oposición «útil», por la vía de la negociación de enmiendas. Sánchez presentó esta pasada semana su propuesta alternativa a las cuentas públicas, que sustenta su enmienda a la totalidad e incrementa en 8.000 millones de euros el gasto previsto por el Gobierno de Mariano Rajoy.

El rechazo frontal del líder socialista a abrir cualquier tipo de negociación con el PP resulta abrupto en el grupo parlamentario, en los últimos tiempos muy desapegado ya de Sánchez. Varios diputados afean en privado el escaso contacto que el secretario general mantiene con su representación en el Congreso. El hecho de no disponer de escaño condiciona de forma determinante esa distancia y enfría las relaciones con Ferraz.

«Falta proyecto»

En este contexto, se ve con preocupación que tanto Ciudadanos como incluso Podemos puedan acabar determinando el futuro arco político, desplazando al PSOE a un espacio residual. La única salida, según fuentes consultadas, sería definir un «proyecto» algo, consideran, que falla desde hace tiempo y que Sánchez no ha sabido reconducir desde que ganó las primarias y recuperó la Secretaría General.

Así, inquieta especialmente el rol de Ciudadanos, un partido que, con su presión para la dimisión de Cristina Cifuentes en la Comunidad de Madrid, es capaz de poner en un brete al Ejecutivo. La iniciativa de la moción de censura ya provocó roces entre la dirección socialista madrileña y la nacional. El aspirante de esa moción y líder en Madrid, Ángel Gabilondo, que asume ya el papel de futuro candidato para las elecciones de 2019, trata de marcar las distancias con Podemos y descarta que esa formación vaya a formar parte de su Gobierno, en caso de que la propuesta prospere. Su diferencia de perfil con los de Pablo Iglesias es clara.

Entre tanto, Rivera ha aprovechado también para incrementar la presión contra el PSOE instándole a una abstención para aprobar los Presupuestos, lo que permitiría que los votos del PNV no fuesen necesarios. El respaldo de los nacionalistas desagrada a Rivera, aparte de otras cuestiones, como su política frente a ETA, por la cuestión del Cupo, con el que Ciudadanos está en desacuerdo.

Sánchez quiere marcar un perfil de oposición dura y presionar a Rajoy para una cuestión de confianza si no es capaz de sacar los Presupuestos. La amenaza es irrelevante. Para empezar, porque la cuestión de confianza es una iniciativa del propio presidente del Gobierno.

El ‘no’ a las cuentas implica a su vez el rechazo a aprobar las subidas de las pensiones mínimas, del sueldo a Policía y Guardia Civil y otros funcionarios y otras partidas, que pudieran ser relevantes con vistas electorales. Una situación que provoca incertidumbre entre los diputados socialistas. Sánchez descarta apoyar esas mejoras por la vía del decreto si los Presupuestos no son aprobados.