Yolanda Díaz, la principita rosa que descubrió a Elon Musk
La ministra de Trabajo arremete contra las grandes fortunas a las que impuso el 'impuestazo' a finales del año pasado
Nuevo ridículo de Díaz: «Nos vamos al carajo pero los ricos tienen cohetes para escapar de la Tierra»
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Yolanda Díaz nunca leyó o no entendió al maravilloso principito de Saint-Exupéry. Una de las grandes lecciones que el joven viajero nos transmitió es que la autoridad de una persona es legítima cuando está basada en el sentido común y en la sensatez. Pues bien, la ministra de Trabajo cada día demuestra menos sentido común y menos sensatez.
Después de que Sumar propusiera una herencia universal de 20.000 € para los jóvenes, un país de países, la plancha como forma de relajación para las mujeres, la supresión del delito de injurias al Rey o la modificación del enaltecimiento del terrorismo, la principita rosa nos presenta su último desvarío: “El plan B de los ricos para escapar de la Tierra”.
El cohete de Elon Musk
Como lo lee, no es una broma. Yolanda Díaz cree que los multimillonarios como Elon Musk han urdido un plan secreto para huir del planeta. Imagínese, al excéntrico propietario de SpaceX, Tesla y el antiguo Twitter cogiendo un cohete -de esos que no explotan- para marcharse al espacio y no volver. La política comunista denuncia que los ricos se lo están montando por su cuenta, ¡menudo descubrimiento! Lo más ruin es que nos haga creer que la fuga de patrimonios depende en exclusiva de la voluntad de las grandes fortunas. Recordemos, sentido común y sensatez.
Si mantienes los tipos impositivos altos a los que más ganan y les plantas un impuesto extra al de Patrimonio a última hora del ejercicio sin tiempo para planificar, ¿por qué iban a mantener su residencia fiscal en España? ¿Por patriotismo? Por mucho que le pese a Yolanda Díaz, no hay medida más social que bajar los impuestos a los ricos como Elon Musk. No hay decisión más proteccionista que traducir la riqueza extranjera en bienestar de tus ciudadanos. La izquierda nos ha hecho creer que cuanto más asfixiamos a las grandes fortunas; más sanidad, educación e infraestructuras disfrutamos todos. Y lo cierto es que jamás la clase media había experimentado una presión fiscal tan alta. Jamás había visto mermado en tan poco tiempo su poder adquisitivo o peor aún, sus ahorros.
En el mundo de fantasía de la principita rosa, la “coalición progresista” no es sino un totum revolutum de supremacismo catalán, nacionalismo vasco y proetarras. En el planeta de Díaz, la idiotización del ciudadano se impone a la realidad del sistema de recaudación y es que, el Estado no es mantenido por los de arriba sino y sobre todo, por la clase media. Las decisiones gubernamentales con ánimo confiscatorio tienen sus consecuencias y, antes o después, las arcas de la Hacienda Pública también lo notarán.