Visto para sentencia el juicio por la herencia de Isidoro Álvarez
Visto para sentencia el juicio que enfrenta a María Antonia Álvarez y César Álvarez, madre y tío de Dimas Gimeno, con las hermanas Marta y Cristina Álvarez Guil por la herencia de Isidoro Álvarez.
Este jueves se ha celebrado en el juzgado de lo mercantil número 7 de Madrid el juicio que enfrenta a María Antonia Álvarez (madre del expresidente de la compañía, Dimas Gimeno, y hermana del fallecido Isidoro Álvarez) y a su hermano César con Marta y Cristina Álvarez Guil, las hijas del ex presidente de El Corte Inglés.
El motivo del enfrentamiento mercantil es la gestión de la herencia de Cartera de Valores IASA, sociedad patrimonial de Álvarez que contaba con unos activos de 121 millones de euros, y que mediante un acuerdo ante notario los albaceas de Isidoro Álvarez redujeron -supuestamente a instancias de las hijas del fallecido- a 50.000 euros para pasar a repartir los bienes. El juicio ha sido visto para sentencia y ésta podrá ser recurrida en la Audiencia Provincial de Madrid.
Los hermanos de Isidoro demandaron a las hijas de este por haber “vaciado” la sociedad patrimonial mediante una reducción de capital que se habría hecho, según dicen los representantes de César y María Antonia, de espaldas a la ley y sin contar con el conocimiento de los afectados. Sin embargo, las hermanas Álvarez niegan los hechos y afirman que todos estuvieron al tanto de las decisiones.
En el juicio han intervenido como testigos dos de los tres albaceas que tenía Isidoro Álvarez (Antonio Hernández Gil y el directivo Carlos Martínez Echavarría) y Alberto Ruano, responsable del departamento de Fiscal de Garrigues, uno de los bufetes que asesoró a los albaceas en la operación, especialmente respecto a los impuestos que debían pagarse ante la Comunidad de Madrid por sucesiones. Durante los interrogatorios a los testigos, los abogados de la madre y el tío de Dimas Gimeno han tratado de demostrar que cuando las hermanas Álvarez Guil elevaron ante notario la reducción de capital (ese “vaciado” de su patrimonio del que hablan) ni María Antonia Álvarez, madre de Dimas, ni su hermano César Álvarez estaban al tanto de lo mismo. Los testigos presentes en el juicio han manifestado lo contrario. Tanto Hernández Gil como Martínez Echavarría han asegurado que “todo el mundo era plenamente consciente de lo que se iba a hacer en ese acto”, y por tanto firmaron el acuerdo que posteriormente impugnaron.
En cualquier caso, los albaceas de Isidoro Álvarez han destacado en innumerables ocasiones durante el interrogatorio que su único objetivo fue «cumplir los deseos» de Isidoro, que tenía como objetivo que IASA se quedara sólo con las acciones de El Corte Inglés y repartir el resto de bienes.
Este es el último capítulo judicial de la historia de la mala relación entre las dos ramas familiares de El Corte Inglés. Una la representada por la madre de Gimeno y su tío César. La otra, la representada por las hermanas Marta y Cristina, herederas universales del patrimonio de Isidoro Álvarez y que están presentes en los órganos de decisión de El Corte Inglés (como la Fundación Ramón Areces, principal accionista del grupo de grandes almacenes).
Lo que reclaman César y María Antonia Álvarez
Los abogados de César y de María Antonia han reclamado que se considere nula la reducción de capital «de 121 millones a 50.000 euros» ya que en la firma del acuerdo se dejó a un lado a sus defendidos, que no fueron considerados socios de IASA. Se reclama la anulación del cambio en el testamento y que se la eleve su legado en cinco millones. Además, consideran que el hecho de que María Antonia Álvarez firmó el acuerdo de reducción de capital no significa nada toda vez que lo habrían hecho sin disponer de la información suficiente y ante «evidente mala fe» de la otra parte. Sus abogados han afirmado que fue el propio Carlos Martínez Echavarría, amigo personal de Isidoro y con estrecha relación con María Antonia durante más de 40 años, quien recomendó la firma a la madre de Dimas Gimeno, algo que el directivo navarro ha negado.
Por su parte, desde las defensas de las hermanas Álvarez, actualmente en el control de El Corte Inglés, se alega que lo que se hizo fue repartir los bienes de la sociedad IASA (el propio Isidoro, aseguran, tenía por voluntad que los únicos bienes que quedaran en IASA fueran las acciones de El Corte Inglés) en relación al capital que tenía cada uno. Así, las hermanas tenían un 68% de IASA entre las dos, mientras que María Antonia Álvarez o César apenas superaban el 9%. Dimas Gimeno tenía un 3%.
Mediante el reparto de bienes que se hizo con la reducción de capital, según la defensa de Marta y Cristina, los hermanos de Isidoro Álvarez no quedaron de vacío: «María Antonia recibió una serie de terrenos en Asturias y bienes inmuebles, al igual que César, que recibió la participación en Móstoles Industrial, S.A.», han asegurado.