La vida del Papa o paz en Ucrania: el lado sombrío de los mercados de apuestas
Plataformas como Polymarket, que no cuentan con el visto bueno de los reguladores de los mercados de valores, amasan billones de dólares en apuestas acerca de eventos globales
Usuarios se juegan 782.780 dólares apostando sobre la salud del Papa

Esto no tiene nada que ver con los 20 euros que tu cuñado apostó a la final de la Champions League en la porra familiar. El auge de plataformas de apuestas como Polymarket, Kalshi, PredictIt y SilverBulletin ha proporcionado una tribuna para los apostadores más oscuros en todos los rincones de internet, que buscan sacar rentabilidad de catástrofes o hitos globales. Y los temas sobre la mesa no tienen límite: pueden oscilar desde temas como si Zelenski se disculpará ante Trump tras su bronca en el Despacho Oval, y llegan a jugar con temas más siniestros, como cuánto durará vivo el Papa Francisco.
Sitios como Polymarket retan a sus usuarios a "intentar cubrir el riesgo y prever las consecuencias" de la guerra arancelaria entre Estados Unidos, Canadá y México, y la cantidad de dinero que mueve, en los billones de dólares, supera incluso al volumen de algunos parqués. Pero esto no es un parqué, y sus participantes están muy lejos del operador típico en Wall Street. Entre las apuestas más populares, son 24 millones de dólares apostados a que Trump pondrá fin a la guerra en Ucrania en 90 días, si habrá una recesión en Estados Unidos este año, o si habrá un nuevo Papa antes de que acabe 2025.
"Apuesto todo, ¡deseadme suerte chicos!", exclama un usuario de Polymarket que apostó 1.100 dólares a la cesta de 782.780 dólares que juega con la probabilidad de un cambio de gobierno dentro del Vaticano antes fin de año. En los últimos días, no obstante, la mejora del Papa ha provocado una venta masiva por parte de quienes habían apostado por un nuevo Papa en la plataforma. En el punto álgido del pánico en la Ciudad del Vaticano, esa cifra rozaba un millón de billetes verdes. El índice de la apuesta ahora cifra la probabilidad de un nuevo Papa en torno al 61%.
Aunque estos mercados se mueven en una línea moralmente gris, hay algunos que están empezando a utilizar estos populares sitios de apuestas como una métrica de la opinión pública. En vísperas de las elecciones estadounidenses del pasado noviembre, el 51% de los usuarios apostó más de 300.575 millones de dólares a una victoria de Donald Trump sobre Kamala Harris, que acumuló una apuesta de 250.151 millones de dólares.
De hecho, el resultado de esta apuesta en particular, que fue respaldada con millones de dólares por un grupo partidario de Trump, llevó a varios críticos a especular si había surgido un nuevo tipo de tráfico de información privilegiada. En Estados Unidos, apuestas de este carácter son legales, siempre y cuando la entidad sea registrada por el Gobierno, requisito con el que no cumple Polymarket. Sin embargo, Kalshi, otro competidor, sí cuenta con el visto bueno.
Las líneas grises no son sólo morales, sino también financieras. Polymarket, una plataforma descentralizada fundada por el emprendedor americano Shayne Coplan, ha caído bajo el escrutinio tanto de los reguladores estadounidenses como las autoridades el país. Entre las razones, que ciudadanos de Estados Unidos no tienen derecho a usar esta plataforma, que realiza todas las operaciones en la página con criptomonedas.
La Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas estadounidense (CFTC, por sus siglas en inglés) multó a Polymarket con 1,4 millones de dólares (1,2 millones de euros) por operar ilegalmente como un mercado financiero sin registrar primero la entidad. "Todos los mercados de derivados deben operar dentro de los límites de la ley, independientemente de la tecnología utilizada. En particular, aquellos en el llamado espacio financiero descentralizado", señaló el director de cumplimiento, Vincent McGonagle.
Por otro lado, el FBI, el órgano principal de investigación criminal estadounidense, registró la residencia de Coplan el pasado noviembre y confiscó su teléfono en medio de la apuesta polémica sobre las elecciones estadounidenses.