La Unión Sindical Obrera explota: «¿Por qué Díaz no contabiliza los fijos discontinuos y sí los ERTE?
El director del gabinete de estudios de la Unión Sindical Obrera (USO), José Luis Fernández Santillana, denuncia el modus operandi del Ministerio de Trabajo, todavía capitaneado en funciones por Yolanda Díaz, respecto de la exclusión de los trabajadores fijos discontinuos de la tasa de parados frente a la inclusión de los que se encuentran en un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo): «La gente que está en ERTE los contabiliza, no tiene ningún problema en hacerlo pero, ¿contabiliza usted exactamente igual a aquellos fijos discontinuos que no están trabajando porque están esperando a que se les llame?».
Y es que, según el último análisis del mercado laboral de octubre realizado por la USO, del total de personas inscritas en el SEPE demandando empleo, hay que restar las que están ocupadas. Así se llega al total de personas inscritas y que no están trabajando -bien porque no tienen ocupación, bien porque están desempleadas, o simplemente, paradas-, y que en octubre ascendieron a 3.884.025. Según USO, ello supone 1.124.641 personas más de las que se indican de forma oficial como ‘parados registrados’.
Reducción de la jornada laboral
Preguntado por la disminución de la jornada laboral semanal a 37,5 horas, Santillana entiende que el empresario «o bien le sube el salario» al trabajador, «o lo más complicado, le reduce la jornada», aunque en la práctica confiesa a este periódico que al final el empleado, acaba haciendo un ratito de más que no le es retribuido.
«La reducción de la jornada máxima lo que conlleva realmente es un incremento teórico del coste/hora, pero si analizas el coste por hora de trabajo a jornada completa, está en torno a los 16 euros, en números redondos». «Pero si tu contrato es de jornada parcial, pues sale por diez», lo que conduce a que «muchos empresarios opten por contratar gente a jornada parcial» y «si hace falta, pues que trabaje algo más».
La precariedad es absoluta. El mismo análisis de USO advierte de que, en números absolutos, «la principal causa de bajas en septiembre de 2023 fue el pase a la inactividad de fijos discontinuos, que se incrementa respecto a 2021 en un 654,3%, seguida de las bajas voluntarias». Es decir; hablamos de «ceses de viernes y nuevo contrato de lunes». En buena parte, afectados por la reforma laboral -de septiembre de 2021-. Véase cómo «en términos porcentuales, las bajas por no superar el período de prueba de los que tenían un contrato indefinido se incrementan en un 791,3% con respecto a 2021».
Las mujeres, las peor paradas
En el sentido figurado y literal del adjetivo o sustantivo. La contratación a tiempo parcial sigue siendo ‘cosa de mujeres’. Según el estudio de USO, «son ellas las que mayoritariamente acceden a esta contratación: un 21% de las mujeres que trabajan lo hacen a tiempo parcial, frente al 9% de los hombres». Las que lo hacen «con un contrato indefinido a tiempo completo son sólo el 22%, mientras que en los hombres esta proporción alcanza el 35%». Por tanto, «la brecha no es sólo salarial, sino en el acceso a jornadas completas de trabajo y, por tanto a una verdadera igualdad».
Santillana recuerda que mientras «las mujeres son las que están accediendo mayoritariamente al a contratación a tiempo parcial, mientras que sobre ellas recaen todas las tareas». Una situación que a su juicio «es muy preocupante» dado que se supone que España tiene un «gobierno feminista» y por tanto, «rechina un poco».
Así, mientras la todavía ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz, no incluye a los fijos discontinuos entre la población parada, pero sí a la que está en ERTE, las históricas diferencias por sexo, edad o formación, siguen más vigentes que nunca en materia laboral, con el Gobierno que enarbola la bandera del feminismo y la igualdad.