Reportaje

Los trabajadores afectados por un ERTE que siguen siendo invisibles para el SEPE

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Desde que se estableció el estado de alarma y comenzaron a entrar en vigor los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), esta nueva sigla que muchos desconocían se ha convertido en su mayor pesadilla. Según el Gobierno, «el SEPE ha reconocido el 98,5% de las solicitudes recibidas» y sólo «quedan pendientes nuevas prestaciones o aquellas en las que hay que subsanar errores ajenos al organismo». Sin embargo, la realidad que se vive en la calle es muy diferente.

En una terraza cerca de San Bernardo, en pleno centro de Madrid, se encuentra Carlos. Trabaja en una tienda de compra y venta de segunda mano y ahora mismo no tiene ni para comer y por miedo a las represalias de la empresa no dirá su nombre real. Sentados en una terraza rodeados de viandantes, Carlos cuenta su situación a OKDIARIO: «Me encuentro en ERTE desde el 18 de marzo y desde ese día hasta el 10 de mayo he estado en ERTE total. Posteriormente me he incorporado a la empresa, pero me han reducido las horas, he pasado de 40 horas a 30 horas, mi empresa ha aprovechado la situación».

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pero en la terraza en la que nos encontramos sólo se respira angustia y desesperación por encontrar una salida. Carlos ha intentado pedir ayuda en los bancos de alimentos aunque por su situación personal, al ser un hombre de 42 años, sin pareja, ni hijos pasa a un segundo plano y se prioriza a las familias, a las mujeres solteras con hijos, ancianos, etc.

Desde que Madrid pudo alcanzar la fase 2 intenta ir a casa de algún amigo para que lo acoja a la hora de comer. Encontrarse en un bucle, donde no ver una salida clara es asfixiante y saber que esto se ha convertido en una nueva rutina no es nada fácil para Carlos y así lo cuenta: «Al tener la hipoteca he intentado pedir la moratoria; se hacían descuentos de agua de un 80% pero cómo tengo la deuda con la visa, hasta que no cancele la visa, no me cancelan la moratoria de la hipoteca y sobre el tema del agua, uno de los papeles que te piden es el documento del SEPE pero como mis datos no aparecen en el SEPE no puedo conseguir ese papel». Cualquier cosa que intenta Carlos le hace volver a colocarse en la casilla de salida, sin esperanzas pero con la intención de no desfallecer en el intento.

Cuando se le pregunta ¿cómo se ve en su vida cotidiana? Carlos no titubea y responde con un demoledor “arruinado”. Encontrarse atado de pies y manos con 42 años sin poder pedir ayuda, trabajando 10 años en la misma empresa produce cierta amargura en la cara del protagonista de esta historia. «El hecho de no poder cobrar y además vivo solo, supone no poder vivir, no poder comer. No tener a nadie cerca, me ha supuesto tener un contratiempo muy grande”.

Su relato se vuelve más amargo. «Hago malabarismos para poder mantenerme día a día y semana a semana, con la expectativa de no saber cuándo voy a cobrar. Me deben muchos meses de sueldo, de ERTE completo me deben dos meses y de ERTE parcial otros dos meses y encima tengo el agravante que como he estado tirando de la visa para poder subsistir estos meses, lo poquito que he cobrado de mi empresa se lo ha comido la visa, lo cual quiere decir que estoy bastante fastidiado».

Al hablar sobre si existe algún tipo de solución, Carlos se está haciendo un cigarro, levanta la mirada y responde «la solución es magia». En su semblante aparece una media sonrisa. Actualmente continúa trabajando sin haber cobrado el ERTE y tuvo que pedir un adelanto para poder sacarse el abono de transporte público para poder llegar a su puesto de trabajo. “El ERTE total ha durado más de dos meses y el parcial continúa” y Carlos no ha visto ni un euro por parte del gobierno.

La realidad no es muy distinta para tres profesores de tenis que siguen esperando a cobrar el ERTE que parece no llegar nunca. Eduardo Urgell, Emilio Rodríguez y Yannick Martell se encuentran dentro del mismo ERTE de una escuela de alto rendimiento. La segunda semana de marzo fue cuando se solicitó el ERTE del que todavía no tienen noticias. Desconcierto entre los deportistas porque ni siquiera aparecen sus datos en el SEPE, lo mismo que le ocurre al protagonista de la historia anterior.

Estos profesores de tenis llaman continuamente al SEPE y no reciben respuesta, llamadas perdidas que no llegan a nadie. Cuatro meses sin cobrar y sin saber qué va a pasar. Urgell duda si de verdad llegara ese dinero a su cuenta bancaria. Sus trabajos se han visto paralizados por el estado de alarma y ahora toca pasar por la incertidumbre. Esa incertidumbre que siente Yannick Martell por no saber si podrá continuar en Madrid o tendrá que volver a su ciudad de origen en el sur de España y pedirle ayuda a sus padres. Emilio Rodríguez cuenta a OKDIARIO que “ahora mismo tengo más gastos que ingresos”.

Estos son algunos de los trabajadores en paro temporal que se encuentran a la deriva. Sin aparecer en el SEPE, sin saber qué les depara el futuro y siendo invisibles para el Gobierno, invisibles es como se sienten.

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