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El timo de las desaladoras de Zapatero: Ribera mete 312 millones en Acuamed para compensar pérdidas

El alza de la luz dispara los costes de las desaladoras y las pérdidas de Acuamed, la empresa pública que las gestiona

El ex presidente Zapatero tumbó el trasvase del Ebro para llenar el litoral del Levante de desaladoras, pero sigue la sequía

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José Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente del Gobierno.
Carlos Ribagorda

La decisión del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero de tumbar el trasvase del Ebro y llenar el Levante de desaladoras para intentar acabar con los problemas del agua en la zona está generando un problema para Acuamed, la empresa pública que las gestiona dependiente del Ministerio de Teresa Ribera, en forma de pérdidas económicas que fuerzan al Gobierno a gastar más dinero público para enjuagarlas.

Según los informes de ejecución presupuestaria, el Gobierno ha inyectado 312 millones de euros en Acuamed este año. Estos fondos van destinados a principalmente a compensar pérdidas del negocio, como afrontar los gastos de la electricidad que necesitan las desaladoras construidas por Zapatero -según el segundo Convenio de Gestión Directa firmado el 6 de junio entre el Gobierno y Acuamed, la inyección de fondos total alcanzará los 609 millones en 2027-. De hecho, el 13 de junio el Consejo de Ministros dio permiso a Acuamed para licitar un concurso de electricidad por 184 millones de euros.

Ribera ha previsto que este año Acuamed pierda 250 millones de euros -según los datos incluidos en los Presupuestos Generales-, lo que se suma a los 247 millones de 2022. La razón es doble: por un lado, el alza del coste de la electricidad que necesitan las desaladoras de Zapatero para funcionar y, por otro, el bajo precio del agua desalada que se vende a los regantes de la zona.

El precio de la electricidad para el funcionamiento de las desaladoras de Zapatero se ha disparado y provocó que el año pasado Acuamed acumulara una deuda de casi 100 millones con Acciona. La empresa pública tuvo que negociar un crédito para poder afrontarlo, como publicó este diario.

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Al incremento de los costes por la electricidad -ahora en las nuevas ampliaciones de las desaladoras la empresa incluye la construcción de parques solares para el suministro de energía- se une el que la compañía pública no puede subir el precio al que vende el agua a los regantes.

Agua desalada más cara

Hacerlo supondría un problema político para el Gobierno puesto que los regantes amenazan con huelgas y manifestaciones que dejarían en mal lugar a Ribera. La realidad es que producir un litro de agua desalada es más caro del precio que luego cobran a los regantes. En definitiva, se está subvencionando el agua a los regantes de la zona.

Es el resultado de tumbar el trasvase del Ebro que diseñó el Gobierno de José María Aznar y que Zapatero enterró cuando llegó al poder en 2004. El ex presidente socialista gastó más de 1.200 millones de euros para levantar once desaladoras que, además, tampoco han generado el agua que estaba prevista.

Zapatero dijo en 2008 que con sus desaladoras el problema del agua en España estaría solucionado. La realidad es bien distinta actualmente. Algunas de las centrales que puso en marcha generan apenas un 2% del agua que tenían prevista, como la de Sagunto o la de Moncofa.

En otros casos la producción de agua es casi plena, como en Carboneras, mientras que la de Torrevieja se encontraba a cierre de 2022 en el 80% y ahora el Gobierno ha decidido ampliarla para producir hasta 120 hm3 -su capacidad actual es de 80 hm3-. Es aquí donde el plan incluye una planta solar para abastecer de energía a la planta.

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