Teresa Ribera se posiciona ahora a favor de Rusia y defiende suavizar el veto europeo al gas ruso
Teresa Ribera presionó, sin éxito, al comisario europeo de Energía para suavizar el veto de la Unión Europea al gas ruso


Teresa Ribera, vicepresidenta de la Comisión Europea, presionó para que la propuesta legislativa de veto al gas ruso presentada este martes por el comisario de Energía, Dan Jørgensen, fuera más suave. Ribera, que como ministra de Transición Ecológica en España solicitó en numerosas ocasiones públicamente a las comercializadoras españolas, Repsol y Naturgy, que dejaran de comprar gas a Rusia, ha defendido que el veto no fuera tan drástico.
Además, la propia Ribera, en unas declaraciones antes de una reunión en Europa cuando era ministra española, dijo públicamente que había que llegar a una posición común en Europa para «reducir o prohibir cuanto antes» la compra de gas ruso.
Ribera ha cambiado ahora. La presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, anunció al inicio de su segundo mandato que uno de sus objetivos era presentar cuanto antes una propuesta para vetar el gas ruso. Su comisario de Energía lo hizo el pasado martes, pero con la oposición de Ribera.
Los motivos son evidentes. Como ha publicado este diario, Europa ha gastado más dinero en comprar combustibles a Rusia que en ayuda a Ucrania. Los países europeos han financiado en parte la invasión por parte de Vladímir Putin de Ucrania. Por ejemplo, sólo en mayo, España ha comprado gas natural licuado (GNL) a Rusia por valor de 161 millones de euros.
Pero sus presiones al comisario de Energía han caído en saco roto. Y ahora, Ribera está siendo criticada dentro de la Comisión por sus presiones para limitar la iniciativa legislativa presentada el martes, según publica el diario europeo Politico.
Ribera presionó, según este diario, que cita cinco fuentes conocedoras de las conversaciones a puerta cerrada, para que la propuesta definitiva de la Comisión fuera más laxa con el gas ruso para defender a las empresas españolas y ante el temor a que Rusia inicie una guerra judicial que obligue a las compañías a pagar millonarias indemnizaciones.
Porque tanto Naturgy como Repsol tienen vigentes sendos contratos de compra de gas con diferentes empresas rusas que son a largo plazo, hasta 2038. Francisco Reynés, presidente de Naturgy, ha advertido públicamente en numerosas ocasiones que esos contratos no se pueden romper unilateralmente porque lo siguiente sería la correspondiente demanda de los rusos.
Reynés ha explicado que sólo compra el gas que está estipulado en ese contrato, firmado antes de que Rusia invadiera Ucrania. La situación es la misma para Repsol, que también firmó el contrato de suministro de gas con Novatek antes de la invasión rusa.
Esta es la razón por la que Ribera habría presionado para que la letra pequeña de la iniciativa legislativa europea suavizara la intención inicial de vetar las compras de gas ruso a partir de 2027.
De acuerdo con la información publicada por Politico, «durante cinco semanas, Ribera estuvo diciendo que no se había hecho una buena evaluación y que el riesgo de ser demandada por los rusos era alto».
Un portavoz de Ribera respondió al diario que «hemos estado ayudando a elaborar una propuesta sólida y jurídicamente sólida, y a abordar las preocupaciones de otros, como las expresadas por los Estados miembros que no tienen otra alternativa operativa que el gasoducto procedente de Rusia o que necesitan una solución en caso de interrupciones inesperadas».
El texto final incluye opciones para que la compra de gas ruso se permita en algunos casos a partir del 1 de enero de 2028, como la seguridad de suministro para los países miembro que no tengan litoral.