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Talgo confía en que los acreedores no ejecuten la deuda y permitan que salga adelante la opa húngara

Talgo, Sidenor
Tren de Talgo.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Los principales accionistas de Talgo, la propia compañía y la empresa húngara Ganz-MaVag (Magyar Vagon) están seguros de que los bancos acreedores no van a ejecutar la deuda de la empresa, que es la condición que ha puesto este potencial comprador para lanzar la opa sobre la española. En consecuencia, creen que no habrá problema para que la operación se lleve finalmente a cabo, según fuentes conocedoras de la situación.

El pasado viernes, la compañía húngara envió un comunicado a la CNMV advirtiendo de que debía tener la certeza de que los acreedores no iban a invocar la cláusula de cambio de control para ejecutar sus créditos, lo que se conoce como covenants, para lanzar la opa sobre Talgo.

Sin embargo, el supervisor del mercado le advirtió de que no se puede condicionar una opa a esta circunstancia, según la ley española. Motivo por el cual Magyar Vagon aseguró que «no existe certeza de que se vaya a formular una oferta pública de adquisición de acciones de Talgo», hasta que cuente con el respaldo de todos los acreedores.

Pero las fuentes consultadas aseguran que las partes involucradas están tranquilas porque confían plenamente en que los acreedores no van a poner ningún obstáculo: «No tendría ningún sentido, a ellos les interesa que entre un nuevo propietario que potencie el negocio, que obtenga sinergias y que haga crecer a Talgo», afirma una de ellas.

Este tipo de condiciones son habituales en la financiación de grandes empresas: si una compañía se vende, los acreedores tienen derecho a exigir la devolución de sus créditos (y si la empresa no puede hacer frente a ellos, pueden instar el concurso de acreedores). Eso requiere que todos los bancos estén de acuerdo en no aplicar esa cláusula, ya que, si uno de ellos la invoca, los demás no pueden obligarle a no hacerlo.

Retraso de la opa sobre Talgo

Aunque nadie espera que eso ocurra, este proceso puede llevar algún tiempo, según las fuentes, lo que retrasará el lanzamiento de la opa sobre Talgo. La compañía española tiene una deuda bruta de 320 millones de euros, el grueso de la cual está en manos de un sindicato de más de 10 bancos con Santander a la cabeza (lo que suele ser habitual en España).

Desde la perspectiva de Magyar Vagon, tiene lógica que no quiera arriesgarse a esa ejecución de los créditos. Se supone que compra para desarrollar un proyecto industrial que requiere financiación. Si nada más llegar, tiene que devolverla, no podría sacar adelante el citado proyecto y, en consecuencia, no tendría sentido la compra de Talgo.

Como informó OKDIARIO, la empresa y sus accionistas también consideran que el Gobierno no pondrá pegas a la transacción, a pesar de que el escudo antiopas le permite hacerlo si considera que Talgo es una empresa estratégica. Sin embargo, esta norma se opone a la libertad de movimiento de capitales en la Unión Europea, y al ser el comprador una empresa comunitaria (a diferencia de casos como los de Naturgy o Telefónica), invocar este escudo podría provocar un enfrentamiento de Pedro Sánchez con la Comisión Europea.

Accionistas y asesores

El banco de inversión asesor de la empresa húngara para la operación es Lazard, mientras que Garrigues se encarga de la parte legal. Las fuentes aseguran que Lazard ha estado negociando con los principales accionistas de Talgo, con los que está completamente acordado el precio (5 euros por acción, lo que valora el 100% del capital en 617 millones) y las condiciones de la oferta. Sólo falta por cerrar la pata de los acreedores.

El 40% del capital de Talgo está en manos de la sociedad Pegaso Transportation International, donde el fondo Trilantic (que heredó la participación de Lehman Brothers en 2006) posee a su vez un 63%  y la familia fundadora, Oriol, un 20%. También está presente Juan Abelló, a través de su sociedad Torrblas, con un 5%. Los directivos controlan otro 2,4% y el 52,6% restante es free float (acciones que cotizan libremente en Bolsa).

Trilantic y Abelló llevan intentando vender sus participaciones desde 2021, pero no han encontrado un comprador hasta ahora. Además, entonces la valoración de la compañía en Bolsa era mucho más baja, de unos 370 millones, mientras que ahora han logrado que el precio de la opa se eleve hasta los 617 millones citados.

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