Soy notario y éste es el tiempo máximo que puede estar una herencia sin repartir
Si bien no hay una obligación inmediata de repartir una herencia, sí existen plazos fiscales
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Cuando una persona fallece, sus bienes y propiedades pasan a formar parte de una herencia que, en teoría, debería ser repartida entre sus herederos. Sin embargo, en la práctica, la distribución de una herencia puede convertirse en un proceso prolongado y complicado. Aunque muchos piensan que hay un límite de tiempo para repartirla, la realidad es que la legislación española no establece un plazo concreto. Eso sí, debemos tener en cuenta ciertos factores fiscales y legales que indican el tiempo que una herencia puede permanecer sin dividirse. A pesar de ello, debemos saber también que conlleva consecuencias que van desde sanciones económicas hasta largos litigios entre familiares.
El principal problema que enfrentan muchas familias no es la falta de un plazo legal, sino la dificultad de llegar a acuerdos. Cuando hay varios herederos, las diferencias de opinión sobre la partición de los bienes, la venta de inmuebles o la simple gestión de los trámites pueden generar un estancamiento. En estos casos, la herencia se mantiene en un estado de indivisión en el que todos los herederos tienen derechos sobre los bienes, pero ninguno puede disponer libremente de ellos sin el consentimiento de los demás. Si bien no hay una obligación inmediata de repartir una herencia, sí existen plazos fiscales que los herederos deben cumplir para evitar problemas con Hacienda. En concreto, el Impuesto de Sucesiones y Donaciones debe liquidarse en un plazo de seis meses tras el fallecimiento del causante, con la posibilidad de solicitar una prórroga por otros seis meses. Incumplir esta obligación puede acarrear recargos e intereses de demora, lo que hace que el factor económico sea una de las principales razones para agilizar la gestión de una herencia.
Los plazos fiscales en una herencia
Aunque la ley no establece un tiempo máximo para repartir una herencia, sí impone plazos fiscales que los herederos deben cumplir. El más relevante es el que tiene que ver con el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que debe abonarse en los primeros seis meses tras el fallecimiento del titular de los bienes. En caso de que los herederos necesiten más tiempo, pueden solicitar una prórroga dentro de los cinco primeros meses, lo que les permitiría extender el plazo hasta un año.
Si este impuesto no se paga dentro del tiempo establecido, Hacienda aplicará recargos, sanciones e intereses de demora. Sin embargo, que el impuesto se pague no implica que la herencia ya esté repartida. Es perfectamente legal que los bienes queden en situación de indivisión por tiempo indefinido, siempre que los herederos estén de acuerdo o simplemente no tomen medidas para gestionar la partición.
Qué pasa si la herencia no se reparte
Cuando una herencia permanece sin dividirse, los herederos siguen siendo copropietarios de los bienes en la proporción que les corresponda. Esto significa que ninguno de ellos puede vender, alquilar o realizar modificaciones sobre los bienes sin el consentimiento del resto. Este escenario, conocido como indivisión hereditaria, puede mantenerse durante años sin que implique ninguna infracción legal.
No obstante, una herencia sin repartir puede generar inconvenientes prácticos. Por ejemplo, si la herencia incluye una vivienda, ningún heredero podrá venderla sin la firma de los demás. Si alguno de los herederos no está de acuerdo con mantener la indivisión, puede recurrir a la vía judicial para forzar la división. Este proceso puede ser largo y costoso, ya que un juez deberá determinar la forma en que se distribuyen los bienes o, en su defecto, proceder a la venta y reparto del valor económico entre los herederos.
¿Se puede obligar a repartir una herencia?
En algunas circunstancias, es posible forzar el reparto de una herencia. Si uno o varios herederos desean que se realice la partición y los demás no toman medidas, pueden iniciar un procedimiento de división judicial. En este caso, un juez será quien determine cómo se reparten los bienes o si deben venderse para repartir el dinero entre los beneficiarios.
Además, el Código Civil establece que cualquier interesado, como un acreedor o un coheredero, puede solicitar al juez que fije un plazo de 30 días para que los herederos decidan si aceptan o renuncian a la herencia. Si no se pronuncian en ese tiempo, la herencia se considerará aceptada a beneficio de inventario, lo que significa que los herederos solo responderán de las deudas del fallecido con los bienes heredados, sin comprometer su patrimonio personal.
En definitiva, una herencia puede permanecer sin repartirse por un tiempo indefinido, siempre y cuando no haya obligaciones fiscales pendientes y los herederos estén de acuerdo o no actúen para dividir los bienes. Sin embargo, retrasar su gestión puede generar también problemas administrativos, económicos y familiares que, en algunos casos, pueden derivar en costosos procesos judiciales. Por ello, lo más recomendable es afrontar la situación cuanto antes y buscar acuerdos que permitan una solución rápida y equitativa para todos los implicados.