Paro juvenil

Sin estudios no hay trabajo… y los estudios tampoco lo garantizan

Paro, estudios, trabajo

En España, la falta de estudios o formación prácticamente impide conseguir un trabajo. No obstante, incluso aquellos con un título universitario o formación profesional de grado superior enfrentan importantes dificultades para encontrar un empleo. Actualmente, uno de cada tres jóvenes con estudios superiores está en paro, lo que implica una tasa de paro del 31,3%.

Según la Encuesta de Población Activa (EPA) el desempleo juvenil en España duplica la media de la Unión Europea (UE). Mientras en el conjunto de la Unión se sitúa en torno al 14%, en nuestro país está por encima del 28%. A esto hay que sumarle un mercado laboral caracterizado por la elevada temporalidad. Así, más del 40% de los jóvenes ocupados tiene contratos temporales involuntarios, una cifra que casi triplica el promedio europeo (14,4%).

Según el informe Jóvenes sin filtros de la Unión Sindical Obrera (USO), el paro entre jóvenes con formación superior ha crecido en más de dos puntos en el último año. El escrito publicado señala que no contar con estudios implica de manera «casi definitiva» no encontrar empleo, pero advierte de que incluso la formación más alta no garantiza oportunidades laborales.

Otro de los factores que empeora el problema es el abandono escolar, que en España se sitúa en el 13%, frente al 9,3% de la media de la UE. Existen diferencias por sexo, y en el caso de los hombres, el 15,8% no continúa estudiando tras la secundaria, frente al 10% de las mujeres. Además, las mujeres completan estudios superiores en un mayor porcentaje: un 50,9% en comparación al 38,7% de los hombres.

Las reformas laborales impulsadas por el Gobierno tampoco han conseguido acabar con la precariedad. El contrato fijo discontinuo, presentado como una medida para dotar de estabilidad a determinados sectores, se ha extendido entre los menores de 30 años, funcionando en muchos casos como una «jornada parcial encubierta».

A ello se suma la dificultad para acceder a una vivienda: hasta el 90% del salario de un joven se destina al alquiler, que además, en la mayoría de los casos es una vivienda compartida.

Los estudios no garantizan un trabajo

La Unión Sindical pide al Gobierno que aborde una reforma laboral estructural para frenar la temporalidad y que desarrolle el prometido «Estatuto de las Personas Becarias», que garantice derechos básicos a quienes actualmente realizan prácticas sin remuneración o con sueldos muy bajos. Sin embargo, hasta ahora, las medidas implementadas por el Gobierno para mejorar las condiciones del mercado laboral sólo han tenido resultados negativos, generando una rigidez que ya caracteriza al mercado de trabajo español y que dificulta la incorporación a este.

El sindicato también exige medidas contra el abandono escolar y políticas que faciliten el acceso a la vivienda como condición imprescindible para que los jóvenes puedan incorporarse y mantenerse en el mercado laboral.

No obstante, y como ha ocurrido con el mercado laboral, la intervención del Ejecutivo en materia de vivienda sólo ha empeorado la crisis que afecta a nuestro país, encareciendo los alquileres, que ya tenían precios poco accesibles.

El informe concluye que, en un país donde la falta de estudios cierra casi todas las puertas profesionales, y donde ni siquiera una titulación universitaria asegura un empleo, el riesgo de una generación sobrecualificada con trabajos precarios y sin perspectivas de estabilidad a medio plazo es elevado.

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