El sector textil alerta: la prohibición de las rebajas de Sánchez hundirá sus ventas más de un 50%
El sector textil acumula cuatro meses consecutivos de caídas con el mayor desplome de su historia en el mes de abril tras perder más de un 80% de las ventas.
Adiós a las rebajas en las tiendas físicas. El Gobierno de Pedro Sánchez no permitirá que los comercios rebajen sus productos en los establecimientos a pie de calle con el objetivo de evitar aglomeraciones. Sin embargo, da alas al comercio online permitiendo la aplicación de descuentos en este tipo de plataformas.
El veto de Sánchez al sector textil hundirá sus ventas más de un del 50% en el año 2020. «La decisión del Gobierno podría provocar una caída mayor de la estimada, aunque no nos planteamos que esta decisión siga adelante, por el golpe que supone para el comercio físico», asegura Eduardo Zamácola, presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex).
«Los comercios del sector textil están muy tocado como para hacer más daño», recalca el presidente de Acotex, que explica que «las tiendas físicas no van a tener aglomeraciones, ya que la gente está entrando a cuenta gotas».
El sector textil acumula cuatro meses consecutivos de caídas con el mayor desplome de su historia en el mes de abril tras perder más de un 80% de las ventas. Datos que van ligados al cierre total de las tiendas, tras la declaración del estado de alarma por la crisis del coronavirus.
Sánchez se olvida del sector textil
Zamácola critica la falta de dialogo con el Ejecutivo y denuncia que «no nos han preguntado, pero ni siquiera nos han avisado de la publicación de esta orden en el Boletín Oficial del Estado (BOE)».
«Los establecimientos no podrán anunciar ni llevar a cabo acciones comerciales que puedan dar lugar a aglomeraciones de público, tanto dentro del establecimiento comercial como en sus inmediaciones. Esta restricción no afectará a las ventas en rebaja ni tampoco ventas en oferta o promoción que se realicen a través de la página web», señala el BOE en su disposición adicional segunda.
Una medida que ha provocado una gran indignación en el sector, ya que la regulación de las rebajas se liberalizo en el año 2012. «Este veto a las tiendas físicas realiza un grave comparativo con la ventas online, a las que no todos los comerciantes tienen acceso», recalca Zamácola.
Las ventas online del sector textil se desplomaron un 82% desde que se proclamó el estado de alarma. Un caída que Acotex achaca a la caída del animo de los ciudadanos: «No están con ánimo de comprar ropa que no saben cuándo se van a poder poner».
La desescalada que asfixia a la industria de la moda
Por su parte, el presidente de Acotex califica las medidas de la fase de desescalada de excesivas: «La apertura de las tiendas hasta los 400 metros es una incoherencia, ya que en un establecimiento amplio se puede respetar mejor la distancia de seguridad de dos metros».
España es el único país del mundo donde se ponen las prendas en cuarentena. Ante esta situación, los comerciantes están obligados a desinfectar la ropa y Zamácola se pregunta «porque no se extiende esta medida a otros sectores como los supermercados».
Medidas urgentes
El comercio textil exige al Gobierno de Pedro Sánchez «ayudas urgentes y específicas» para paliar la crisis economía que sufre la industria de la moda. «Las medidas tomadas hasta la fecha son insuficientes, ya que ponen al empresario contra la espada y la pared», denuncia.
Flexibilización de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), inyección de capital en el sector mediante las líneas ICO y una solución urgente a los alquileres de las tiendas son algunas de las medidas que pide al Ejecutivo para asegurar la supervivencia del sector.
«Los créditos ICO no están llegando y las empresas necesitan tesorería», denuncia Zamácola, que pide la condonación de impuestos, ya que «el sector tiene las tiendas cerradas, por lo que no nos valen moratorias en los impuestos, tasas, tributos o en las cuotas de la seguridad social».
No obstante, la industria de la moda pide al Gobierno que «no dé la espalda al sector y que les deje trabajar», mientras tienden la mano al Ejecutivo para garantizar la supervivencia de la industria de la moda.