Opinión

Un rumbo claro para atravesar la tormenta

Es bastante probable que la crisis provoque una nueva aceleración del sector tecnológico, y a la vez un impulso decisivo para la economía verde. En efecto, las medidas de confinamiento nos han hecho aún más dependientes de las telecomunicaciones, de los servicios y productos digitales, y de las tecnologías informáticas.

Opinion Frédéric Dupuy
Opinion Frédéric Dupuy
  • Frédéric Dupuy, director de inversiones en Finanbest

Ante la gran incertidumbre económica y política causada por la crisis sanitaria, el inversor debe mantener la cabeza fría y tratar de buscar, entre la considerable cantidad de noticias, rumores, intuiciones e ideas que le atormentan, las convicciones más sólidas sobre las cuales apoyar su estrategia. Serán pocas, y serán sencillas.

En primer lugar, el inversor debe apegarse a los pilares fundamentales de la buena gestión de activos: paciencia y visión de largo plazo, alto nivel de diversificación, bajos costes, e independencia. Dicho de otra forma: no estar obsesionado con el “market timing”, desconfiar de las apuestas, eliminar costes superfluos y comisiones indebidas, y huir de los conflictos de interés. Preceptos sensatos, probados y eficaces.

Las crisis y las recesiones son pasajeras y confiamos positivamente en que a largo plazo la situación económica global se estabilice

Si ahora levantamos la vista e intentamos entender qué está pasando, frente al flujo continuo de comentarios excesivos (en un sentido o en otro) es útil recordar que “todo lo que es exagerado es insignificante”. Eso lo dijo el diplomático francés Talleyrand que logró atravesar tiempos muy revueltos y extraordinarias crisis siempre al lado del timón del poder. Hemos de calibrar nuestras estrategias según un escenario medio razonable, con la convicción que, si bien es verdad que la Historia puede ser trágica (y eso, solemos olvidarlo y siempre nos coge por sorpresa), también es cierto que el “fin de la Historia” no existe. Las crisis y las recesiones son pasajeras y confiamos positivamente en que a largo plazo la situación económica global se estabilice en una nueva senda de crecimiento, una nueva normalidad.

El sector financiero está teniendo un rol activo importante, con la creación de fondos de inversión ISR (Inversión Socialmente Responsable) o ASG

Una visión algo cínica y cruel, pero no menos cierta y en realidad esperanzadora, es la de Schumpeter y de la destrucción creativa: “Gentlemen, a depression is for capitalism like a good, cold douche.” La crisis económica está causando daños muy duros en la sociedad, despidos, paro, desespero, quiebras de empresas… Pero también está provocando cambios profundos en nuestra forma de vivir y en las empresas, y estas transformaciones podrían ser la fuente de un crecimiento futuro más fuerte y más sostenible: un nuevo pacto social y político, nuevas formas de trabajar, una racionalización y reasignación de recursos, una aceleración de la innovación, etc. No hay mal que por bien no venga: debemos gestionar nuestras inversiones con prudencia y escepticismo en el día a día, pero con una estrategia de largo plazo positiva y consciente de la naturaleza cíclica de la economía.

Entrando más concretamente en temas de mercados financieros, es bastante probable que la crisis provoque una nueva aceleración del sector tecnológico, y a la vez un impulso decisivo para la economía verde. En efecto, las medidas de confinamiento nos han hecho aún más dependientes de las telecomunicaciones, de los servicios y productos digitales, y de las tecnologías informáticas. Así, el sector tecnológico que ya conocía un fuerte crecimiento basado en la innovación antes del inicio de la pandemia debería gozar ahora de un nuevo empujón gracias a una demanda aún mayor. Prueba de ello, los beneficios de las empresas del Nasdaq en 2020 ya superaron los del año pasado.

La nueva situación ha favorecido aún más a la economía verde. El problema del cambio climático y la necesidad de un nuevo modelo de crecimiento siguen igual que antes de la crisis

En cuanto a la economía verde, la nueva situación la ha fortalecido aún más. El problema del cambio climático y la necesidad de un nuevo modelo de crecimiento económico global más sostenible y respetuoso con el medioambiente siguen al igual que antes de la crisis.
Asimismo, parece que la pandemia ha servido de catalizador para una toma de conciencia más fuerte de la obligación de actuar profunda y rápidamente en estos ámbitos. Además, el sector debería beneficiarse de una parte importante de las inversiones, privadas y públicas, que se desplegarán para reactivar la activad económica. Necesidad, voluntad, recursos: un cocktail potente al servicio de una revolución indispensable.

En esta gran mutación el sector financiero está teniendo un rol activo importante, con la creación de fondos de inversión ISR (Inversión Socialmente Responsable) o ASG (integración de criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo), fondos de bonos verdes, fondos temáticos (por ej. “bajo en carbono”), y fondos de impacto (que invierten en proyectos que tienen un impacto social o medioambiental positivo). Construir un futuro mejor: un rumbo claro y una convicción sólida para quien quiera invertir hoy.

Finanbest.

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