¡La rentabilidad del conocimiento!

Todos sabemos que los precios suben y bajan, sucedió en el pasado y
sucederá en el futuro y eso es todo lo que necesitamos saber. No es
aconsejable ser demasiado curioso ante las causas que provocan los
movimientos de los precios, ya que te arriesgas a llenar tu cabeza de aspectos irrelevantes. Lo único que debemos hacer es buscar el movimiento e intentar seguir la corriente. No discutas con la tendencia, y sobre todo no trates de luchar contra ella.   Jesse Livermore

No me cabe duda que las fuentes del conocimiento son necesarias a la hora de emprender cualquier debate. Sin embargo, quién no ha tenido alguna, o muchas veces la sensación de quedarse perplejo ante las barbaridades que a veces se sueltan por desconocimiento. Siempre mantengo que ¡la ignorancia es muy atrevida!

Tengo la firme convicción de que los silencios son más inteligentes que las palabras y que saber escuchar es una virtud mayor, a la de saber hablar. Escuchar algo es diferente a saber algo, puesto que las personas más cultivadas que he tenido la oportunidad de conocer son aquellas que saben opinar de manera determinante y pedagógica cuando opinan de algo que dominan ampliamente, pero que escuchan y opinan de manera humilde, cuando hablan de temáticas que no controlan. El resto, como siempre, divaga. Los bares están llenos de condicionalistas, aquellos que habrían, pero ¡no han!

Lo que les comentaba anteriormente, viene a colación de algunos debates que estamos teniendo últimamente en Blackbird. Hemos abierto la puerta a una estrategia operativa de ‘market timing’, es decir de momento técnico, que implica aprovechar este nuevo tirón en tendencia de las Bolsas con un Fondo índice que replica al MSCI World, o con acciones caras que han logrado arrancar un nuevo movimiento alcista. El origen de dicho debate siempre se centra entre si es mejor comprar barato o caro. Aquellos férreos seguidores del value investing tratan de defender de manera imperativa que todo lo que no es comprar buenas empresas baratas es un bulo. Y los chartistas, que todo lo que no sea servirse de la tendencia es absurdo. Pero en Blackbird creemos que lo único absurdo es el propio debate.

Lo que verdaderamente importa es la asunción de los riesgos y la correcta
asignación de nuestro capital, luego las estrategias de valor o de momento son meramente eso, estrategias.

Tengo actualmente el pleno convencimiento de que existen oportunidades históricas en las empresas de valor tradicionales, que seguramente nos darán en Blackbird notables beneficios durante el próximo lustro. Sin embargo, también somos conscientes de que el precio de comprar a precios extremadamente buenos, se llama volatilidad. No en vano, como les he explicado tantas otras veces, el diferencial entre valor y momento se encuentra en máximos históricos, en contra del valor. Lo que tira, sigue tirando.

Y lo que no arranca, sigue cayendo. Esta anomalía corregirá con el tiempo, y para mí no es importante saber cuándo, más lo que sí importa es seguir un criterio de evaluación de los riesgos y actuar con firmeza en momentos de volatilidad. De la misma manera, cuando buscamos aprovechar el rebufo de corto plazo lo importante es adentrarse en una situación bastante particular, saber que pagas caro, pero también que habrá un momento para la salida con el beneficio esperado, con parte de él o con pequeñas pérdidas. El plan determina el camino operativo y por supuesto, nos protege la gestión monetaria.

Al fin y al cabo todos especulamos, por más que algunos se vistan de inversores y otros de meros asesores. Lo que verdaderamente conmueve al inversor es la tendencia, el precio, puesto que aquí solamente vale una cosa, que éste suba. Y ¡ojo! no es que yo defienda esta postura, simplemente expongo claramente lo que es, no lo que pienso. Como bien saben, a mi me importan más los contratos adjudicados, las acciones amortizadas y las perspectivas de negocio, que no una subida hoy de un 5%, o que caiga mañana un 2%… Aunque cierto es que el conocimiento de la tendencia nos permite utilizar estrategias de análisis técnico para tomar posiciones de momento, y buscar operativa táctica a corto plazo. En su conjunción es donde entra en juego el poder del precio, de la propia tendencia y del análisis técnico.

No discutas contra la tendencia, y sobre todo no trates de luchar contra ella

Todos sabemos que los precios suben y bajan. Pero no es aconsejable ser
demasiado curioso ante las causas que provocan los movimientos de los precios, ya que te arriesgas a llenar tu cabeza de aspectos irrelevantes. Lo único que debemos hacer es buscar el movimiento e intentar seguir la corriente. No discutas con la tendencia, y sobre todo no trates de luchar contra ella. Si buscas el valor, olvídate del precio, acepta la volatilidad y piensa en la realidad que construye el futuro proyectado. Si el precio está barato, es que el mercado no lo quiere. Y si vas tras una inversión por el mero hecho de que sube, entonces elimina de facto el hecho de buscar las razones por las cuales sube o no sube, simplemente guía tu capital hacia el movimiento y fluye con él. La gestión del riesgo y una correcta diversificación te permitirán realizar una operativa viable, y la rentabilidad será la consecuencia de un trabajo bien hecho. Eso es precisamente lo que espero en el arranque de 2020, un año que seguro dará que hablar, lleno de desafíos y con un reto muy importante, el de los Estados.

¿Serán capaces de liberalizar la economía? Probablemente la ingente cantidad de deuda que ha inundado los mercados les exija lo único que pueden hacer; reducir los impuestos a las empresas, o al menos facilitar la inversión de una vez. Así lo entiende Christine Lagarde, lo cual para mi ésta sea probablemente la mejor noticia de este finiquitado 2019. Dicho lo cual, quiero desearles de corazón unas muy felices fiestas.