Publicidad por emplazamiento: otra forma de llegar al cliente también para los emprendedores

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(Foto: iStock)

Dar a conocer el producto al público objetivo es uno de los grandes retos que debe de afrontar todo emprendedor. Aunque se disponga de un producto o servicio adaptado a las necesidades y preferencias del consumidor, si éste no conoce su existencia, de poco servirá.

En un contexto de impactos publicitarios continuos, es complicado que el consumidor retenga el nombre de la marca si ésta no es del todo conocida. Además, existe cierta aversión en según qué personas alrededor de la publicidad. Para superar estos dos inconvenientes, una estrategia a utilizar es el product placement. Se trata de colocar, de forma natural, el producto en un anuncio o acto. De esta forma, los receptores perciben el producto pero no lo contextualizan en un entorno publicitario.

¿Qué ventajas tiene el ‘product placement’?

  • Presencia del producto un contexto considerado positivo por el público: el producto aparece en un programa o acto sobre el cual el público potencial tiene una buena opinión o percepción.
  • Recreación de situaciones de compra y consumo: el hecho que el producto sea directamente consumido facilita al público poderse imaginar consumiéndolo también.
  • No existe la percepción de impacto publicitario directo: al no ser un anuncio que de forma directa pida el consumo de aquel producto, no es percibido como un instrumento agresivo que tenga la sola finalidad de conseguir incrementar las ventas.
  • Atención total para el producto: en un espacio publicitario, se encadenan, uno tras otro, distintos anuncios. Por lo tanto, existe el riesgo de, una vez se ha aparecido, de quedar “escondido” por la aparición de otro producto. En este caso, al estar en solitario sin la presencia de otra competencia, es más fácil el recuerdo.

¿Qué inconvenientes presenta el ‘product placement’?

  • Dificultad para elegir el contexto adecuado: de acuerdo al público objetivo que la empresa estipula que tiene el producto, debe colocarlo en algún contexto donde haya una parte importante de éste. Un error al respecto tira por la borda toda la inversión.
  • Riesgo de no ser percibido: si la presencia en el contexto donde se insiere el producto es demasiado austera o poco clara, se habrá realizado una importante inversión por estar allí pero, en cambio, el público no se habrá fijado en la presencia del producto.
  • Riesgo de ser percibido en exceso: se trata justo de lo opuesto a lo anterior: en caso que la presencia sea demasiada clara o descarada, el público entenderá que es publicidad encubierta y sentirá desafección hacia lo que percibe.
  • Dependencia de la capacidad de atracción de público del acto o programa: no existe la total certeza que, finalmente, el producto será percibido por la cantidad de personas esperadas.

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