El precio de la luz este miércoles volverá a tener coste cero durante 9 horas
Este miércoles el precio de la luz sumará 9 horas en negativo, es decir, la energía se generará a coste cero dado que la producción será 100% fruto de las energías renovables. Una situación que se viene repitiendo de forma recurrente en las últimas semanas gracias a la fuerte generación de energías renovables. En especial, de eólica e hidráulica. Pero esto implica una nula rentabilidad pare estas plantas y confirma el suicidio que supone el exceso de renovables impuesto por el Gobierno.
A qué horas será más barata la luz
Las horas a las que el precio de la luz será más barato este miércoles será entre las 10 de la mañana y las 19 horas, en concreto según el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE) el precio se situará en esas horas entre los -0,01 y los -0,05 euros por megavatio hora. Además, entre las 9 y las 10 de la mañana el precio será exactamente cero, igual que entre las 19 y las 20 horas.
El precio medio del pool para este miércoles será de 4,31 euros/MWh, con un máximo de 35 euros/MWh entre las 7.00 y las 8.00 horas, mientras que el mínimo será ese valor negativo de -0,05 euros/MWh -entre las 14.00 y 18.00 horas-.
Con el de este miércoles serán ya siete los días de este mes en los que el pool ha registrado precios negativos en algunas de sus horas, un hecho que hasta el pasado 1 de abril no se había producido nunca.
El precio de la luz en abril: 3,68 €/MWh de media
El inicio de abril ha estado marcado por una significativa presencia de generación renovable, principalmente eólica y solar, junto con una destacada participación hidroeléctrica debido a las importantes precipitaciones registradas durante la Semana Santa. Estos factores han contribuido a que el precio medio en el mercado mayorista de electricidad, conocido como pool, se sitúe en 3,68 euros por megavatio hora (MWh) durante los primeros diez días del mes.
Este valor contrasta notablemente con el mes anterior, marzo, en el que se observó uno de los precios medios más bajos en la historia del pool, alcanzando los 20 euros/MWh. Esta cifra representa la mitad del precio medio registrado en febrero y una disminución del 77,5% en comparación con marzo de 2023, cuando alcanzó los 89,6 euros/MWh.
Sin embargo, es importante señalar que estos precios negativos o extremadamente bajos no se traducen directamente en recibos de electricidad de cero euros para los consumidores, ya que existen costes fijos asociados, como peajes, cargos y ajustes del sistema.
Además, en febrero, tras alcanzar un precio medio inferior a los 45 euros/MWh, que es el tope fijado por el Real Decreto de medidas urgentes, se restauró temporalmente el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) al 21% a partir de marzo, medida que se mantiene vigente durante el mes de abril.
El Consejo de Ministros del año pasado aprobó una medida para que el IVA de la electricidad pasara del 5% al 10%, con la condición de mantener este tipo impositivo hasta finales de 2024, siempre y cuando los precios del MWh en el mercado mayorista se mantuvieran por encima de los 45 euros/MWh.
Específicamente, el IVA volvería a ser del 21% en caso de que el precio mayorista del mes anterior al último día de facturación se situara por debajo de dicho umbral. Esto significa que todas las facturas que incluyan el consumo de al menos un día de marzo estarán sujetas al IVA del 21%. Únicamente los hogares beneficiarios del bono social estarán exentos de este aumento, manteniendo su IVA en el 10% durante todo el año 2024.
Inversión disparatada
Para entender cómo hemos llegado hasta aquí, debemos partir del fuerte incremento de la capacidad renovable instalada en los últimos años. En especial, de energía solar, porque su construcción es más barata y hay estudios históricos de las horas de sol en cada zona (no así del viento). Se han invertido unos 15.000 millones de euros en renovables al calor de la rentabilidad garantizada del 7,1% al año, que el consumidor paga en el recibo cuando el precio no es suficiente para alcanzarla.
De esta forma, este tipo de generación eléctrica pasó de suponer el 29% del total de potencia instalada en 2018 al 42% en la media de 2022 (incluyendo sólo solar y eólica; hay otras renovables, pero suponen porcentajes muy pequeños).
El PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) de Teresa Ribera pretende que se siga invirtiendo en renovables para incrementar ese porcentaje de potencia instalada hasta el 81% nada menos en 2030. De hecho, en las últimas semanas las renovables han llegado a suponer el 70% de toda la producción eléctrica real (no de la capacidad total, que es mucho mayor).
El problema de tener tantas instalaciones renovables es que el sistema eléctrico no puede absorber toda la electricidad que producen. Como informó OKDIARIO, en 2022 sólo se utilizó el 68,7% de la capacidad de producción fotovoltaica y el 59,6% de la eólica.
¿Por qué? En primer lugar, porque la red eléctrica, pese a que se ha avanzado en la electrónica del sistema para facilitar la integración de las renovables, no da más de sí. En segundo lugar, porque es necesario tener una energía de reserva fiable siempre conectada para evitar apagones, ya que no siempre sopla el viento ni hace sol. Algo que sólo proporcionan la nuclear y los ciclos combinados (la electricidad generada quemando gas), instalaciones que no se pueden encender y apagar cada cinco minutos: si arrancas un ciclo combinado, tienes que dejarlo todo el día, y eso deja fuera mucha generación renovable.
Además, las renovables generan problemas de estabilidad en la red por las meras leyes de la física, con conceptos bastante complicados como la inercia, la frecuencia y el equilibrio activa-reactiva. Esto significa que no se puede ni se podrá nunca generar el 100% de la electricidad con renovables.
Hacia las subvenciones
La lógica dicta entonces reducir esa capacidad o, al menos, no incrementarla. En cambio, si se sigue aumentado la capacidad instalada de renovables, cada vez sobrará más y se utilizará un porcentaje menor de la misma, y el precio de la luz tenderá a cero en circunstancias climáticas como las actuales.
Eso obligará a tomar medidas. Una de ellas puede ser eliminar la rentabilidad garantizada (con lo que quebrarían), que ya empezó a reducir el Gobierno el año pasado por el efecto contrario: la luz estaba demasiado cara. La otra es que sea subvencionada con dinero público, que es por la que apuestan los expertos consultados.
Existen dos posibilidades para evitar el desastre que se avecina para las renovables. Una es exportar la energía que nos sobra a Francia y al resto de Europa. Pero los demás países quieren proteger a sus productores nacionales y por eso no quieren aumentar las interconexiones con España. Otra sería crear enormes almacenamientos donde guardar ese exceso de producción, algo que no es posible en la actualidad ni va a serlo durante bastantes años.
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