El plan de Carmena para reducir la contaminación: un Madrid sin coches

El plan de Carmena para reducir la contaminación: un Madrid sin coches
La gestión del tráfico por Manuela Carmena ha buscado reducir la polución. (Foto: AFP)
María Villardón

Ahora Madrid ha llevado a cabo diversas medidas que han reprimido la circulación de los coches por la almendra central de la capital. Ha restringido el tráfico en calles tan transitadas como la Gran Vía o el Paseo del Prado, ha reducido el límite de velocidad y ahora llega la prohibición de circular a los coches dependiendo del número de matriculación que lleven dentro de la M30. El objetivo es reducir la contaminación de la ciudad, pero esta dura restricción al tráfico indica un objetivo: poco a poco, medida a medida, quiere alcanzar un Madrid sin coches.

El protocolo para luchar contra la contaminación en Madrid fue aprobado en su momento, concretamente en abril de 2012, por el Gobierno de la alcaldesa Ana Botella. Un plan de calidad del aire que contemplaba el protocolo a llevar a cabo y los posibles escenarios según el nivel de concentración de dióxido de nitrógeno (NO2). La actual alcaldesa, Manuela Carmena, modificó y endureció el texto aprobado por el PP para que la prohibición de circulación de vehículos se decretara con niveles de polución más bajos que los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Si ésta recomienda que el límite esté en 200 microgramos/m³, desde Ahora Madrid lo han bajado hasta 180 microgramos/m³.

La diferencia entre el texto de Botella y el de Carmena es que ahora se necesitan dos días consecutivos de nivel de aviso, es decir, llegando al límite de 180 mg/m³, para que se activen los protocolos establecidos en la norma local cuando antes se necesitaban tres días y llegar a 200 mg/m³. Dos factores contemplados en la normativa por los cuales el antiguo gobierno no puso jamás en marcha el ‘Escenario 3’.

En su momento Esperanza Aguirre, concejal del PP en el consistorio, aseguró que no le temblaría la mano a la hora de prohibir la circulación de los coches según su matrícula si Madrid estuviera en una situación de alerta. “Si en un momento dado, hay unos niveles de contaminación que dice la ordenanza que impiden la circulación de vehículos, pues tendremos que ir en metro”, decía la popular. Es decir, no le temblaría la mano si la situación de alerta medioambiental, según las recomendaciones de la OMS fijadas en 200 mg/ m³, se hubieran dado tal como puntualizaba la ordenanza municipal antes de que Ahora Madrid llegara al gobierno municipal.

La medida de Carmena ha sido recibida con críticas por parte de la oposición, argumentan que están a favor de la salud de los madrileños, pero creen que las medidas están impregnadas de improvisación. “No todo es prohibir, hay que dar alternativas”, argumenta Begoña Villacís desde Ciudadanos Madrid. Alternativas aliñadas de antelación, dando tiempo a los madrileños a organizarse y saber qué carreteras podrán usar o qué hacer si vienen de vacaciones de Navidad.

El gobierno municipal aboga por el uso del transporte público, el 80% de los madrileños dice que lo usaría más si fuera gratis, pero antes tendría que renovar la flota de autobuses de la EMT que se mueven con combustible diésel. Así como facilitar ayudas a los madrileños y los taxistas para que renueven sus coches por otros menos contaminantes, un hecho que se ha dado cada vez menos con motivo de la crisis económica.

Cortes en las principales arterias de la ciudad, restricciones de circulación por matrículas y aparcamiento en la almendra central o los límites de velocidad no han conseguido bajar el nivel de emisión de NO2. Viendo la activación del ‘Escenario 3’, parece que las pautas tomadas por el Ayuntamiento de la ciudad no han logrado reducir la polución. Ahora Madrid va tomando medidas contra el uso del coche privado en el centro de la capital de manera progresiva, aún quedan tres años más de gobierno para ver qué sucede con el tráfico de Madrid.

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