Pescanova termina su montaña rusa semanal con una subida del 90%

Pescanova
Una de las tiendas de Pescanova.

Los títulos de la vieja’ Pescanova se han disparado un 90,4% en el cierre de la semana en la que ha regresado a cotizar tras estar más de cuatro años suspendida del selectivo español. El miércoles regresaba a los mercados y se desplomaba un 95%, pero ayer no fue un día mucho más alegre, sus acciones volvían a caer un 15%.

En concreto, la ‘antigua’ Pescanova, cuyas acciones abrieron hoy a 0,25 euros por título, ha visto como se han ido revalorizando durante la jornada, hasta alcanzar un precio máximo 0,49 euros. Al final, sus títulos se intercambiaron a 0,438 euros, todavía alejado del 0,6 euros con los que regresó a cotizar el miércoles.

La firma regresó el pasado miércoles al Mercado Continuo con una caída del 95% después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidiera levantar la suspensión cautelar, acordada el pasado 12 de marzo de 2013, tras detectarse discrepancias entre su contabilidad y las cifras de deuda bancaria que podían ser «significativas».

De esta forma, la firma, que cuenta con el 1,6% de Nueva Pescanova, está valorada tras su regreso al parqué en 12,5 millones de euros, todavía muy por debajo de los 170 millones de euros tras la suspensión en marzo de 2013.

Ayer mismo, además, se ha conocido que una de las principales accionistas de la firma de alimentación, Carolina Masaveu, ha vendido su 7,13% del capital de Pescanova y se ha embolsado 800.000 euros, a pesar de que ese paquete lo compró por 5.200 euros.  La inversora acordó deshacerse de estos títulos a un precio superior a los 40 céntimos, según revelaron fuentes cercanas a la familia.

También ha salido ganando en la semana el fondo de inversión Broadbill, que adquirió en el mercado gris acciones hasta controlar el 11,5 % del capital y que ya ha vendido una parte de su posición por un precio sensiblemente superior, de acuerdo con fuentes próximas a la operación.

Las palabras «estafa» y «engaño» son utilizadas por varios accionistas minoritarios a la hora de opinar sobre este caso, a la espera de que la Justicia depure responsabilidades. El banquillo espera al expresidente del grupo Pescanova Manuel Fernández de Sousa, a quien se acusa de haber ordenado irregularidades contables para maquillar las cuentas de la compañía, entre otros delitos.

La causa está en manos del juez José de la Mata, que ha fijado como fecha límite el próximo mes de octubre para cerrar una fase de instrucción especialmente compleja, que ha exigido pedir datos bancarios a las autoridades de otros países, entre ellos Andorra, para conocer los movimientos de Sousa y su familia.

El caso se remonta a marzo de 2013, cuando el entonces llamado Grupo Pescanova entró en concurso de acreedores por sorpresa, con un agujero patrimonial que KPMG valoró en 1.667 millones de euros.

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