Okupación

No van a por los pisos ni adosados: el nuevo objetivo de los okupas está afectando a miles de personas

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Blanca Espada

En los últimos años, la okupación ilegal se  ha convertido en un tema recurrente en la actualidad española. Los propietarios de viviendas han visto cómo su tranquilidad se tambaleaba ante la posibilidad de perder el control sobre su propio inmueble. Sin embargo, la situación ha dado un giro inesperado: los okupas han encontrado un nuevo objetivo. Ya no se centran exclusivamente en pisos vacíos o chalets en zonas residenciales, sino que han fijado su atención en algo que, hasta hace poco, parecía impensable: las plazas de garaje.

Este nuevo fenómeno está afectando a miles de personas en todo el país, especialmente en las grandes ciudades donde el aparcamiento es un bien escaso y caro. La facilidad con la que pueden apropiarse de estos espacios y la lentitud del sistema legal para resolver estos conflictos han convertido las plazas de garaje en un blanco perfecto. Lo que antes solo parecía un problema menor de aparcamiento indebido, ahora se ha transformado en una okupación en toda regla que deja a los dueños en una situación de indefensión preocupante.

El reciente decreto de desalojos exprés aprobado en el Congreso busca agilizar la recuperación de propiedades invadidas. Sin embargo, la aplicación de esta medida sigue siendo incierta cuando se trata de espacios como garajes, que legalmente no son considerados viviendas, lo que añade una capa extra de complejidad a un problema que va en aumento.

Los garajes, el nuevo objetivo de los okupas

Para muchas personas que viven en grandes urbes, tener una plaza de garaje es casi un lujo. La falta de aparcamiento en la calle y lo que cuesta aparcar en muchas zonas, hacen que estos espacios sean muy valiosos. Y  es precisamente por eso, que han despertado el interés de okupas que buscan aprovecharse de la situación.

Cada vez es más frecuente que propietarios de plazas de garaje descubran que un vehículo ajeno ha ocupado su espacio sin permiso. Al principio, podría parecer un simple error o un acto de incivismo, pero cuando el coche permanece días o semanas sin moverse y el dueño del vehículo se niega a retirarlo, se convierte en un problema real. La diferencia clave con la okupación de viviendas es que, en estos casos, la ley no permite una actuación tan rápida ni clara, dejando a los afectados en un limbo legal.

El problema legal y la lentitud de los desalojos

El marco legal actual protege a los propietarios de plazas de garaje, pero no con la misma contundencia que en el caso de viviendas habitadas. El artículo 245.2 del Código Penal establece que ocupar una propiedad privada que no sea una vivienda puede conllevar multas de entre tres y seis meses, pero esto no implica que el desalojo sea inmediato. En la práctica, la lentitud del proceso judicial hace que los afectados pasen semanas o incluso meses sin poder recuperar su plaza.

Además, muchos propietarios descubren que la grúa municipal no tiene competencia en garajes privados, lo que significa que no pueden simplemente llamar para que retiren el vehículo invasor. Para lograr que un juez ordene el desalojo, es necesario presentar una denuncia, seguir un procedimiento legal y, en muchos casos, esperar una resolución que se demora demasiado tiempo.

¿Qué hacer si te okupan la plaza de garaje?

Si un propietario descubre que su plaza de garaje ha sido ocupada, lo primero que debe hacer es intentar identificar al dueño del vehículo. En muchas comunidades de vecinos, el administrador o el presidente pueden ayudar en esta tarea, facilitando una solución rápida y evitando problemas mayores.

Si la persona que ha ocupado la plaza niega a retirar su coche, es fundamental actuar con prudencia. Intentar mover el coche por la fuerza o bloquear su salida puede derivar en problemas legales para el propio dueño de la plaza. En su lugar, lo recomendable es interponer una denuncia ante la Policía, alegando una ocupación indebida del espacio privado.

En estos casos, la paciencia es clave, pero también es importante presionar para que la situación se resuelva lo antes posible. La ley está de parte del propietario, pero en la práctica, conseguir que se haga justicia puede requerir más tiempo del deseado.

El problema de la okupación en España

Aunque desde el Gobierno se insiste en que la okupación es un fenómeno marginal, los datos reflejan una realidad muy distinta. Según cifras del Ministerio del Interior, en 2023 se registraron más de 15.000 casos de usurpación de inmuebles en España, lo que demuestra que es un problema que sigue latente en la sociedad.

Además, encuestas realizadas por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) indican que un 34% de los ciudadanos considera la okupación como un problema real, y un 2% ha sido víctima directa de este tipo de situaciones. Esto significa que, aunque el porcentaje de afectados pueda parecer pequeño, el impacto social de la okupación es mucho mayor de lo que se suele reconocer.

Con la reforma legal en marcha, se espera que los propietarios puedan recuperar sus inmuebles y espacios privados de forma más ágil. Sin embargo, la okupación de plazas de garaje demuestra que este problema sigue evolucionando, encontrando nuevas vías de manifestación y dejando a miles de personas en una situación de incertidumbre.

La okupación de plazas de garaje es un fenómeno que pone de manifiesto la necesidad de una legislación más efectiva y rápida. Lo que podría parecer un simple inconveniente de aparcamiento, en realidad es un problema legal complejo que afecta a miles de personas en España. Mientras no haya una solución clara y eficaz, los propietarios seguirán viéndose atrapados en una batalla legal y burocrática que, en muchos casos, podría evitarse con medidas más contundentes y eficaces.

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