El método del gigante de moda Parfois para reducir plantilla: trasladar empleados hasta que dimiten

Parfois
Escaparate de un establecimiento de Parfois.
Borja Jiménez

La firma portuguesa de moda femenina Parfois veja a sus empleados hasta el lloro y, para despedirlos, son trasladados de un centro a otro para lograr el cansancio y el hartazgo del trabajador hasta conseguir su dimisión, es decir, hasta salirse la compañía con la suya y lograr una baja voluntaria. Es, según varios empleados y ex empleados que han hablado con OKDIARIO, el modus operandi de la empresa.

“Yo llevo bastantes años, y me da la sensación de que todos los continuos cambios de tiendas que me están haciendo es porque no se pueden deshacer a la ligera de mí, y tratan de cansarme, como hacen con muchas otras chicas”, señala una de las empleadas de Parfois a OKDIARIO. Además, se trata de una política que este periódico ha podido confirmar, toda vez que una ex encargada de la compañía ha asegurado a este digital que vio con sus propios ojos cómo los mandos más altos que ella le decían: “A esta chica vamos a enviarla a tal tienda para que se vaya”. Es decir, que le hacían la vida imposible hasta que la empleada se rendía.

“Estoy seis meses en un sitio, luego seis meses en otro… y así es como te obligan a salir de la empresa. Yo estuve dos años y medio fija en un puesto, pero después, con los cambios de jefes (que no es por méritos sino por enchufes), es cuando empezaron todos los traslados”, explica otra ex trabajadora que se vio forzada a salir ante tal situación.

En este sentido, llama mucho la atención lo que dicen algunas empleadas que siguen trabajando en la compañía: “Lo que más me preocupa es el número de excedencias y de bajas por depresión que hay en la empresa. No te puedes ni imaginar”.

Otra ex empleada con la que hemos hablado nos explicó que ya no forma parte de Parfois “precisamente por la manera que tienen de tratar a los empleados. Hace año y medio que me fui. A mí me hicieron también traslados, y eso que yo era encargada”, explica. Además, la misma ex trabajadora cuenta alguna anécdota, por lo menos, sorprendente: “Había una supervisora, por ejemplo, que se dedicaba a ir pasando el dedo por los muebles diciendo que estaba sucio. Te trataba de manera denigrante, con comentarios degradantes. La tienda iba bien en ventas, pero siempre ha sido así. Salía una supervisora, y entraba otra peor. El trato general era así”.

“A una compañera mía la acorralaron en un almacén, y empezaron a despotricar de ella y a decirla de todo, la despidieron y, para que no se despidiera de sus compañeras, les obligaron a irse por la puerta de atrás del almacén”, explica la misma ex trabajadora, que reconoce que estuvo doce años en la empresa, y “fueron prácticamente los doce años así. Es decir es el modus operandi de la firma. Al principio no era tantísimo, porque al fin y al cabo era una empresa que estaba en expansión. Pero a medida que hemos ido creciendo, todo ha ido a peor”.

En este sentido, otras empleadas acusan a la firma de moda de “machacarlas” con las ventas, ya que “llaman en horas fuera de trabajo para medio amenazarnos porque tenemos que vender”. Según ha podido saber este periódico, además, los test que hacen mediante los mystery shopper (falsos clientes que ponen a prueba a los trabajadores) son muy exigentes, toda vez que si una trabajadora no alcanza un 9 sobre 10, se queda sin comisiones.

“Yo he escuchado a la gerente de Parfois en España jactarse de hacer llorar a las chicas. Les montaba una ahí que no veas. Les llamaba de todo hasta que lloraban. A una, por ejemplo, le salió una calva en la cabeza y todo. Y no es una cosa particular, cualquier trabajador de la empresa te lo va a reconocer”, declara una empleada, que señala a la cúpula de la compañía de estas malas praxis: “Esto viene todo de arriba, la política de empresa es así”.

Desde la firma portuguesa, señalan que carecen «de los datos necesarios para poder contrastar la veracidad de las manifestaciones que nos indican», y que «esta sociedad cumple escrupulosamente con la normativa laboral vigente, y se preocupa por el bienestar de nuestros trabajadores».

Parfois comenzó como una marca de accesorios de moda en 1994, con la apertura de la primera tienda en Oporto, Portugal. Hoy, casi 25 años más tarde, tiene alrededor de 280 tiendas en Francia, España, Portugal, Hungría, Polonia, República Checa, Rumania, Letonia, Ucrania, Rusia, Kazajstán, Bulgaria, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Eslovaquia, Filipinas, Georgia, Kosovo, Arabia Saudita, Emiratos árabes Unidos, Omán, Bahrein, Kuwait, Qatar, Jordania, Líbano, Serbia, Macedonia, Egipto, Marruecos, Irlanda, Angola y Mozambique.

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