Los mercados se preparan para una doble subida de tipos de 50 puntos básicos por parte de la Fed
Los mercados se preparan para que la Fed suba sus tipos en 50 puntos básicos de golpe en su reunión de mayo, tal y como ya anticipó el lunes su presidente, Jerome Powell. Pero también para que el incremento sea doble, es decir, decida subir las tasas en otro medio punto en la cita de junio. Mientras tanto, la rentabilidad de los bonos estadounidenses a 2 y 10 años tiende a igualarse, una señal que en otras ocasiones ha servido como signo de futura recesión.
El banco central estadounidense sigue reforzando su mensaje de lucha contra la inflación. Así lo hizo Powell el lunes al señalar que está dispuesto a subir los tipos de interés en 50 puntos básicos en la reunión del 4 de mayo, hasta el 0,75%/1%o a situar los tipos por encima de su nivel de equilibrio (2,4%) si fuera necesario para alcanzar el objetivo de estabilidad de precios.
Tras esas palabras, el mercado descuenta otras ocho subidas de tipos en un cuarto de punto hasta finales de año, con una probabilidad de un 75% de que la próxima sea de medio punto. Tal incremento no se había contemplado en Estados Unidos desde mayo del año 2000.
Los analistas de Goldman Sachs van más allá y pronostican un incremento de 50 puntos básicos tanto en mayo como en junio, seguidos de aumentos de 25 puntos básicos en las cuatro reuniones restantes en 2022 y tres subidas trimestrales en 2023, lo que llevaría a los tipos de interés de la Fed hasta el 3/3,25% al final del proceso. “La invasión rusa de Ucrania y la posibilidad de que las condiciones financieras se endurezcan más agresivamente en respuesta a un ritmo más rápido de endurecimiento de la Fed presentan riesgos a la baja para nuestro nuevo pronóstico de dos aumentos de tasas de 50 puntos básicos, aunque ninguno parece ser un obstáculo en este momento”, explican en un informe
El lunes Powell también afirmó que la Fed debe moverse “expeditivamente” hacia una política monetaria más restrictiva con el fin de controlar la inflación y reducir la tensión sobre el mercado laboral y señaló que confía en su capacidad para hacerlo sin provocar una recesión, tal y como sucedió en 1965, 1984 y 1994. En el lado opuesto, el ejemplo de 2018, donde el empeoramiento de perspectivas sobre el ciclo económico obligó al banco central estadounidense a frenar su endurecimiento monetario.
Curva de tipos
Un signo que los mercados han entendido como anticipo de recesión económica es la inclinación de la curva de tipos de EEUU, lo que implica que los inversores exijan un mayor interés a los bonos de menor duración que al de los plazos más largos. Ahora mismo, el diferencial entre el interés de la deuda estadounidense a 2 y 10 años se ha reducido por debajo de los 15 puntos básicos.
De momento, por tanto, «la pendiente de la curva se mantiene en positivo y evita mandar una señal de riesgo de recesión que se asocia normalmente a una inversión”, indican en Singular Bank. Siempre que la pendiente ha sido negativa «las Bolsas han retrocedido porque anticipa una desaceleración económica, generalmente acompañada de tipos superiores”, advierten los expertos de Bankinter.
Por el contrario, el banco suizo Julius Baer no comparte el temor a que el ajuste de la Fed empuje a la economía estadounidense a la recesión y señalan que “en comparación con los dos últimos ciclos de subidas de tipos el mercado laboral de EEUU se encuentra en una condición mucho mejor y los hogares no tienen problemas financieros, pero tienen ahorros adicionales para gastar”.
También rechazan la idea de que la curva de tipos estadounidense ya esté anticipando la contracción de la economía, a pesar de que el rendimiento de los bonos a 7 años sea superior al de 10 y el de 20 años sea mayor que el de 30. “Esta inversión de partes de la curva no es una señal de recesión en nuestra opinión, sino más bien una señal de falta de liquidez en un mercado que tiene que aceptar una nueva oferta (déficit alto) y una demanda baja (sin compras de la Fed)”, subrayan.