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Maroto forzó la entrada en Alcoa de Parter Capital, el fondo casi quiebra la empresa de aluminio

Documentos internos muestran que la opción defendida por el Gobierno abrió la puerta a desvíos millonarios

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Reyes Maroto, ex ministra y portavoz del PSOE en la capital. (Ep)
Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

La crisis industrial de Alcoa en Avilés y La Coruña tuvo un detonante hasta ahora poco explicado: la intervención directa del ministerio de Industria, entonces dirigido por Reyes Maroto, con Raúl Blanco como secretario de Estado, para dar por válida en las últimas horas una oferta que nadie contemplaba hasta ese momento.

Los documentos internos a los que ha tenido acceso OKDIARIO y los movimientos bancarios de las plantas revelan que la candidatura del fondo suizo Parter, finalmente seleccionada para gestionar las plantas de Alcoa, logró a última hora cumplir los requisitos de solvencia «cuando ni siquiera estaba previsto que se presentara al concurso público».

Fuentes consultadas explican que fue el propio ministerio quien pidió expresamente a Parter que se presentara, como ya había hecho con otra de las candidatas, en detrimento de empresas con mayor solvencia y experiencia en la gestión metalúrgica. Aquella operación, presentada como un «proyecto industrial estable», dio paso a una cadena de movimientos financieros opacos: transferencias millonarias que desaparecían el mismo día, cuentas sin supervisión pese a la obligación contractual de control y pagos a terceros en Suiza. Un conjunto de irregularidades que anticiparon el colapso de las plantas y la imposibilidad de seguir el rastro del dinero una vez que la investigación judicial pasó al ámbito suizo.

La candidatura impulsada por Industria

Según la documentación analizada, Parter llegó directamente a la fase final del proceso sin cumplir los pasos previos de verificación. En las últimas 24 horas, Maroto y Blanco impulsaron su candidatura, convocando reuniones de urgencia y comunicando a Alcoa que la operación debía cerrarse con el fondo suizo. Para cubrir la falta de solvencia, Parter aportó a contra reloj 13 millones de euros prestados por un empresario mallorquín, identificado como Bauer, utilizados para constituir dos pólizas de crédito en Banco Santander que sirvieron de garantía formal en la venta.

Los extractos bancarios muestran que el 31 de julio de 2019 Alcoa transfirió 13,5 millones de euros a las cuentas operativas de Avilés y La Coruña, y que ese mismo día el dinero salió en su totalidad mediante una imposición a plazo, dejando el saldo a cero. En los registros aparece un patrón repetido: los fondos se movían entre España, Suiza y Alemania, simulando solvencia con recursos prestados, mientras Parter se autopagaba honorarios y gastos de consultoría con el propio dinero que debía destinar a mantener la actividad industrial.

El relevo y la caída definitiva

En 2020, cuando el operador español Grupo Riesgo asumió el control, encontró las cuentas en negativo y las pólizas de crédito vinculadas con intereses desproporcionados. Denunció 27 irregularidades contractuales e intentó cancelar los contratos, pero Alcoa respondió que esas condiciones formaban parte del acuerdo de venta y que el nuevo gestor debía asumirlas. Las plantas ya estaban descapitalizadas y el margen de maniobra era inexistente.

La investigación bloqueada

En 2021, la fiscalía española solicitó información a Suiza sobre presuntos desvíos de fondos. La respuesta fue negativa: el fiscal del cantón de Schwyz rechazó la cooperación por falta de pruebas directas sobre las empresas investigadas. Con ello, la investigación perdió fuerza y el proceso judicial terminó diluyéndose entre procedimientos administrativos y jurídicos.

Tras esa etapa, bajo el argumento de una gestión fallida, se declaró la intervención judicial de las plantas, iniciándose un proceso concursal que acabó con el nombramiento de un administrador judicial y la paralización definitiva de la actividad. Desde entonces, el complejo industrial que durante décadas fue motor económico de Galicia y Asturias permanece prácticamente inactivo.

Preguntas que siguen sin respuestas:

Hoy, las fábricas casi no producen, el empleo ha caído y el destino final del dinero de la venta continúa sin aclararse públicamente. En los informes oficiales no consta una reconstrucción completa de los movimientos financieros ni se explica por qué las medidas de control no se aplicaron plenamente.

Más allá de las versiones formalmente ofrecidas, la cronología de los hechos sugiere que el foco de la investigación pudo haberse desviado: se centró en los últimos gestores cuando tal vez las claves del colapso estaban en la etapa inicial de la operación. El caso Alcoa sigue dejando incógnitas sobre la gestión, el seguimiento institucional y el verdadero origen de las decisiones que llevaron al cierre.

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