Manual del emprendedor: la mejor forma de lograr beneficio es pensando en los clientes
Todo emprendedor, cuando decide tirar adelante un proyecto, tiene la ilusión de poder vivir de ello. Por ese motivo, puede tener como primera y máxima prioridad ganar dinero y conseguir el máximo beneficio posible. Aunque ello, evidentemente, es imprescindible, es importante cambiar el enfoque si se quiere llegar al éxito.
El nuevo modelo empresarial basado en el cliente y en un contexto de constantes cambios obliga a tener que desarrollar una serie de aptitudes y habilidades adicionales si se quiere sobrevivir. Del mismo modo, obliga a la empresa a mostrar una imagen de acuerdo a unos valores comúnmente aceptados. Por lo tanto, el objetivo primordial no debe de ser el beneficio, sino tener claros estos puntos y, gracias a ello, como consecuencia, se llega al beneficio necesario para proseguir.
Los aspectos básicos a desarrollar para conseguir el beneficio son los siguientes:
Capacidad para superar situaciones especialmente complejas
Es inevitable que, en algún momento, ocurran hechos no previstos que dificulten poder proseguir la actividad de la empresa tal y como se había previsto. Es en estas situaciones cuando un emprendedor demuestra si realmente es capaz de tirar adelante o, por el contrario, es incapaz de sobreponerse a las adversidades.
Especializarse en la diferencia
Existen muchas empresas que ofrecen todo tipo de productos distintos. Ante este incremento de la competencia, los consumidores son más exigentes y desean una mayor especialización a sus necesidades. Por ese motivo, las compañías deben de centrar sus esfuerzos en aquellos mercados donde pueden aportar un valor diferencial respecto a las de la competencia.
Atraer el máximo de conocimiento posible
No basta solamente con aquello que uno conoce o ha adquirido a partir de su experiencia laboral. Hay que rodearse de un equipo capaz, autónomo y motivado que aporte ideas y no tenga miedo a innovar.
Valorar tanto o más la actitud que la aptitud
En el mercado laboral hay muchas personas con currículums muy similares que tienen una formación y experiencia profesional prácticamente calcadas. Por lo tanto, al final, lo que marcará la diferencia será la voluntad de aprender y la motivación e implicación que muestre cada persona, más que las titulaciones que haya conseguido.
Crecer de forma conjunta con todo el equipo
Es importante que, en la empresa, todo el mundo vaya a la una y entiendan que aquello que es positivo para la empresa también lo es para ellos. De esa forma, se conseguirán equipos más unidos y más formados que se adaptarán con más facilidad a los cambios del entorno.
No obsesionarse con el corto plazo
El miedo y la precipitación son dos de los grandes enemigos de un emprendedor. Hay que marcar un plan de objetivos factible que no genere frustración y que sea real de acuerdo a la situación del mercado y las posibilidades de la empresa.