Las empresas tradicionales presionan a Competencia para que deje de apoyar la economía colaborativa

Las empresas tradicionales presionan a Competencia para que deje de apoyar la economía colaborativa
Chinchetru comenta las presiones

En las empresas tradicionales de los sectores directamente señalados por el informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) no gusta el apoyo de este organismo a la economía colaborativa. Las grandes organizaciones sectoriales de la hostelería, los autobuses o los taxistas no se limitan a declaraciones públicas contra las conclusiones de la CNMC. También tratan de ejercer una presión directa sobre el mismo para que cambie su postura.

Fuentes de Competencia han dicho a OKDIARIO que no todas las empresas de esos sectores son contrarias a la economía colaborativa, pero que quienes tienen más fuerza dentro de las organizaciones empresariales son las que menos están preparadas para el cambio de modelo que supone. Han señalado además que en numerosos casos están sujetas a una legislación demasiado restrictiva que les impide adaptarse de una forma ágil a los nuevo modelos.

«Los lobbies de esos sectores también presionan ante el Gobierno»

“Las presiones existen, y son muy fuertes”, han dicho las fuentes a este periódico. Han añadido que: “Los lobbies de esos sectores también presionan ante el Gobierno. Pero los ministerios son instituciones muy grandes y Competencia es un organismo muy pequeño, con lo que la presión resulta mucho más patente”.

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Sede de la CNMC en Madrid. (Foto: CNMC)

Aún así, desde la CNMC no parecen dispuestos a ceder ante la presión de las organizaciones del taxi, de los autobuses interurbanos o los hoteles. Las fuentes defienden la misma idea que sus directivos en sus declaraciones: “Nuestra labor es fomentar la competencia”. Aseguran que existen demasiadas legislaciones restrictivas que no tienen justificación lógica alguna.

Ponen como ejemplo las limitaciones a las licencias VTC (de alquiler de vehículo con conductor), que utilizan, entre otros, los profesionales afiliados a las aplicaciones móviles Cabify y UberX. “No tiene sentido económico o social alguno fijar un máximo de una licencia de este tipo por cada 30 de taxi que exista en una ciudad”, que es el límite existente en España, han apuntado.

Estas y otras normas han sido rechazadas por la CNMC de forma pública, e incluso ha recurrido ante los tribunales un Real Decreto y una orden ministerial que restringen el funcionamiento de las licencias VTC de varias maneras.

Quienes sí se muestras muy receptivos a las posturas de las empresas tradicionales frente a la competencia que supone la economía colaborativa son Podemos y algunas de sus marcas blancas. La formación de Pablo Iglesias ha expresado de forma pública su apoyo al lobby del taxi frente a la vuelta de Uber a España con su aplicación UberX. Ada Colau, por su parte, ha tomado diversas medidas contra el funcionamiento de las licencias VTC y las plataformas de alquiler de viviendas entre particulares AirBNB y HomeAwai.

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