La asociación del concejal ‘okupa’ Murgui hace propaganda en las redes contra la Operación Chamartín
La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) ha lanzado una campaña contra la nueva Operación Chamartín, rebautizada como Distrito Castellana Norte. Esta organización, que fue liderada por el actual concejal del Ayuntamiento de Madrid, Ignacio Murgui, defensor de la okupación ilegal de viviendas, ha publicado en las redes sociales un argumentario para evitar la puesta en marcha de la operación, que prevé una inversión de 6.000 millones de euros y más de 120.000 nuevos puestos de trabajo.
En su cuenta de Facebook, la FRAVM ha publicado una especie de cartel, en el que explica las razones por las que la organización se opone a este proyecto. Sin embargo la mayoría de los argumentos no se corresponden con la realidad, tal como denuncia la plataforma de vecinos afectados por la nueva Operación Chamartín, que se han agrupado para combatir la demagogia de la FRAVM.
Tal como avanzó OKDIARIO, el proyecto está siendo bloqueado desde la alcaldía, que dirige Manuela Carmena, y se está usando a la FRAVM como brazo político de Ahora Madrid. De hecho, además de Murgui, en las asambleas donde se está debatiendo sobre este proyecto también participa el concejal de distrito Guillermo Zapata, imputado por humillar a las víctimas de ETA y reirse de los seis millones de judíos asesinados por los nazis.
La FRAVM asegura que la empresa Distrito Castellana Norte prevé construir 17.000 nuevas viviendas y rascacielos de oficinas «a pesar de que en Madrid existen más de 1,7 millones de metros cuadrados de oficinas vacías y más de 250.000 casas sin ocupar». Por ello, indican que “no es necesario desde cualquier lógica construir más”, como se puede observar en la imagen:
Sin embargo estos datos no son correctos, ya que según TINSA las viviendas vacías en la Comunidad de Madrid son sólo 35.000, de las cuales 7.500 están en la capital. La zona norte es, además, donde hay menos stock disponible para satisfacer la demanda. En cuanto a las oficinas, en el Paseo de la Castellana sólo hay un 5% de oficinas sin trabajadores.
Además, la FRAVM considera que “las nuevas torres” que incorpora el proyecto “formarán una muralla que provocará el aislamiento de los barrios actuales”. Sin embargo, cuando se revisa la documentación de la Operación Chamartín se comprueba que el Plan Parcial de Reforma Interior (PPRI) persigue justo lo contrario: “integrar los barrios vecinos y hacer una transición amable entre lo existente y lo nuevo”, con la construcción de equipamientos y zonas verdes que, una vez soterradas las carreteras, permitirán a los vecinos moverse con una libertad que ahora no tienen.
Esta Federación vecinal afirma también que “la congestión de tráfico en los nudos Norte, Manoteras y Fuencarral no sólo mejorará, sino que empeorará sustancialmente”, elevando los niveles de contaminación.
En esta ocasión también los datos desmienten a la FRAVM, ya que el proyecto “acometerá remodelaciones integrales de los nudos Norte y de Fuencarral, dando solución a los actuales problemas de trenzado de carriles, mejorando la fluidez de los tráficos rodados (…) y diseñando una nueva línea de metro con tres nuevas estaciones, una nueva red de autobuses de alta capacidad, dos nuevas paradas de Cercanías, 12,8 nuevos kilómetros de vías ciclistas”.
Al final del cartel que publica la FRAVM en las redes sociales se vislumbran las verdaderas razones de la oposición de la organización a la Operación Chamartín, al indicar que “los barrios no necesitamos más ladrillo”. Este diario ya publicó que en las reuniones organizadas por al Ayuntamiento de Madrid para dinamitar el proyecto “se pone de manifiesto el anticapitalismo de los partidarios del bloqueo, con argumentos decimonónicos” como, por ejemplo, que “el suelo nunca puede estar en manos privadas”.
En su programa electoral, Ahora Madrid, planteaba una “revisión integral del planeamiento urbanístico” de la ciudad. Además, prometía “paralizar” y “auditar” los acuerdos del proyecto Castellana Norte, mediante un proceso “participativo abierto a distintas organizaciones”.
«La Operación Chamartín está muerta»
En este contexto, una decena de asociaciones de vecinos que representan los residentes de los distritos de Chamartín y Fuencarral- El Pardo y que no son controlados por la marca blanca de Podemos, han publicado un manifiesto en el que piden a Carmena que apruebe definitivamente el plan y no lo obstaculice.
Estos vecinos, que suponen el 80% de los residentes afectados por la operación, han solicitado reunirse con la alcaldesa para intentar que entre en razón. Las asociaciones no comprenden las razones por las que Carmena quiere anular un proyecto que recibió las autorizaciones correspondientes en febrero de 2015, “sin haber esgrimido ningún argumento justificable”.
Carmena ha rechazado reunirse con estos vecinos y, en su lugar, lo hará José Manuel Calvo, el concejal encargado de gestionar el área de urbanismo y que ha dicho en varias ocasiones que la Operación Chamartín «está muerta».